La pipa y los anteojos de Mondrián: André Kertész

André Kertész, uno de los principales fotógrafos húngaros de las vanguardias nos enseña cómo se pude hacer una obra maestra con los elementos más sencillos.

Por Óscar Colorado Nates* 

Andor Kertész, mejor conocido como André Kertész (Budapest, 1894 – Nueva York 1985) fue uno de los grandes fotógrafos del siglo XX. Su obra cruza el modernismo, la escuela surrealista y la prefiguración del humanismo fotográfico.

El grueso de su trabajo lo realizó en París, donde era apreciado y reconocido al punto de no saberse si adoptó a la ciudad luz o ésta lo adoptó a él. Llegó a la Ciudad Luz sin hablar una palabra de francés. Ahí se unió a otros paisanos suyos como Ergy Landau, François Kollar, Emeric Feher, Brassaï (Gyula Halász), Izis (Isräels Bidermanas), Germaine Krull o Robert Capa.

André Kertész. Autorretrato, 1936
André Kertész. Autorretrato, 1936

En París frecuentaba el círculo intelectual y los estudios de artistas como André Lhote, Fernand Léger, Ossip Zadkine, Alexander Calder, Tsuguharu Foujita, Ossip Zadkine y el holandés Piet Mondrian.

André Kertész supo entender cómo, con medios mínimos, era posible transformar una cosa simple, incluso obvia, en algo bello, atractivo y sugerente. No le interesaban las imágenes estereotipadas, sino lo accidental y lo incidental.

Kertész halló en las minucias ordinarias los grandes temas, los de interés universal, y en tal sentido también supo desentrañar al ser humano en los sitios cotidianos. Tenía la capacidad de crear una fotografía potente a partir medios muy simples.

André Kertész. La pipa y los anteojos de Mondrian, París (1926)
André Kertész. La pipa y los anteojos de Mondrian, París (1926)

La fotografía que comentamos en esta ocasión se titula “La pipa y anteojos de Mondrian” de 1926. Es un ejemplo perfecto de cómo se puede lograr una obra maestra con apenas unos elementos rudimentarios, en este caso los lentes y pipa del pintor holandés identificado con la revista De Stijl, Pieter Cornelis Mondriaan, mejor conocido como Piet Mondrian.

Todo está en el arreglo de los objetos, el ángulo de cámara… Es una foto que se enmarca en el género del bodegón. La posición de la mesa y el espacio vacío producen en el cuadro fotográfico unas formas triangulares con un gran contraste por tono. Al mismo tiempo, la luz difusa crea un volumen que subraya la tri-dimensionalidad de la estampa. Todo está en perfecta armonía y se nota cómo Kertész sabía destilar arte de estos objetos aparentemente triviales.

Como dice Noël Bourcier, «El surrealismo de algunas de las fotografías [de Kertész] de este periodo radica en la amplificación de los momentos de la vida, toda la fragilidad evoca una punzada de angustia incontenible […] No sólo constituye una composición formal admirable, sino que también parece elevar los detalles más triviales en poemas meditativos. » [1]

André Kertész. Piet Mondrian en su estudio(1926) Photographie Paris, Médiatheque de l'Architecture et du Patrimoine. © Ministere de la Culture - Médiatheque du Patrimoine, Dist RMN - © André Kertéz
André Kertész. Piet Mondrian en su estudio, 1926. © Ministere de la Culture – Médiatheque du Patrimoine, Dist RMN – © André Kertész

André Kertész emigró a Estados Unidos en octubre de 1936 pero la mudanza no le favoreció: Los americanos le ignoraron y, peor aún, por su origen húngaro le prohibieron difundir su trabajo hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX. Si París había adoptado a Kertész, América pretendía adaptarlo.

Klaus Honnef dice que:

«Aun cuando André Kertész se valía de métodos fotográficos modernos, usaba pespectivas sorprendentes y se arriesgaba a audaces detalles, su obra no resulta pretenciosa. Kertész descubría lo típico en lo secundario, en los fenómenos de los márgenes que casi nunca se perciben. De estos elementos incidentales, destilaba él su visión subjetiva. […] En sus imágenes de estilo extraordinariamente seguro se contiene con vivacidad lo que en la época de los mass media ya no despierta ningún interés especial.»[2]

Eventualmente el fotógrafo firmó contrato exclusivo en Condé Nast (1949) y fotografió más de cien sesiones anuales para la revista House & Garden. Sin embargo Kertész despreció aquellas fotografías y nunca los consideró dignas de ser incluidas en su obra personal. Las despreciaba por ser, para él, documentos sin vida.

Algunas de las fotografías de Kertész realizadas durante su época en Condé Nast para la revista House & Garden (ca. 1949):

Kertész fue un maestro de maestros, incluso el propio Henri Cartier-Bresson dijo de él: “Cada vez que el obturador de André Kertész hace clic, siento cómo late su corazón.»[3]

Aunque al final de su vida finalmente fue apreciado en Estados Unidos, ya era demasiado tarde: el reconocimiento había dejado de importarle.


oscar_colorado_natesÓscar Colorado Nates es Profesor/Investigador titular de la Cátedra de Fotografía Avanzada en la Universidad Panamericana (Ciudad de México).

Es autor de los libros:

  • Ideas Decisivas: 800 reflexiones fotográficas (2a. Edición)
  • Fotografía 3.0 Y después de la Postfotografía ¿Qué?
  • Instagram, el ojo del mundo
  • Fotografía de documentalismo social
  • Fotografía Artística Contemporánea
  • El Mejor Fotógrafo del Mundo.

Columnista en el periódico El Universal (Cd. de México).
Editor y Director General de la revista fotográfica MIRADAS.

Co-fundador de la Sociedad Mexicana de Daguerrotipia y miembro de The Photographic Historical Society (Rochester, NY).

Las opiniones vertidas en los artículos son personales y no reflejan necesariamente las posturas de la Universidad Panamericana.

Notas

[1] Bourcier Noël, André Kertész, Edit. Phaidon, London, 2001, Pág. 9

[2] Koetzle Hans-Michael, Diccionario de fotógrafos del siglo XX, Edit. Círculo de Bellas Artes, 2007, Pág. 227

[3] Bourcier Nöel, Op. Cit., Pág. 15

Apéndice

Algunas obras de Piet Mondrian:

Algunos ejemplares de la revista De Stijl.


Este artículo fue publicado originalmente en la sección «Mirada Universal» del periódico El Universal (versión on-line) el 14 de julio de 2015.


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7 comentarios sobre “La pipa y los anteojos de Mondrián: André Kertész”

    1. Estimado Ezequiel, muchas gracias por hacerme notar este error de dedo. Ya lo corregí. Decía «1986» y la fecha correcta es «1936». Ya aparece correctamente en el artículo. Muchas gracias por todo. ¡Un abrazo!

    1. Exactamente Ernesto, precisamente en estos temas tan aparentemente sencillos existe una gran complejidad. Siempre he encontrado como un gran ejercicio trabajar con maestros como Kertész o Weston como punto de partida con algo tan simple como un plato con un tenedor o un tomate. Aquí algo que fotografié hoy titulado «Óscar Colorado. Recordando a Mr. Weston (Cd. de México, 30 de agosto de 2015)»:
      Óscar Colorado. Recordando a Mr. Weston (Cd. de México, 30 de agosto de 2015)

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