Durante las próxima semanas exploraremos las diferentes facetas de la fotografía de documentalismo social que en esta ocasión buscaremos definir.
Por Óscar Colorado Nates*

Los miembros de la Academia de Ciencias de París apreciaron de inmediato las posibilidades del daguerrotipo que mostró Jacques Mandé Daguerre. Por sí mismo ese invento, que acabaría evolucionando y denominándose fotografía, resultaba prodigioso. Más allá del hecho casi milagroso de crear una imagen a partir de la realidad subyacía una inédita capacidad para el registro. Desde experimentos, clasificación y archivo de especies vegetales y animales o la confección de índices de emociones humanas hasta tipologías fisonómica, la fotografía era el medio privilegiado para proporcionar certidumbre a una investigación.
En sus inicios, la fotografía era parte del espíritu de su tiempo, un producto en perfecta consonancia con los paradigmas del positivismo. Se le vio como la herramienta por excelencia para ofrecer información directa y objetiva.
Muy pronto aparecieron los primeros que la utilizaron para hacer un recuento del mundo. Sin embargo “…eran simples registradores, técnicos habilidosos, sin duda, pero observadores pasivos. […] Se presentaban como recopiladores de hechos y negaban tener intereses estéticos o políticos.”[i]

Sin embargo más que un mero registro, la fotografía era capaz de producir algo mucho más sofisticado: un auténtico documento.
Documento y fotografía

La primera noción de documento la encontramos, por supuesto en el ámbito del discurso lingüístico es decir, en la pieza escrita, cuya primacía duraría siglos. Sin embargo poco a poco hubo un tránsito del documento escrito al icónico. [ii] La humanidad ha ido desplazándose del texto escrito a la imagen. Ya lo indica Giovanni Sartori: “Nos encontramos en plena revolución multimedia. Esta revolución está transformando al homo sapiens, producto de la cultura escrita, en un homo videns para el cual la palabra ha sido destronada por la imagen.”[iii]
Ahora bien, en cuanto documento, la fotografía es un receptáculo de información y como cualquier otra fuente documental está compuesta por soporte, formato y mensaje.[iv] Es un mecanismo de transporte de saberes y cultura así como depositaria de una multiplicidad de mensajes. Constituye un medio de comunicación polisémico, es decir, aglutinador de una pluralidad de significados.
Fotografía documental: definición
Las posturas para definir la Fotografía Documental tienden a la concomitancia. Según Arroyo Vázquez es “una evidencia respecto a la realidad, es testimonial…”[v], concepto repetido casi textualmente por Villamontes de Alsola[vi] y Becquer Casabelle [vii]
En el concepto de la fotografía social resuenan dos palabras clave: evidencia y realidad.
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