Un aspecto que el fotógrafo puede pasar por alto como parte de su juego de herramientas creativas es la lectura fotográfica.
Por Óscar Colorado Nates*
Leer fotos es hacer fotos
Existe una tendencia natural a creer que hacer fotos implica, invariablemente, tener la cámara en la mano. Sin embargo valdría la pena recordar que la fotografía es, ante todo, un proceso creativo donde la lectura de imágenes tiene un papel fundamental. Leer fotos es una actividad que busca desentrañar los elementos visuales de una imagen al tiempo que busca encontrarle un sentido. Se trata, al final del día, de cómo hacemos una interpretación.
A primera vista, podría creerse que la creación fotográfica (hacer una foto) es un proceso activo y leer una imagen es un hecho pasivo. Sin embargo, el acto de la lectura fotográfica también es activo porque se trata de un camino de ida y vuelta, lo que nos ha querido decir el fotógrafo y lo que nosotros le decimos a sus imágenes.

Al contemplar una foto, sabemos que el artista se ha interesado por un sujeto y ha querido expresar algo, tanto de sí mismo como del sujeto que eligió capturar. En el otro extremo se encuentra el observador quien recibe el mensaje, pero lo modifica a partir de su cultura, origen y punto de vista.
De modo que la fotografía es un diálogo, no un monólogo. Para un fotógrafo, la lectura fotográfica nunca es una actividad pasiva. De hecho forma parte de su propio proceso creativo porque le brinda inspiración y modelos a seguir.
El adolescente rockero
Pensemos en un adolescente que desea formar una banda de rock. La primera inspiración habrá venido de haber escuchado a otros músicos, y aquellas piezas y estilos que le gustan serán lo primero que incorporará en sus incipientes pasos musicales. Copiará, emulará, modificará y eventualmente encontrará su propia manera de expresarse.

Lo mismo debería ocurrir con el fotógrafo, pero frecuentemente cargamos con demasiados fantasmas heredados del modernismo y sus vanguardias: Aquellos mitos acerca de que un artista debe ser único, irrepetible, absolutamente original. Estos mitos provocan un bloqueo. Para quien se inicia en la fotografía siempre hay una sensación de que basarse en el trabajo de otros, ya no digamos copiar, es un pecado mortal. Nada más alejado de la realidad, y menos aún a partir del arte conceptual y el posmodernismo.
Pero regresemos a nuestro joven músico. Lo primero que seguramente hará este aprendiz será copiar aquel riff de Jimi Hendrix o de Eddie Van Halen que tanto le gusta. ¿Y cómo comenzó todo? Escuchando. Mutatis mutandis, para el fotógrafo todo empieza viendo, y antes que nada, percibiendo el mundo a través de los ojos de otro, de la mirada de otros grandes fotógrafos.

Todos los grandes músicos comenzaron así: con puntos de referencia. ¿No resultaría terrible exigirle a nuestro joven guitarristas que invente algo absolutamente original, de la nada? Pues esa exigencia tremenda nos la imponemos, todos los días, los fotógrafos.
¿Por dónde comenzar?
Antes que con la cámara, se podría afirmar que el proceso fotográfico comienza cuando se tiene un libro de fotografía en la mano. Y con esto no nos referimos a un manual o a un texto didáctico sobre cómo hacer fotos, sino a la compilación de la obra visual de un autor (o autores) publicados en un mismo texto. Se trata de mirar, y admirar, el trabajo de los grandes maestros.
Si al cerrar un libro de fotografía se siente esa necesidad imperiosa de coger la cámara y salir a la calle, se puede estar seguro que aquella obra fue un motor fundamental de inspiración y ejemplo.
La lectura fotográfica puede iniciar como un juego, simplemente dando una revisión superficial a un libro. Un paso fundamental es dejarse llevar por aquello que nos gusta: suena a perogrullada, pero no lo es. Funciona muy bien ir a la librería, buscar la sección fotográfica y dejarse seducir. ¿Qué libro le llama a uno? ¿Qué autor resulta intrigante? No es necesario hacerse mayores cuestionamientos ni razonamientos.
En este sentido es fundamental dejarse llevar por el deleite. La belleza implica goce, lo grotesco disgusto. De modo que iniciar la lectura se trata, en primera estancia, de escoger algo que se disfrute.
Para comenzar una vida de lectura fotográfica no hace falta un orden. Si un fotógrafo va a la librería y empieza a comprar libros de grandes maestros en orden alfabético sería, desde luego, muy ordenado; sin embargo es muy fácil que con una estrategia así acabe por abandonar el hábito de leer fotos. Queremos exactamente lo contrario: seguir viendo y buscando fotografías. Y la mejor manera de hacerlo es dejarse llevar por el gusto, por aquello que nos agrada mirar.
En este primer nivel de lectura valdría la pena plantearse tres cuestiones:
– ¿Qué me gusta de este autor?
– ¿Hay algún elemento que se repita que llame mi atención?
– ¿Qué me gustaría hacer como él?
La respuesta a estas tres sencillas preguntas ya nos está llevando a un siguiente nivel de lectura mucho más activo. No solamente gozamos, sino también analizamos qué nos llevó a interesarnos por este autor en particular. Estamos en un ejercicio de auto-consciencia fotográfica que nos permite cuestionar al fotógrafo, pero ante todo a nosotros mismos.
Ya llegará el momento en el que demos un paso adicional como comprar otro libro del mismo maestro o buscar más fotografías suyas en Internet. Al principio conviene dejarse llevar por el gusto, el desorden si se quiere. Posteriormente podremos contar con más información, buscaremos en dónde encaja el fotógrafo que nos gustó y con qué otros creadores tiene afinidad. En su momento seguiremos el hilo, del mismo modo que el futuro músico comienza a preguntarse cómo se formó su banda favorita, en dónde surgió, a qué movimiento se integró, qué influencias tiene.
Como jugando
Es fundamental subrayar que este primer proceso de lectura debe tomarse con ligereza, como jugando. La actitud lúdica nos abre a un proceso creativo y nos permite estar en un entorno sin exigencias, distendido. Este juego ya comienza a cambiar nuestra cultura visual, el entendimiento de nuestro “yo fotográfico” a partir de la obra de otros.

Regresemos a nuestro chico rockero: Imaginemos al adolescente con unos auriculares disfrutando su música favorita. No es una actividad formal, sistemática ni utiliza una metodología: Picotea, grita su canción favorita, y cuando se aburre ¡A otra cosa! Es una actitud que le ayuda a disfrutar de la actividad y a repetirla. Nadie busca aquello que disgusta. Es importante en estos primero pasos de lectura el hacer el momento lo más agradable posible: evitar distractores, escuchar música que le guste al fotógrafo, tomar una bebida que sea placentera (desde una cerveza, un café, té…)
La idea es generar un entorno sensorial rico que aumente el placer de la lectura fotográfica. Se trata, en este ambiente agradable y acogedor, de pasar las páginas sin prisa, poniendo atención a los detalles que atrapen nuestro interés.
Retornando al tema de la experiencia lectora: si nos aseguramos de construir una actividad agradable, desearemos repetirlo; se está formando un hábito. Nuestro adolescente vuelve a escuchar música una y otra tarde porque es una actividad agradable y, sin saberlo ni intentarlo, está creciendo en cultura musical. Pronto se volverá un erudito en temas musicales y podrá discutir con algún otro amigo “experto” los pormenores de tal o cual artista. Y sin duda cuando tenga la guitarra en la mano se colarán esas tardes de escucha placentera.
En fotografía es lo mismo. Cuando carguemos con nuestra cámara, en el estuche también nos acompañarán aquellos fotógrafos que han atrapado nuestro gusto, y seguramente nos interesarán los mismos temas, los mismos sujetos. Sin embargo nos descubriremos haciendo las cosas un poco distinto, a nuestro propio modo. Y así es como se va creciendo artísticamente.
Sigamos el ejemplo del adolescente. Para convertir a la lectura fotográfica en un poderoso motor creativo lo primero es jugar, disfrutar, ver lo que nos gusta sin mayores aspiraciones. Ya llegarán otras etapas de erudición, sistematización, ubicación espacio-temporal, corrientes y movimientos…
Al momento de coger la cámara, todas esas tardes disfrutando libros y admirando el trabajo de otros se convierten en una herramienta activa. A primera vista podrían parecer que la cámara y los libros son actividades dispares, pero se trata de una actividad simbiótica: el fotógrafo se lleva a cuestas al lector quien le alimenta y viceversa.
Ante todo, es fundamental comprender que cuando leemos una fotografía estamos haciendo fotos. Es decir, que la cultura visual va formando una parte de nuestro criterio fotográfico. Además de objetivos, accesorios, filtros, no olvidemos llevar junto con nuestra cámara, aquellas deliciosas tardes de lectura fotográfica. Lograremos entonces que la lectura se convierta, auténticamente, en una herramienta creativa.
* Óscar Colorado Nates es Profesor/Investigador titular de la Cátedra de Fotografía Avanzada en la Universidad Panamericana (Ciudad de México).
Es autor de los libros:
- Ideas Decisivas: 800 reflexiones fotográficas (2a. Edición)
- Fotografía 3.0 Y después de la Postfotografía ¿Qué?
- Instagram, el ojo del mundo
- Fotografía de documentalismo social
- Fotografía Artística Contemporánea
- El Mejor Fotógrafo del Mundo.
Columnista en el periódico El Universal (Cd. de México).
Editor y Director General de la revista fotográfica MIRADAS.
Co-fundador de la Sociedad Mexicana de Daguerrotipia y miembro de The Photographic Historical Society(Rochester, NY).
Las opiniones vertidas en los artículos son personales y no reflejan necesariamente las posturas de la Universidad Panamericana.
El presente texto fue publicado originalmente en la revista Fotógrafos Latinoamericanos, Noviembre de 2015. Reproducido con permiso del editor.
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estoy de acuerdo con este artìculo. Y asi como mario Lanza comenzo practicando y oyendo a caruso.. lo mismo Pavaroti., gran cantante. si nos fijamos detenidamente a Yusuf Karsh en Fotografia de Estudio o Adams en sus extraordinarios paisajes , podemos ensayar a tambien llevar a nuestras fotografias el gran detalle y composicion…
Roberto Perea Q.
Estimado Roberto, la creación requiere influencia. Ni siquiera los grandes genios han hecho algo de la nada y encontrar referentes es el primer paso para iniciar el camino propio. ¡Muchos saludos!
Desde que me inicié en la fotografía voy por la calle haciendo fotos aunque no lleve la cámara conmigo. Voy mirando el paisaje, a la gente y me digo «mira que buena foto». En fin, muy buen artículo. Saludos
Estimado Ernesto, ese ejercicio de «hacer fotos sin cámara» es magnífico. Yo tengo la costumbre cuando veo en la calle una foto, pero no tengo cámara, de chasquear los dedos, porque esa acción física me liga a la idea del obturador y es una forma de hacer ese «clic». Gracias como siempre por acompañarme en este espacio y te mando un abrazo muy fuerte.
Hola Oscar. Para empezar, decirte que me encanta tu blog y me encanta ver que tratas a la fotografía con tanto cariño y esmero. Hoy en día es difícil encontrar artículos que vayan más allá de los típicos 10 consejos «sobre cómo mejorar tus fotos». Así que en primer lugar, gracias. En segundo, y respecto a éste particular artículo, quisiera aportar la obra fotográfica de Alex Webb, cuyas imágenes están llenas de lecturas, relecturas y pueden hacer que los ojos se pierdan en el caos, pero aún así nos parezcan preciosas. Además, creo que sus fotos son como puzles, compuestas de imágenes pequeñas que terminan formando parte de una sola foto. Su ficha en la web de Magnum es espectacular.
Lo dicho, gracias de nuevo y a seguir bien 😀
Muchísimas gracias Antón. Alex Webb es un fotógrafo al quien le tengo echado el ojo desde hace algún tiempo y espero algún día dedicarle un especial. Sobre tu comentario te agradezco mucho porque, al final del día, hago estos contenidos por amor a la fotografía y para compartir ese gusto y ese cariño. Me da mucho gusto que los recibas y se compartan. ¡Muchos saludos y gracias por todo!
Toc toc… saludos Óscar
Cuando comence a aprender telegrafía recuerdo que caminaba por la calle y buscaba que leer; en los anuncios, los nombres de las calles… ¡ buscaba letras ! y comenzaba con el ti y el taa (puntos y lineas) fué divertido darme cuenta que fué fácil.
En el caso de la fotografía en lo particular no ha sido igual de fácil pero si divertido.
Nuevamente gracias.
Hola Alejandro, muchas gracias por el comentario. El propósito de esta serie de artículos es, precisamente, invitar a que la lectura fotográfica se vea como algo accesible, interesante y agradable. ¡Muchos saludos!
Hola Oscar muchísimas gracias por tu blog al que sigo desde hace tiempo y lo he recomendado a mis colegas del País Vasco.
Me gustaría preguntarte si tienes publicados en papel alguno de tus libros.
Agur
Hola, muchas gracias por seguir el blog. Efectivamente, todos mis libros han sido publicados en papel. Los envíos internacionales de mis libros los maneja la librería «Soluciones Bibliográficas». Puedes contactarlos aquí para conseguir mis libros:
http://solucionesbibliograficas.com/contact/
¡Un saludo muy grande!
Hola Óscar,
He empezado a leer tu blog hace algún tiempo. Muchas gracias por las publicaciones tan interesantes y ricas fotográficamente hablando.
No puedo estar más de acuerdo contigo en la «educación visual» que propones con la lectura fotográfica. Personalmente creo que es fundamental para el crecimiento creativo y también técnico, porque el análisis además de artístico debe ser también técnico, en mi opinión. Intentar descubrir qué focal, qué diafragma y qué velocidad se han seleccionado también ayuda a comprender encuadres, distribución de elementos y composición.
Yo siempre digo que la revista National Geographic es una buena escuela fotográfica porque mezcla muchas ramas de la fotografía (naturaleza, reportaje, macro, retrato…).
En mi web tengo una sección llamada «links» donde precisamente enlazo algunos de los autores que me sirven de escuela, y leyendo tu artículo ha sido grato ver uno ha ido siguiendo los pasos adecuados.
Gracias por tus publicaciones.
Saludos desde España.
Hola Yago, muchas gracias por tu comentario. Creo que la cultura visual es fundamental porque se convierte en el combustible para el fuego creativo. ¡Gracias por seguir este espacio, te mando un gran saludo!
Soy profesor de Historia del Arte (artes plásticas) en dos universidades de Guate: UMES (salesiana) y UNIS (Prelatura del O.D.), e investigador del Arte Colonial. Me produce mucho placer estético la lectura fotográfica, pero no conozco mayor cosa de apreciación fotográfica, por lo cual este estupendo y muy atractivo BLOG me está resultando muy enriquecedor (Me encantó el capítulo sobre el instante decisivo de Cartier-Bresson).
Agradezco enormemente su generosidad al compartir sus conocimientos y experiencia. Sería fantástico que todos los profesores construyeramos una herramienta tan útil y valiosa como su blog. MIL GRACIAS!
Muchísimas gracias. De hecho todo nació precisamente con el deseo de compartir información con mis alumnos, profundizar en temas cuando durante la clase no es posible, etcétera. Y me ha parecido que ponerlo a disposición de toda la comunidad fotográfica podría ser de utilidad. De modo que agradezco mucho tu comentario porque significa que ha sido de utilidad. Muchos saludos y mil gracias, tus palabras me animan a continuar con esta labor.