La exposición fotográfica más famosa de todos los tiempos
Por Óscar Colorado Nates
La exposición The Family of Man, presentada en 1955, constituyó un momento cenital en la fotografía humanista.
Mostrada por primera vez en el Museo de Arte Moderno de Nueva York fue la culminación de la carrera de Edward Steichen como curador de fotografía en esta legendaria institución. Seguir leyendo The Family of Man (La Familia del Hombre)→
Dentro de nuestro estudio del documentalismo social, uno de los apartados más importantes es la fotografía humanista, vigente durante más de 70 años.
Por Óscar Colorado Nates
La Segunda Guerra Mundial produjo una terrible cicatriz en el mundo. Después del conflicto bélico se vivió en la fotografía de documentalismo social una etapa que revaloró la persona, su espíritu y dignidad. Se le conoció como Fotografía Humanista, una corriente al servicio de testimoniar la dignidad humana así como el rastro de la persona en las cosas y la naturaleza.[i]
En la Fotografía Humanista “el hombre constituye el centro de la imagen y de las preocupaciones de su creador, y se sobreentiende, quizás que se cree en el valor del hombre y sus cualidades.”[ii]
“Al colocar en el centro de todo a la figura humana, esta fotografía la considera en toda su unidad {y} oscila entre dos polos: por un lado la poesía de la vida cotidiana, por otro la constatación social más o menos orientada a fines de combate político.”[iii]
Aunque la Fotografía Humanista documentaba la vida ordinaria, realmente era un gran retrato de las esperanzas por volver a una realidad normal, por retornar a la existencia común. Los fotógrafos comenzaron a ver en el día a día una expresión de aliento y armonía.
La Fotografía Humanista es la rama poética del fotoperiodismo y se le conoce también como Realismo Poético. Se basa en la filosofía del cambio social. Cornell Capa también la denomina Concerned Photography y se le ha identificado además con la nomenclatura de Fotografía Social. Seguir leyendo La fotografía humanista→
Después de la Gran Depresión, surgieron las dos iniciativas colectivas que dejarían una huella fundamental en la historia de la fotografía documental.
Por Óscar Colorado Nates*
1. La Farm Security Administration (FSA)
Estados Unidos sufrió una de sus peores crisis después del Crash de 1929. La situación económica empeoró notablemente en las áreas rurales cuando ocurrió el fenómeno de las tolvaneras (el infame Dust bowl) que obligaron a innumerables campesinos a cambiar de residencia. Para lidiar con estos problemas el presidente Franklin D. Roosevelt instituyó un organismo llamado Resettlement Administration en 1935 “encargado de la remodelación del sector rural, especialmente empobrecido.”[i] Más tarde se cambió la denominación a Farm Security Administration (FSA) y se abrió un departamento de fotografía con el propósito de registrar las actividades del organismo. Roy Stryker fue el responsable de coordinar las labores de documentación fotográfica.
Stryker conformó un equipo de fotógrafos integrado por Walker Evans, Dorothea Lange, Theodor Jung, Edwin Rosskam, Louise Rosskam, Ben Shahn, John Collier, Sheldon Dick, Jack Delano, Russell Lee, Carl Mydans, Gordon Parks, Arthur Rothstein, John Vachon y Marion Post Wolcott.
Después de la Gran Depresión, surgieron las dos iniciativas colectivas que dejarían una huella fundamental en la historia de la fotografía documental.
Por Óscar Colorado Nates*
Estados Unidos sufrió una de sus peores crisis después del Crash de 1929. La situación económica empeoró notablemente en las áreas rurales cuando ocurrió el fenómeno de las tolvaneras (el infame Dust bowl) que obligaron a innumerables campesinos a cambiar de residencia. Para lidiar con estos problemas el presidente Franklin D. Roosevelt instituyó un organismo llamado Resettlement Administration en 1935 “encargado de la remodelación del sector rural, especialmente empobrecido.”[i] Más tarde se cambió la denominación a Farm Security Administration (FSA) y se abrió un departamento de fotografía con el propósito de registrar las actividades del organismo. Roy Stryker fue el responsable de coordinar las labores de documentación fotográfica.
Stryker conformó un equipo de fotógrafos integrado por Walker Evans, Dorothea Lange, Theodor Jung, Edwin Rosskam, Louise Rosskam, Ben Shahn, John Collier, Sheldon Dick, Jack Delano, Russell Lee, Carl Mydans, Gordon Parks, Arthur Rothstein, John Vachon y Marion Post Wolcott.
Justo un año antes de la Gran Depresión de 1929 un grupo de cineastas y fotógrafos crearon una asociación llamada Film and Photo League. Su primer antecedente fue la Vereinigung der Deutschlands Arbeiterfotografen (Asociación de Fotógrafos de trabajadores alemanes) de 1926. La intención de esta agrupación era proveer de fotografías a publicaciones impresas de izquierda y apoyar a los trabajadores desempleados para mejorar su condición. Cuando la Film and Photo League se consolidó en 1930 compartía este ideario y comenzó a documentar a la sociedad en crisis debido a la Gran Depresión. “En un primer momento, la liga emula el grupo alemán, adoptando la misma estructura, así como la misma intención. Sin embargo […] desarrolló distintos intereses pues sus miembros estaban más preocupado por cuestiones humanísticas que por una agenda política específica. La relación entre los dos grupos se hizo más endeble y para 1947 se había vuelto políticamente conveniente ignorar cualquier lazo entre ellas.»[1]
Marion Palfi. In the Shadow of the Capitol, 1948. Gelatin silver print. The Jewish Museum
Barbara Morgan Celebration, 1937
Louis Stettner Untitled (Young Man with Bicycle), c. 1940
En 1936 los cineastas abandonar la organización que cambió de nombre, a iniciativa de Berenice Abbott y Paul Strand, por la denominación Photo League. [2] Seguir leyendo La Photo League→
El documentalismo fotográfico se inició con inventarios pero pronto se convirtió en un recuento de las difíciles condiciones en que vivían las clases desprotegidas.
Durante las próxima semanas exploraremos las diferentes facetas de la fotografía de documentalismo social que en esta ocasión buscaremos definir.
Por Óscar Colorado Nates*
Los miembros de la Academia de Ciencias de París apreciaron de inmediato las posibilidades del daguerrotipo que mostró Jacques Mandé Daguerre. Por sí mismo ese invento, que acabaría evolucionando y denominándose fotografía, resultaba prodigioso. Más allá del hecho casi milagroso de crear una imagen a partir de la realidad subyacía una inédita capacidad para el registro. Desde experimentos, clasificación y archivo de especies vegetales y animales o la confección de índices de emociones humanas hasta tipologías fisonómica, la fotografía era el medio privilegiado para proporcionar certidumbre a una investigación.
En sus inicios, la fotografía era parte del espíritu de su tiempo, un producto en perfecta consonancia con los paradigmas del positivismo. Se le vio como la herramienta por excelencia para ofrecer información directa y objetiva.
Muy pronto aparecieron los primeros que la utilizaron para hacer un recuento del mundo. Sin embargo “…eran simples registradores, técnicos habilidosos, sin duda, pero observadores pasivos. […] Se presentaban como recopiladores de hechos y negaban tener intereses estéticos o políticos.”[i]
Sin embargo más que un mero registro, la fotografía era capaz de producir algo mucho más sofisticado: un auténtico documento.
Documento y fotografía
La primera noción de documento la encontramos, por supuesto en el ámbito del discurso lingüístico es decir, en la pieza escrita, cuya primacía duraría siglos. Sin embargo poco a poco hubo un tránsito del documento escrito al icónico. [ii] La humanidad ha ido desplazándose del texto escrito a la imagen. Ya lo indica Giovanni Sartori: “Nos encontramos en plena revolución multimedia. Esta revolución está transformando al homo sapiens, producto de la cultura escrita, en un homo videns para el cual la palabra ha sido destronada por la imagen.”[iii]
Ahora bien, en cuanto documento, la fotografía es un receptáculo de información y como cualquier otra fuente documental está compuesta por soporte, formato y mensaje.[iv] Es un mecanismo de transporte de saberes y cultura así como depositaria de una multiplicidad de mensajes. Constituye un medio de comunicación polisémico, es decir, aglutinador de una pluralidad de significados.
Fotografía documental: definición
Las posturas para definir la Fotografía Documental tienden a la concomitancia. Según Arroyo Vázquez es “una evidencia respecto a la realidad, es testimonial…”[v], concepto repetido casi textualmente por Villamontes de Alsola[vi] y Becquer Casabelle [vii]