Cam-Man: El primer cómic mexicano sobre historia de la fotografía

Solo hay algo más grande que apreciar, amar y valorar la historia de la fotografía: Ser parte de ella.

Por Óscar Colorado Nates*

Nota importante: Tengo acostumbrados a mis queridos lectores a ilustrar mis artículos con infografías, fotos y galerías. He decidido dejar las fotos de esta pieza para el final. ¡Gracias por la paciencia!

I. El dilema de la BBC

Me sentí perdido, incluso un poco mareado, abrumado y sobrepasado. El agobio era mayúsculo: Acababa de recibir una invitación para hacer en Nueva York un programa de televisión sobre historia de la fotografía en co-producción con la BBC. Me pedían algo interesante, novedoso, que evitara a toda costa el aburrimiento. Y yo no tenía ni idea de qué hacer. Era noviembre de 2013 y había que preparar un pitch con la propuesta para diciembre.

Por esos días me senté a comer con mi mejor amigo, Sergio Padilla. Socio de andanzas y peripecias, cómplice, confidente; me ha acompañado durante años en lo mejor y lo peor de la vida.  Padilla es un experto en impresión e industria gráfica, así lo conocí, diseñador desde hace 34 años con estudios en Florencia. Sergio es un mago de hacer que las cosas ocurran, lo mismo ha producido teatro que audiovisuales. Y a pesar de su aspecto apacible, llegado el momento puede ser audaz al punto de la temeridad.

Mientras nos servían el plato fuerte en un restaurante a unos metros de la Universidad Panamericana en la Ciudad de México le conté del dilema neoyorquino. Y jamás imaginé que aquella comida nos llevaría, algún día a la institución fotográfica más importante de mi país para participar en un evento sin precedente en la historia de México.

– «No se me ocurre nada para lo de la BBC. No sé qué haré.» Confesé.

Sergio no dijo mayor cosa, se quedó pensativo. Pero aquella conversación había sido como ese inception al que se refería Christopher Nolan en la película que implicaba implantar una idea a una persona metiéndose en sus sueños. Sin embargo, en Sergio ocurrió una suerte de inception: un sueño había sido implantado en la realidad de mi amigo.

Nos despedimos con un acostumbrado y mexicanísimo abrazo. Sergio tomó un taxi y yo regresé a mi oficina.

II. ¿Un cyborg con la historia de la fotografía en el disco duro?

Pasaron algunas semanas y Sergio me buscó. Sin embargo, mi amigo no era el de siempre: Estaba -no miento- eufórico. Sergio, siempre calmo, sabio y apacible, lucía desbordado de entusiasmo. Había tenido un auténtico momento de eureka. Me dijo a trompicones ya tenía la solución al problema de la historia de la fotografía.

Comimos nuevamente y me contó que se le había ocurrido una historia muy extraña: Un cyborg que había sido implantado con tecnología alienígena en el Área 51 y que había participado en el atentado contra el World Trade Center en Nueva York; el dicho cyborg tenía inscrito en su disco duro todo el conocimiento sobre la historia de la fotografía y tenía que regresar al estudio de Daguerre para impedir que se volvieran a realizar actos como los ocurridos el 11 de septiembre de 2001. Pero dos prototipos previos a él, imperfectos aunque mortales, habían sido lanzados para cazarle. Y eso no era todo, este cyborg que llevaba el nombre de Janluc Daguerre (en homenaje a Louis Daguerre) podía viajar por el tiempo y el espacio y no era un personaje con una cámara, él mismo era una cámara, un hombre cámara, un Cam-Man.

Me quedé perplejo: No entendí nada. Sergio es un asceta, de modo que descarté cualquier forma de intoxicación. Pero ahí estaba diciéndome que tenía la solución a la historia de la fotografía con un cyborg de tecnología alienígena y que todo estaba basado en mis investigaciones; más aún, necesitaba que yo investigara más para darle sustento y soporte histórico a su idea.

Para entonces el proyecto de Nueva York se había vuelto dust in the wind: La productora había cambiado de prioridades y la pretendida alianza con la BBC había fracasado antes de nacer. Caput! El sueño televisivo se había esfumado. Pero con tantas ocupaciones (mi blog, el programa de radio, el doctorado, mis clases, atender a esposa e hijos y aún más) confieso que respiré aliviado. De cualquier manera, no había logrado descifrar el enigma de cómo plantear la historia de la fotografía de una forma novedosa y entretenida.

Y mientras yo seguía la vida, Sergio trabajaba, como suele hacerlo, silencioso pero constante. Pareció no importarle mi estupefacción (¿estupidez?).

Volvimos a vernos muchos meses después y me llevó una caja negra. Sergio es especialista en generar empaques maravillosos para entregar proyectos, de modo que no me extrañó todo el cuidado que había puesto en el armado de la caja. Pero su contenido fue el que me sorprendió:

– «Oye Sergio, pero… ¿Qué es esto?» Pregunté pasmado.

Eran láminas con dibujos a lápiz, viñetas con espacios vacíos para diálogo. Eran escenas que se adivinaban del siglo XIX y un personaje que se parecía, asombrosamente, a Louis Daguerre. Observé con cuidado los bosquejos a lápiz y la composición de las viñetas.

– «Es la respuesta a la historia de la fotografía de forma divertida: un cómic.»  Explicó Sergio.

Seguí viendo los dibujos y luego del siglo XIX apareció una nave alienígena destrozada, entonces un laboratorio y el implante de un ojo biónico en algo que parecía un robot antropomórfico.

-«¡Es Cam-Man! ¡El hombre cámara!» Clamó Sergio excitado.

Solamente había vistos dibujos así de bien hechos en mi niñez. Recordé de inmediato cuando leía mi cómic (un solo volumen en pasta dura) de Corto Maltés de Hugo Pratt.

– «Oye Sergio, esto es… ¡Increíble! ¿Tú lo hiciste?»

Sabía que Padilla era un estupendo ilustrador y que había trabajado para una importante editorial mexicana durante una veintena de años, pero no sabía que supiera dibujar historietas.

-«No, claro que no: Lo dibujó mi amigo Yves Lequesne.»

Sin duda no es fácil dibujar, pero hacer cómics requiere unas habilidades que -al menos para mí- resultan sobre-humanas: La capacidad de capturar el movimiento, una noción de los planos cinematográficos que ofrezcan dinamismo, la habilidad de armar personajes en cualquier posición imaginable…

-«Yves ha trabajado la historieta por veinte años, lo conocí en la editorial -mucho antes de independizarme- porque era el ilustrador de los libros. En aquellos años la reproducción fotográfica era incosteable y nos resultaba mejor incluir ilustraciones por encargo.»

Para mí fue un momento definitorio: Como Frodo entendiendo que su destino era destruir el anillo de poder en los fuegos del Orodruin, o Neo a punto de tragar la píldora roja que le llevaría a descubrir cuán honda era la madriguera del conejo blanco en la Matrix. En ese momento que dejé de ser un espectador para convertirme en cómplice de cuerpo y alma para el proyecto.

Sergio aún estaba trabajando el guion y, aunque Cam-Man ya estaba diseñado como personaje, hacía falta la investigación histórica para asegurar que no se tratara únicamente de una anécdota de ciencia ficción, sino un vehículo para contar la historia de la fotografía. Nos pusimos una meta ambiciosa: Que el cómic impreso tuviera 10 episodios; como apenas somos tres en el equipo, la periodicidad tendría que ser trimestral.

Por su parte Yves decidió que, de los muchos recursos icónicos que podía usar, Cam-Man debía ser ilustrado con un estilo clásico, del cómic francés y belga de las décadas de 1950 y 1960. Estudió cuidadosamente la paleta cromática. Quería que el cómic pudiera leerse como algo intemporal, con la misma vigencia en el momento de su presentación que veinte o treinta años después.

Sergio trabajó el guion de ficción con Yves a cargo de la ilustración. Serían 16 páginas las que integrarían el primer episodio con las aventuras de Cam-Man.

-«¿Y si incluyéramos un apartado histórico sobre un fotógrafo mexicano en cada número? No como una parte de ficción de Cam-Man, sino con un sentido claramente histórico, pero con la ilustración del cómic.» Propuse.

Por si aquel atrevimiento fuera poco, plantee un tercer reto: Incluir un apartado titulado “Vida fotográfica” orientado a los niños con cuatro viñetas sobre cámaras, fotografías importantes y otros hechos históricos. Había quedado muy claro, desde el principio, que haríamos el proyecto de Cam-Man en papel, no en electrónico. Sí, es más fácil distribuir un archivo PDF, pero pensamos que la objetualidad era crucial, la posibilidad de contemplar cada viñeta, de repetir ese ritual que teníamos siendo niños de pasar la tarde leyendo una historieta mientras oíamos música en el toca-discos de mi padre. “Nada de PDF”, era el acuerdo; Cam-Man sería en papel o no sería. Pero “Vida Fotográfica” podría ser una invitación para sacar el móvil y capturar un código QR para enlazarse a una publicación electrónica con más información. “Quiero que aparezca la fotogafía de «El Beso» de Alfred Eisenstaedt y que, luego, se pueda profundizar en la historia en una revista electrónica en PDF.” Yo pensaba en la hibridación, la capacidad de crear productos complementarios y de hacer atractiva la publicación para los lectores más jóvenes.

Sergio guardó silencio ante mi propuesta. Lo conozco lo suficiente para saber que su prudencia le impedía insultarme ante aquello que agregaba una complejidad adicional a un proyecto, de por sí, desquiciante.

Para mí el asunto tampoco era fácil: Decidí que el primer fotógrafo sería Nacho López, el sujeto de estudio de mi tesis doctoral. Desde luego que me arrepentí cuando me di cuenta que debía resumir 100 páginas de texto en apenas 12 viñetas. La figura de Nacho López es muy importante y una referencia obligada en México, pero ¿le conocerán en España, Argentina o Chile? ¿No era esa una oportunidad de ir llevando a los fotógrafos mexicanos a otras latitudes?

Yves trazaba a lápiz los apartados históricos cuando se organizó en agosto de 2018 el 18º Encuentro Nacional de Fototecas. Es una reunión anual donde se dan cita la treintena de instituciones mexicanas afiliadas al Sistema Nacional de Fototecas y cuyo epicentro es la Muy Noble, Muy Leal, e Insigne e Histórica Fototeca Nacional. El encuentro admite estudiantes, académicos, aficionados y público en general: Todos reunidos por la historia de la fotografía en un evento con mesas redondas, charlas, presentaciones editoriales, conferencias magistrales, y la posibilidad de abrazar a las figuras más entrañables y legendarias de la fotografía mexicana.

Llegué temprano al encuentro y me topé de inmediato con uno de los hombres más fantásticos que he conocido en mi vida, y no es broma ni exageración: Juan Carlos Valdez, maestro en historia y director de la Fototeca Nacional y del Sistema Nacional de Fototecas.  Juan Carlos es un hombre que ha sabido llegar a la gente más joven y hacer de los acervos fotográficos históricos algo vivo y vívido. Ha trabajado durante años con Mayra Mendoza, partner in crime, subdirectora de la Fototeca Nacional y, como el título de aquella vieja película de Bud Spencer y Terence Hill: “Juntos son dinamita.”

Juan Carlos me abrazó con la calidez que le caracteriza: Su abrazo es como el de un oso protector.

El equipo de la Fototeca es tan eficiente como eficaz. De modo que ya todo estaba listo para el encuentro, y su director se encontraba relajado, feliz y listo para comenzar la fiesta más importante de la fotografía histórica en México.

Yo llevaba en mi mochila un prototipo en blanco y negro de Cam-Man. Metí la mano a mi bolsa y se lo entregué a Juan Carlos:

– «Mira, te tengo un regalo: el primer cómic mexicano sobre historia de la fotografía. Bueno, es apenas un prototipo en blanco y negro…»

III. Una invitación oficial

4 de septiembre de 2018. Secretaría de Cultura. Un sello oficial que reza “Estados Unidos Mexicanos” en el Escudo Nacional.

Era el Oficio 401.4S.18-2018-/0731. La comunicación oficial nos invitaba a presentar en la Fototeca Nacional el primer cómic mexicano sobre historia de la fotografía. Lo firmaba el director del Sistema Nacional de Fototecas – Fototeca Nacional, Juan Carlos Valdez Marín.

-«¡Sergio! ¡Te tengo una noticia buena y una mala!»

Nos invitaban al foro más importante de fotografía en México, a la institución más respetada e importante para presentar el proyecto de Cam-Man. Pero había que acelerar a fondo: aún había que completar el cómic. Sergio puso manos a la obra. Yves había avanzado enormemente, pero aún faltaba un largo trecho técnico de diagramación, impresión, doblado, encuadernado y un larguísimo etcétera. La idea del papel era un reto que solamente alguien con la experiencia de Sergio podría afrontar.

Una mañana recibí otro mensaje por WhatsApp: Juan Carlos me confirmaba que la presentación sería el 20 de septiembre. Se me erizaron todos los folículos capilares (sí, todos): faltaban tres semanas.

– «Sergio, te tengo una noticia…»

Un nuevo WhatsApp nos hizo respirar: Debía aplazarse una semana la presentación para el 27 de septiembre. Aquel lapso adicional nos cayó como agua de mayo.

IV. Cam-Man: Del estudio de Daguerre a la Fototeca Nacional en México

Cuando se apagaron las luces del auditorio estaban ocupados todos los asientos e incluso los pasillos. Pero yo no sabía de toda la gente que no había podido entrar porque el local ya estaba lleno.

En un extremo de la mesa estaba Juan Carlos Valdez, en medio el padre de Cam-Man, Sergio Padilla. Y a la derecha un emocionado y nerviosísimo loco por la fotografía y que presentaría la historia del tebeo y cómo se insertaría Cam-Man como un episodio en la historia del cómic mexicano y de la fotografía nacional.

Durante mi conferencia me sentí desconcertado: “¿Les estará gustando?” me preguntaba. Nadie decía ni una palabra. Si no hubieran sido veinte minutos habría dicho que la gente ni siquiera respiraba. Las luces no me permitían ver la cara de los miembros del público. Y yo solamente oía mi propia voz, hueca, retumbando en el auditorio.

Anuncié la proyección de una pieza audiovisual que había preparado Sergio y luego su propia explicación del proyecto.

No hay nada más atemorizante que un auditorio repleto de gente, pero en total silencio. Estaba prevista una sesión de preguntas y respuestas. Si los asistentes no habían dicho nada durante la presentación ¿Estarían igualmente silencioso? ¿Tendríamos que decir, simplemente «bueno, pues muchas gracias, buenas noches, con su permiso»… y salir del recinto discretamente?

Pero las preguntas iniciaron de inmediato, una tras otra… Y luego los aplausos. Y entonces, en un santiamén, la mesa quedó rodeada de personas que nos saludaban, que acababan de comprar un ejemplar (o varios, como ocurrió muchas veces) pidiéndonos que se los firmáramos y les escribiéramos una dedicatoria. Desfilaban universitarios, personas mayores, fotógrafos, académicos… De pronto se nos acercó una niña encantadora y pequeñita, quizá de no más de seis años pero de cuerpo menudo que la hacía lucir aún más joven; iba con su madre quien nos explicó que la nena se llamaba Camille y que le gustaba contar historias. Tenía el sueño, a pesar de ser tan joven, de hacer un libro. La madre nos dijo que éramos una inspiración para la diminuta Camille. Cuando le entregaron a la niña una copia de Cam-Man exclamó saltando, asombrada e ilusionada, como solo en la niñez puede hacerse: “¡Huele a nuevo! ¡Huele a nuevo!” Los ojos se me hicieron agua: ¿Podría ser aquella presentación un momento importante, definitorio, para la vida de una niña?

Pero no pude detenerme a llorar, porque había que firmar otros ejemplares. No recuerdo haber recibidos tantas solicitudes para una selfie en mi vida, posar junto con Sergio para la foto del recuerdo, recibir palabras de agradecimiento y de aliento…

El Cam-Man de Sergio, a pesar de mi estupefacción durante aquella comida tres años antes, se había hecho realidad.

Aquella noche no podía dormir, no quería dormir: Porque si me dormía tal vez soñaría, y ningún sueño podría igualar a la realidad de haber estado junto con mi mejor amigo Sergio Padilla en la Fototeca Nacional presentando su Cam-Man, el primer cómic mexicano sobre historia de la fotografía. ¡Gracias, Sergio, por soñar!

 

Cam-Man está disponible, exclusivamente, en versión impresa que puede adquirirse en www.camman.mx a un precio de $100mxn, 4,5€ o $5usd (más costo de envío).


oscar_colorado_nates_2018* Por Óscar Colorado Nates, académico, crítico, analista y promotor de la fotografía.

Doctor cum laude en Ciencias de la Documentación por  la Universidad Complutense de Madrid y master en Narrativa y Producción Digital por la Universidad Panamericana (Cd. de México) donde es Investigador de Tiempo Completo y Profesor Titular de la Cátedra de Fotografía Avanzada así como Docente de Posgrado en Narrativa y Nuevas Tecnologías

Autor de libros como Fotografía 3.0; El Mejor Fotógrafo del Mundo o Instagram, el ojo del mundo, entre otros. Ha publicado en OscarEnFotos más de 200 artículos sobre cultura fotográfica.

Productor, director y conductor del programa de radio Imagen Líquida.   Conferenciante internacional en foros académicos y de divulgación sobre la fotografía. 

Miembro del Seminario de Imagen y Cultura, la Asociación Mexicana de Estudios de Estética, el Seminario Permanente de Análisis y Crítica Cinematográfica (SEPANCINE) o de The Photographic Historical Society (Rochester, NY), entre otras.


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8 comentarios sobre “Cam-Man: El primer cómic mexicano sobre historia de la fotografía”

  1. Pues, qué decir amigo mío!! Celebro grandemente el éxito de este proyecto del que espero tener pronto un ejemplar en mis manos. Es para mí muy, muy, muy reconfortante saber que en estos tiempos haya personas como tú haciendo tanto por mantener a la fotografía en el lugar que merece. Expreso mi admiración a los que hicieron posible Cam-man y especialmente a ti. MUCHAS FELICIDADES!! Saludos!!

    1. Mi querido Ernesto, tú también con tu pasión, tu trabajo y tu cámara haces mucho por la fotografía y la mantienes, como tú dices, en el lugar que merece. Este proyecto es, no me cabe duda, una hermosa locura que solamente cobra sentido hasta tener el cómic en las manos y entonces ¡Todo parece tan lógico! Decía Kierkegaard que la vida se vive para adelante pero se entiende hacia atrás. Algo similar decía Steve Jobs sobre aquello de «unir los puntos». Cuando se ve Cam-Man, cobra sentido todo, incluso los sinsentidos aparentes. Quisimos también que este proyecto fuera asequible. Aunque eventualmente lo distribuiremos en Librerías Gandhi, quisimos también la oportunidad de que la gente pueda comprarlo por Internet por todos los amigos que viven en Perú, España, Venezuela, Colombia y tantos países hermanos. Yo me siento feliz por la respuesta que ha tenido el cómic y, desde luego, sé que a ti te encantará. Un millón de gracias siempre por tu apoyo, porque escuchas Imagen Líquida, estás al pendiente del blog todo el tiempo. Cuando encuentro una respuesta así, desde luego que el compromiso de seguir creando, inventando y haciendo proyectos se mantiene, porque hay personas del otro lado de la computadora, o del micrófono o del cómic que aprecian este esfuerzo, lo aprovechan y -entonces- sé que todo el esfuerzo sirve, pues ese es mi papel, servir. ¡Te mando un abrazo muy fuerte, espero que podamos irnos a tomar un café pronto!

  2. Escuchar historias de cómo se genera la historia es siempre interesante, pero con este estilo tan dinámico y amable resulta inspirador además de simpático.
    Como las luces no te dejaban ver, yo con mucho gusto puedo comentar lo que veiamos detrás de esas luces (o al menos lo que yo vi), tres hombres, diferentes en profesión, en «formato físico» e incluso en trabajos distintos con solo dos cosas en común, el amor por la fotografía además de gusto por los cómics.
    Lo que fue más evidente en cada palabra al momento de presentar este comic era la pasión, y por favor no me malentiendan porque el conocimiento que tienen se desborda en la forma en que acomodan las palabras para explicarnos, pero sobretodo compartirnos lo que pasaba por su mente en cada momento creativo; pero uno de mis muchos momentos favorito fue como Sergio hablaba de su «hijo» Janluc y su historia llena de persecución, verdad y color, era sencillamente escuchar a un padre orgulloso de ver a su hijo tan grande y fuerte. O como un hombre tan estudiado como tu óscar ante una pregunta del público mencionaste sin nota de duda en tu voz que lo más importante es reconocer que no lo sabemos todo, con esa humildad que solo los grandes tienen fue un momento sublime.
    Creo que ambos nos dejaron maravillados, porque contar una historia no es fácil, pero hacer que las cosas pasen, es un logro que no cualquiera puede tener. Además claro de los muchos reclamos (he de confesar) que nos hicieron saber sobre el tiempo que hizo falta, el lleno excesivo del lugar y que querían tenerlos más cerca para seguir preguntando y charlando con ustedes.
    Creo que de las cosas más bonitas que hay en la vida es ver a las personas haciendo lo que saben hacer y si a eso le agregamos hacerlo con tanta pasión y cariño resulta en un momento verdaderamente inspirador… así que solamente me resta decirles, gracias, por soñar, si, pero sobretodo a enseñarnos cómo se trabaja por un sueño.

    1. Gabriela, tus palabras me llenan de alegría y sé que también para Sergio. Muchísimas gracias por compartir. Nosotros también hubiéramos querido estar mucho más tiempo pero teníamos que desalojar el auditorio y si hubiera sido necesario estar dos horas más firmando cómics, créeme que hubiera sido un placer. De nuevo, mil gracias por compartir este sueño.

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