No existe fotógrafo, por malo, mediocre, notable o extraordinario que sea, que no se haya preguntado por el oficio de fotografiar.
Texto original de Óscar Collazos(1), adaptado y editado por Óscar Colorado (2)
Un fotógrafo que empieza es un proyecto incierto, una cámara a la deriva, un sujeto lleno de ansiedades. Observa y busca en el camino trazado por sus predecesores y no halla la manera de emularlos. Y si llega a conseguirlo, no será él, el fotógrafo que pretende llegar a ser un día, sino una huella difusa de aquellos predecesores que imita. Si de verdad desea ser auténtico, debe olvidarse de las obras de aquellos fotógrafos que admira. Y esto no es fácil: se cuelan en sus imágenes con insidiosa frecuencia; pertenecen a su memoria de fotógrafo y nada puede hacer para desalojarlos de allí.
El hallazgo de un estilo o un acento propio suele ser un primer escollo. Y es por momentos tan irrebasable, que el aprendiz de fotógrafo cae en la tentación de mimetizar en el estilo o el acento de los fotógrafos que admira. Seguir leyendo El oficio del fotógrafo