La fotografía de foto-documentalismo social alcanzó su madurez gracias al compromiso y visión de Jacob A. Riis y Lewis W. Hine. El primero era periodista y el segundo sociólogo. Ambos lograron lo que nadie imaginó: cambiar el mundo gracias a sus fotografías.
Hine y Riis dotaron al documentalismo social del componente activista que le faltaba a los precursores del género.
Por Óscar Colorado Nates*
1. Jacob A. Riis

Jacob August Riis abandonó su natal Ribe (Dinamarca) para conseguir dinero en Estados Unidos y poder casarse. Era 1870 y nada fue fácil para el inmigrante que comenzó trabajando como carpintero y vendedor. Hoy se tiende a idealizar la vida de los primeros inmigrantes que llegaron a Estados Unidos, pero Jacob Riis sufrió en carne propia la vida miserable en las barriadas neoyorquinas y las residencias para pobres administradas por la policía. Después de un incidente en el que un policía mató a golpes a su único amigo, un pequeño perro,[i] Riis comenzó a redactar Hard Times y comprobó que tenía talento para escribir.

Un conocido le contactó en 1873 con una agencia noticiosa y el carpintero inmigrante se convirtió reportero policial del New York Tribune. En 1888 dejó este trabajo para integrarse como periodista en el New York Evening Sun donde comenzó su cruzada para ayudar a los desposeídos pues para Riis los pobres no eran los creadores de su destino sino víctimas.[ii]
Riis no era un fotógrafo, pero entendió rápidamente la importancia de documentar gráficamente las inconfesables condiciones de vida en los callejones y barriadas de Nueva York. Intuía, correctamente, que la fotografía podía ser un arma extraordinariamente poderosa. Inicialmente utilizó la ayuda de otros pero acabó aprendiendo a crear sus propias fotografías.

“Las fotografías de Riis proporcionan una visión muy dura de la vida en los guetos. Familias depauperadas que miran a la cámara con los ojos vacíos. Niños andrajosos durmiendo entre las basuras acumuladas junto a las casas. Un anciano de pie en medio de la calle pidiendo que alguien le compre uno de sus lápices. Un inmigrante sentado sobre su lecho de paja. Un nuevo ciudadano americano preparándose para el Sabbath en una carbonera.”[iii]
En 1887 Riis leyó sobre la invención del Blitzlichtpulver para iluminar una escena por medio de polvo de magnesio. De inmediato entendió las posibilidades que le abría esta nueva tecnología para sus fotografías y se convirtió en uno de los primeros en utilizar el flash. Una parte fundamental en la vida de los inmigrantes era la vida nocturna y el apiñamiento en las insalubres casas para pobres administradas por la policía.
Olivier Lugon explica que “Al permitir a la mirada pública penetrar a su vez en los cuchitriles, en los cobijos nocturnos o en los sótanos, el flas (sic) posee una capacidad de revelación que, al margen de la aportación documental efectiva, adquiere una carga simbólica, al expresar por sí solo las ambiciones de esa fotografía de denuncia, así como los problemas a los que deberá enfrentarse.”[iv] Y agrega: “Por un lado, ese fogonazo de luz en medio de la oscuridad encarna mejor que ninguna otra cosa la pretensión de esos fotógrafos de sacar a la luz lo que la sociedad reprime, su capacidad para desvelar las partes más escondidas de la realidad y de la naturaleza humanas. Da origen a una auténtica retórica visual de la revelación…”[v]

Para 1890 el periodista había realizado numerosas presentaciones públicas donde se proyectaban su fotografías. Poco a poco fue puliendo su discurso y cuando publicó su primer libro How the Other Half Lives el éxito fue inmediato.
“Transformaría la fotografía en una transparencia para ilustrar una de sus famosas pláticas reformadoras. Riis embellecía estas pláticas con un vocabulario exagerado… Al hacerlo, Riis creaba poderosos marcos de interpretación para la forma en que los espectadores debían entender las fotografías en sus pláticas ilustradas. Las fotografías comunicaban su mensaje; a cambio, las frases que resultaban bien acogidas entre el auditorio de Riis le servirían como títulos para imágenes subsecuentes.”[vi]
Las fotografías conmocionaron al público. Incluso todavía hoy siguen siendo impactantes y muchos de quienes las ven por primera vez no pueden creer que alguna vez hubieran existido condiciones de pobreza y hacinamiento de tal magnitud en una ciudad como Nueva York.
Al éxito inicial de su primer libro se agregaron Children of the Poor (1892), Out of Mulberry Street (1898), The Battle With the Slum (1902) y Children of the Tenement (1903). A pesar de que estas obras fueron mucho más cuidadas en todos los aspectos que How the Other Half Lives, ninguna alcanzó el éxito de su ópera prima.
Jacob Riis nunca pretendió dominar el arte de la fotografía y tras hacer las fotografías para How the Other Half Lives fue abandonando la cámara paulatinamente.

Sus fotografías no tenían intenciones estéticas y sin embargo son extraordinarias. “Ofrecen un registro invaluable de un momento crítico en la historia americana y contienen una enorme carga emotiva, no solamente porque son unas de las pocas imágenes que tenemos de los pobres justo antes del fin de siglo, sino por su crudeza técnica. El movimiento barrido, la dureza del flash, sus composiciones desequilibradas, los espacios claustrofóbicos y los extraños puntos de toma contribuyen a un sentido de inmediatez y de encuentro directo con los sujetos.”[vii]
Lo que no tenían de exitosas sus imágenes en el ámbito del formalismo fotográfico lo tuvieron en el impacto emocional y social. Gisèle Freund nos recuerda que “…la importancia de la fotografía no sólo reside en el hecho de que es una creación sino sobre todo en el hecho de que es uno de los medios más eficaces de moldear nuestras ideas y de influir en nuestro comportamiento.”[viii]
La obra entera de este fotógrafo estaba lejos de constituir un mero trabajo de evidencia científica: Era claramente una herramienta de apasionada propaganda[ix] y logró su cometido. Riis tocó profundamente la sensibilidad del Comisionado de Policía de la ciudad de Nueva York, quien acompañó al periodista en escapadas nocturnas. Gracias al trabajo de Riis cuando el comisionado policial sea electo Gobernador “mandará derribar varios cuchitriles, rehabilitar viviendas insalubres, cerrar talleres clandestinos y los asilos dirigidos por la policía, y crear un parque.”[x]
Este gobernador y excomisionados policial se llamaba Theodore Roosevelt y se convertiría en el 26º presidente de los Estados Unidos. No es de extrañar que la influencia de Jacob Riis en la política social estadounidense pudiera trascender del cuchitril y las barriadas neoyorkinas para impregnar las reformas sociales de la llamada Era Progresista.

Para cuando el periodista murió en 1914 ya era conocido como “El emancipador de los Barrios Bajos”. Aunque Jacob A. Riis solamente dedicó cinco de sus 35 años de vida periodística a la fotografía, logró escribir una de las páginas fundamentales en la historia del documentalismo social y contribuyó de manera efectiva a mejorar las condiciones de vida de los más vulnerables no solamente en Nueva York sino en toda la Unión Americana.
2. Lewis W. Hine

Lewis Wickes Hine (Estados Unidos, 1874) animaba a sus estudiantes de la Ethical Culture School en Nueva York a usar la fotografía como medio de educación. De hecho valdría la pena recordar que la palabra documentar y documental provienen de la voz latina docere que significa enseñar, educar.
Hine se había graduado en sociología tras estudiar en Chicago y Nueva York. Al igual que Jacob Riis dirigió su mirada a los inmigrantes y en 1908 publicó Charities and Commons. Sin embargo su leitmotiv sería el trabajo infantil.
A principios del siglo XX no existía una regulación laboral nacional en Estados Unidos que protegiera a los menores, por lo que miles de niños trabajaba en condiciones aberrantes en talleres y fábricas. En 1908 Hine se convirtió en investigador y fotógrafo del National Child Labour Comittee.
Hine se propuso hacer fotografías de niños en las terribles condiciones de trabajo de fábricas y talleres con el propósito de mover a la opinión pública y lograr un cambio que protegiera a los menores.
El sociólogo planeó visitar los centros laborales y documentar fotográficamente a los menores y sus condiciones de trabajo. La tarea no era sencilla: ¿Cómo entrar a fábricas y talleres y justificar la presencia de esa cámara?
“Hine se hizo pasar por todo tipo de personajes desde inspector de bomberos hasta vendedor de Biblias. Una vez escondió la cámara en una fiambrera…”[xi] Ya estando en el interior de las factorías comenzaba su labor fotográfica. El paisaje que pintó era una extraña mezcla de hermosos niños tan pequeños que requerían bancos y monstruosas máquinas que parecían estar dispuestos a engullirlos.
En estas condiciones subrepticias no puede dejar de asombrar que Hine realizado cinco mil de fotografías[xii] y recorrido más de 12,000 millas en el transcurso de un año.

El estilo fotográfico del sociológo resultó mucho más refinado que el de Riis. “Hine usó ángulos y retratos en primer plano (él mismo pedía a los niños que miraran directamente a la cámara) que enfatizaron aún más la situación de los pequeños empleados, frente a los enormes telares y máquinas.”[xiii]

Algunos niños sufrían lesiones severas por las máquinas debido a lo pequeños que eran y porque muchos no sabían leer las advertencias de seguridad.
Hine registró cuidadosamente el nombre de cada niño, su edad, el tipo de trabajo o establecimiento donde trabajaba y su ubicación geográfica. Con esta acción el sociólogo arrancaba el anonimato y los niños en lugar de convertirse en objetos se transformaban en personas: Furman Ownes, Jo Bodeon, Tony Casale… Las edades eran espeluznantes: 8 años, 10 años, 12 años y aún menos. Muchos empleadores se hacían de la vista gorda y aducían que simplemente “aparecían” o que “ayudaban a una hermana”. Otros aleccionaban a los pequeños para que dijeran que tenían catorce años. Lewis mostró los rostros de pequeños mineros, obreros, hilanderas, campesinos, vendedores, limpiabotas…
El fotógrafo demostró cómo el trabajo infantil privaba a los menores de su propia niñez, salud, educación y mejores oportunidades en el futuro.[xiv] “Al igual que Riis, Hine tenía gran fe en el poder de las palabras adjuntas para transmitir el punto de sus imágenes…”[xv] Por ejemplo, Hine realizó una fotografía de un padre de familia con un brazo amputado con la intención de ilustrar cómo se esclavizaban las familias cuando el padre de familia se encontraba incapacitado para trabajar. “Tituló la imagen Un Brazo y Cuatro Hijos. En ésta y otras fotografías para el Pittsburgh Survey, Hine tomó prestado el lenguaje de los reformadores y lo añadió a sus imágenes. Al hacerlo, combinó el poder de la imagen dura con la persuasión de la palabra escrita.”[xvi]

En 1916 el Congreso aprobó la legislación para proteger a los niños. Como resultado de la Ley Keating-Owen, se restringió y reguló el trabajo de menores. Owen Lovejoy, presidente del Comité Nacional de Trabajo Infantil escribió que “la labor realizada por Hine para lograr esta reforma es más determinante que cualquier otro esfuerzo…”[xvii]

Lewis sabía que la opinión pública no permanecería indiferente. Sus fotos y “nada afectadas, son honestas, nítidas y limpias, objetivas en lo que representan y en cómo lo representan, y subjetivas, ¡claro!”[xviii] Ciertamente tanto Riis como Hine apelaban a las emociones del público: “Sus fotografías estaban enraizadas en el hecho (pobreza, horribles condiciones de vida, trabajo infantil), pero estos fotógrafos sabían que necesitaban invocar la emoción de sus observadores porque sabían que la emoción provoca la acción.”[xix]
La obra de Jacob Riis y Lewis Hine expresó el espíritu de denuncia y protesta social haciendo uso de la fotografía de documentalismo social.
Con frecuencia el fotógrafo que se enfrenta a situaciones injustas que claman acción queda perplejo. ¿Debe el fotógrafo simplemente registrar o está llamado a lograr algo más? ¿Puede la fotografía cambiar el status quo? Estos dos titanes del documentalismo social tienen una contundente respuesta: sí, es posible cambiar el mundo gracias a la fotografía.
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* Dr. Óscar Colorado Nates
Académico, crítico, analista y promotor de la fotografía.
Doctor «cum laude» en Ciencias de la Documentación por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Narrativa y Producción Digital por la Universidad Panamericana (Cd. de México) donde es Investigador de Tiempo Completo y Profesor Titular de la Cátedra de Fotografía Avanzada así como Docente de Posgrado en Nuevas Narrativas.
Autor de libros como Grandes de la Fotografía; Fotografía 3.0; El Mejor Fotógrafo del Mundo; Fotografía de Documentalismo Social; Instagram, el ojo del mundo; Fotografía Artística Contemporánea y Pensamientos Decisivos: 650 reflexiones fotográficas. Colabora en medios internacionales como Black Camera o Rolling Stone Magazine.
Comunicador transmedia, es director y conductor del programa de radio Imagen Líquida y creador de productos audiovisuales de divulgación como FotoPop y reflexión como El Mundo de la Fotografía.
Fundador del Observatorio de Cultura Fotográfica. Miembro del Seminario de Imagen y Cultura, la Asociación Mexicana de Estudios en Estética (AMEST), el Seminario Permanente de Análisis y Crítica Cinematográfica (SEPANCINE) y de The Photographic Historical Society (Rochester, NY), entre otras agrupaciones académicas.
Participa en el Programa de Apoyo a Proyectos para Innovar y Mejorar la Educación (PAPIME) de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Las opiniones vertidas en los artículos y producciones audio-visuales son personales.
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[i] Jacob Riis. The «Emancipator of the Slums». Disponible en http://agilewriter.com/Biography/JacobRiis.htm Consultada el 27 de diciembre de 2012
[ii] Jacob Riis. Disponible en http://www.spartacus.schoolnet.co.uk/USAriis.htm Consultada el 27 de diciembre de 2012
[iii] Kobré Kenneth, Fotoperiodismo. El manual del reportero gráfico. Edit. Ediciones Omega, Barcelona, 2006, Pág. 344 416 pp.
[iv] Gunthert André, Poivert Michel, El arte de la fotografía: de los orígenes a la actualidad, Edit. Lunwerg Editores, Barcelona, 2009, Pág. 383 620pp
[v] Ibídem
[vi] Curtis James. ¿Qué nos dice la fotografía documental? Disponible en http://www.iconofilia.com/biblioteca/quenosdice.pdf Consultada el 4 de enero de 2013
[vii] (Traducida) Yochelson Bonnie, Jacob Riis, Edit. Phaidon, Londres, Pág. 15, 128 pp
[viii] Freund Gisèle, La fotografía como documento social, Edit. Gustavo Gili, Barcelona, 1993, pág. 8 207 pp.
[ix] Guadignini Walter (Editor), Op. Cit. 304 pp.
[x] Gunthert André, Poivert Michel, Op. Cit. Pág. 384
[xi] Kobré Kenneth, Fotoperiodismo. Op. Cit. Pág. 345
[xii] Editors of Time Life Books, Life, Library of Photography: Documentary Photography, Edit. Time Life Books, Nueva York, 1974, pág. 56, 241pp.
[xiii] Sougez, Marie-Loup (coord.), Historia general de la fotografía, Edit. Cátedra, Madrid, 2007, pág. 456 826 pp.
[xiv] Biography of Lewis Hine. Disponible en http://www.photocollect.com/bios/hine.html Consultada el 27 de diciembre de 2012
[xv] Curtis James. Op. Cit.
[xvi] Ibídem
[xvii] Lewis Hine. Disponible en http://www.spartacus.schoolnet.co.uk/IRhine.htm Consultada el 27 de diciembre de 2012
[xviii] Lewis W. Hine / Fotógrafo “sentimental”. Disponible en http://escomberoides.blogspot.mx/2012/03/lewis-w-hine-fotografo-sentimental.html Consultada el 27 de diciembre de 2012
[xix] Bogre Michelle, Photography as activism. Images for social change. (Edición Kindle). Edit. Focal Press, Oxford, 2012, Loc. 253
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es una buena resena de jacob riiis muy buena
creo que fue un hombre con un reformismo muy independiente que tenia lastima por los pobres…
Claudia, gracias por tus comentarios. El tema de ser él mismo un inmigrante que sufrió de primera mano las barriadas, las casas de la policía y sus condiciones infrahumanas hacen reflexionar sobre qué tipo de enternecimiento y compasión excitados por los males de los pobres sentía Riis o si se trataba de una identificación social y afectiva con sus sujetos. Gracias nuevamente por visitar este espacio. Saludos, Óscar Colorado
A este sitio se viene a aprender. Quizás algún día tomes todos estos artículos y lo conviertas en un libro o varios libros. Cuando visito este blog siempre salgo con la impresión y la certeza de saber más sobre fotografía. GRACIAS, Óscar.
Muchas gracias por el comentario, de hecho de estos artículos ya he trabajado (y publicado) tres libros. ¡Y los que vienen! Gracias de nuevo y muchos saludos.
Un genio Lewis Hine!
Sin duda uno de los grandes del Documentalismo Social. Gracias por el comentario Andrés. ¡Saludos!