Una nueva serie que explora el Foto Ensayo, un formato narrativo que abre posibilidades específicas de creación. En esta primera entrega analizamos su origen en las revistas ilustradas y las agencias fotográficas.
Por Óscar Colorado Nates*
Introducción
Durante una buena parte en la historia de la fotografía se le ha dado un puesto de privilegio a esas imágenes que, en un solo cuadro, cuentan toda una historia, capturan un fragmento crucial de tiempo con oportunidad prodigiosa o sintetizan, de algún modo, aquella idea de “una imagen dice más que mil palabras.”

Sin embargo, esta noción ha ido cambiando debido a múltiples razones: por la relación estrecha entre la fotografía y los medios impresos, la complejidad creciente de las historias fotográficas y la necesidad de expresar un discurso personal más allá de una mera función fotográfico-registral.
En cierta medida, podría pensarse que la fotografía unitaria es como un cuento, y que un ensayo equivale a un novela: Hay un momento en el que el autor tiene tanto por decir que necesita adoptar un formato más apropiado para extenderse.
Explica Catharina Graf que “La fotografía única es siempre fragmentaria, únicamente una parte de la historia que muestra: Una fotografía puede mostrar, únicamente, la superficie, lo visible, lo concreto. Pero como parte de un todo, como una pequeña pieza de mosaico, revela una imagen mayor, de la dinámica invisible de la sociedad en la que vivimos.[1]”

Del cuadro único se pasó al cuerpo de obra: colecciones de imágenes articuladas relacionadas con lo que hoy entendemos como “Foto Ensayo”. Sin embargo, como veremos a lo largo de este texto, no todos los cuerpos de obra constituyen un Foto Ensayo.
El concepto de “Foto Ensayo” está razonablemente generalizado, sin embargo tiende darse por hecho y sorprende la escasez de definiciones y análisis sobre el tema. Los pocos libros que abordan este tópico nos hacen pensar que asumimos o inferimos más sobre el Foto Ensayo, su origen, definición y ejecución, que lo que realmente sabemos con certeza.
Es el momento de revisar con más detalle la noción Foto Ensayo. Vale la pena comprender su relación con las revistas ilustradas; hace falta buscar una definición y diferenciar este formato del foto-reportaje o la serie. Habrá que indagar el papel del discurso y la narrativa, así como una revisión de proceso necesario para su elaboración.
Un tópico fundamental a revisar está en las nuevas tecnologías y las actuales posibilidades de distribución que han de llevarnos a explorar los distintos tipos de canales para la difusión del Foto Ensayo en la era transmedia y de los medios sociales.
Hace falta analizar la relación entre fotografía y texto y dar, aunque sea brevemente, un vistazo a la obra de W. Eugene Smith y de Nacho López, dos artistas cuyo trabajo se fincó en la imperiosa necesidad de expresar una opinión sobre el mundo.
Las colecciones fotográficas
Desde que se presentó el invento del daguerrotipo ante la Academia de Ciencia de París en 1839, comenzaron a cundir las colecciones de imágenes fotográficas. La facilidad documental del nuevo medio y el uso científico que se le dio desde sus primeros años, abrieron paso a los catálogos de monumentos, flora y fauna que tanto atraían a los intelectuales del siglo XIX.
A estas colecciones, fundamentalmente tipológicas y con una cierta agrupación temática, se les había arrinconado con una mera función registral. Eran cuerpos de obra con algún tipo de articulación (animales, plantas, espacios geográficos) pero donde prevalecía la noción de documento: Estas series zoológicas, botánicas o arqueológicas no eran entendidas como una obra de arte, ni como un discurso por parte de su autor.
Si las colecciones fotográficas registrales imperaban entre los científicos, crecía y se desarrollaba una nueva industria: la de la información impresa. Gracias a las prensas de vapor, los editores de publicaciones periódicas estaban en posibilidad de realizar grandes tirajes, lo que implicaba una industrialización no solo del proceso de fabricación, sino también en el consumo y producción de la información.
La colección de algas fueron una de las primeras colecciones botánicas, en este caso realizadas con la técnica del cianotipo por Anna Atkins:
La historia de la prensa y el desarrollo del ensayo fotográfico están íntimamente relacionados, pues la prensa se convertiría no solo en el medio de distribución más efectivo, sino en propulsor para narrar historias a través de la fotografía.
La prensa ilustrada
La primera revista de la historia fue la germana Erbauliche Monaths-Unterredunge, publicada en 1663.[2] Sin embargo, sería hasta el siglo XVIII cuando aparecerían las primeras publiaciones de interés general como The Gentleman’s Magazine (1731), The Scots Magazine (1739), la American Magazine (1741) o la primera de orientación femenina, The Lady’s Magazine (1770).[3]

Cuando inició el siglo XIX, la era industrial convirtió a la prensa en una máquina fabricante de audiencias. Estas audiencias constituían la nueva mercancía de los nacientes medios de comunicación: alimentaban audiencia a los vendedores de servicios y mercaderías quienes compraban espacios publicitarios. Las revistas adquirieron un nuevo papel de intermediarios en un lucrativo modelo de negocio que persistiría durante 200 años. Todo estaba afincado en la posibilidad inédita de imprimir tirajes enormes a velocidades vertiginosas, gracias a las nuevas prensas de vapor.
Para aquilatar la expansión y el fervor por las revista basta revisar cifras: en 1825 había en Estados Unidos un poco menos de 100 revistas y, para 1850, habían 600, es decir, en 25 años aparecieron seis veces más publicaciones.[4]
Dadas las limitaciones técnicas, loas primeras publicaciones periódicas publicaban texto únicamente pero, conforme la tecnología lo permitió, cada vez se hizo más frecuente el uso de dibujos que podían ser reproducidos bajo el formato de grabado.
The Illustrated London News (ILN) se convirtió, en 1842, en el primer periódico ilustrado de la historia.[5] Tan solo algunos meses después aparecieron, ya en 1843, otras publicaciones similares como L’Illustration en Francia o el Berliner Illustrierte Zeitung (BIZ) en Alemania.[6]
Las revistas ilustradas tuvieron una gran demanda porque “Las imágenes alcanzaban públicos más amplios que el mero texto, gracias a la facilidad para comprender las ilustraciones por parte de quienes no podían, o no querían, leer.[7]”
Estas publicaciones serían el comienzo de la transición del homo sapiens al homo videns de la que habla Giovanni Sartori.[8]
“A mediados del siglo XIX comienzan a generalizarse los métodos de ilustración con fotografía. Primero se utilizaron los procedimientos mecánicos de impresión (la litografía), que serían sustituidos poco a poco por los procesos fotomecánicos (trama, huecograbado y offset).”[9]
Durante buena parte del siglo XIX muchas de las ilustraciones impresas eran grabados que habían copiado a una fotografía. Pero en 1897 se dio un hito fundamental: mediante el sistema de semitonos, el New York Tribune en el Daily Graphic publicó la primera fotografía en un periódico.[10]

Para 1890 surge la primera revista estadounidense cuyo proyecto inicial planeaba la publicación exclusiva de fotografías: Se trataba de The Illustrated American.[11]
La fiebre de las revistas ilustradas
Cuando inició el nuevo siglo, el éxito de las publicaciones ilustradas fue inusitado en Europa, especialmente en dos países: Alemania y Francia.
Alemania
Sorprende saber que en los inicios de la década de 1930, Alemanaia publicaba el mayor número de revistas ilustradas del mundo.[12] Solamente el Berliner Illustrierte Zeitung imprimía casi dos millones de copias[13]. En esta época se establece con firmeza la idea del reportaje fotográfico.
En Alemania hubo una convergencia de factores para que el reportaje fotográfico tuviera gran éxito: la mejora tecnológica en cámaras como las Leica o las Ermanox, el acceso que lograban los reporteros provenientes de familias acomodadas, una relación simbiótica entre fotógrafos y editores, un público que favorecía cada vez más los temas sociales y un ambiente cultural propicio en el marco de las Vanguardias.[14]
En Alemania predominaron, en la primera mitad del siglo XX, dos publicaciones ilustradas: Berliner Illustrierte Zeitung (1894-1945) y Müncher Illustrierte Presse (1923-1944).[15]
“La tarea de los primeros reporteros fotógrafos de la imagen consistía en hacer fotos aisladas para ilustrar una historia. Habrá que esperar a que la propia imagen se convierta en historia que relata un acontecimiento en una serie de fotos, acompañada de un texto limitado con frecuencia a meras frases, para que comience la fotografía.[16]”
Así pues, “La ilustración de noticias siguiendo un esquema narrativo ya había comentado antes del fin de siglo y le seguirían tres vías de desarrollo fijo en la composición de las revistas: narrativa, cronológica y temática.[17]”
Acabada la II Guerra Mundial, las revistas ilustradas alemanas se fueron en picada.[18]
Francia
Por su parte los editores galos no se quedaron atrás. Aunque ya desde antes de la II Guerra Mundial se editaban publicaciones de importancia, como Vu (1928), es con Paris Match que Francia escribe su propia historia en materia de revistas ilustradas. Ya para 1940, su predecesora Match circulaba con nada menos que dos millones de ejemplares.
A diferencia de lo ocurrido en Alemania, las revistas ilustradas tuvieron auge en la Francia de la posguerra: Al declive editorial alemán le sucede un auge francés.
En 1949 Paris Match ofrece un proyecto editorial sólido: “… publica reportajes sobre la actualidad internacional, los sucesos trágicos, las grandes hazañas deportivas, las alegrías y las penas de las estrellas de cine o la vida mundana de las familias reales…”[19]
Esta revista francesa tuvo un gran impacto y su publicación persiste hasta nuestros días.
Sin embargo el éxito de Paris Match no era casual, ni mucho menos original. Su fórmula se había inspirado en la reina de las revistas ilustradas: la estadounidense Life[20].
LIFE
Henry Luce fundó junto con Britton Hadden, en 1923, la revista Time The Weekly News Magazine.[21]

Time tuvo un gran impacto y es una revista semanal que todavía se publica en el tercer milenio. Para Henry Luce, la coronación llegó con la compra de Life, revista fundada originalmente en 1883, fruto de la colaboración entre John Ames y Andrew Miller.

Henry Luce desembolsó $92.000 dólares para adquirir Life. El empresario buscaba un medio que le permitiera al público “Ver la vida, ver el mundo, presenciar los grandes sucesos; mirar los rostros de los pobres y los gestos de los orgullosos […] ver y tener el placer de ver; ver y ser sorprendido; ver y ser instruido.[22]”
Esta nueva etapa, con su nuevo dueño al frente, se inició en noviembre de 1936: Se distribuyeron casi 400.000 copias[23] el primer número que ostentaba una portada realizada por la fotógrafa Margaret Bourke-White.
Henry Luce esperaba, desde luego, dividendos. Sin embargo, jamás imaginó que Life se convertiría, ya en 1939, en el mayor acontecimiento editorial de la historia. Esta revista colocó a su dueño, en pocos años, en la lista de los hombres más ricos en Estados Unidos.[24]

El éxito de Life fue tal que hubo un momento en el que el 50% de toda la población estadounidense la leía.[25]
Su fórmula editorial era demoledora: “sutilmente propagandista, maliciosamente conservadora, abiertamente patriótica, y decididamente optimista.[26]”

Life propulsó el reportaje fotográfico como nunca antes había ocurrido. Su nómina de fotógrafos incluía a los mejores del mundo: Robert Capa, Alfred Eisenstaedt, Gordon Parks, Philippe Halsman, por citar solamente algunos.[27] Para un fotógrafo de la época, publicar en Life era la puerta a la celebridad.
Life no tardó en hallar competencia: unos cuantos meses después de su primer número, aparece Look, revista que también tuvo una resonancia importante, pero que estaba más centrada en la fotografía única que en la foto-historia. En muchos sentidos Look resultó ser una revista “de segunda división”, entre otros motivos, por las acusaciones de ser una publicación sensacionalista.[28]
Life se distinguió por la altura y calidad editorial así como su potencia fotográfica. Además, su tono había dejado un poco de lado la fría objetividad para orientarse de manera más cálida al aspecto humano de la historia que se buscaba contar.[29]
Aunque el éxito de Life provocó -además de Look– una marejada de competidores (See, Pix, Click, Scoop, cuyo tiraje combinado superaba los 16 millones de ejemplares)[30], ninguna alcanzó el prestigio ni el nivel de Life.
Como la fórmula tuvo un gran éxito, se buscó preservarla de forma inflexible. El férreo control que ejercía sus editores aseguraba la consistencia y calidad de la publicación. Sin embargo esta autoridad editorial comenzó a asfixiar a los fotógrafos, quienes debían contentarse con ilustrar las historias que se plasmaban en los estrictos guiones.
Aunque Life daba importancia y crédito a sus fotógrafos, para los editores realmente no eran otra cosa que operadores de la máquina fotográfica y, de ningún modo autores: ese papel era exclusivo de los escritores.
“En el LIFE System, los fotógrafos eran ilustradores de historias, concebidas por los editores y escritores, quienes servían a la visión de la revista.[31]”
De modo que Life con su imperio editorial provocó una nueva revolución: la de independencia por parte de algunos fotógrafos descontentos con ser meros operarios en la máquina industrial conducida por Henry Luce.
Las agencias fotográficas
Mientras las revistas ilustradas dominan el mundo editorial, la fotografía inicia otra etapa importante, la de las agencias fotográficas.
Magnum Photos: La mejor agencia fotográfica del mundo
Henri Cartier-Bresson, Robert Capa, David “Chim” Seymour, acompañados de los mucho menos notorios George Rodger y William Vandibert, fundaron Magnum Photos, un nuevo modelo de agencia para difundir obra fotográfica y que, todavía hoy, persiste como la más prestigiosa del mundo mundo.[32]
Esta cooperativa de imagen “Fue forjada por el deseo específico de los fotógrafos por liberarse de los lazos de lealtad a una publicación en particular, a su marca y propaganda. Esto se aplicaba particularmente a Time Inc., empresa que publicaba la revista LIFE, para entonces la institución de prensa más exitosa, que presentaba lo mejor del foto-periodismo, pero que detentaba, al mismo tiempo, la mayor concentración de poder en la industria editorial[33].”
Magnum se erigió como una agencia fotográfica única, organizada y operada por los propios fotógrafos, quienes realizaban reportajes basándose en sus inquietudes personales.

Magnum no sería la única agencia de la historia. Otras de importancia como Rapho o Alliance Photo también ofrecerían a los fotógrafos una manera para poder distribuir su trabajo.[34]
Cuando Keyston y Associated Press se unen en 1930, nace “la mayor agencia distribuidora de reportajes del mundo.[35]”
Las agencias resultaban indispensables para las revistas, que tenían un reducido número de fotógrafos de planta, simplemente Life que era la más grande únicamente tenía un staff permanente de solo cuatro fotógrafos de tiempo completo.[36] La relación agencia-revista se convirtió en una simbiosis.

A pesar de una relación agridulce entre fotógrafos y editores, la fotografía informativa cobró un auge inédito gracias a la página impresa. Sin embargo, las historias concebidas por editores y ejecutadas por escritores a la espera de la ilustración fotográfica, habían creado un formato demasiado apretado para ciertos fotógrafos con un punto de vista propio. La prensa ilustrada se convierte, entonces, en el preámbulo necesario para un formato con características propias donde sí cupiera la opinión del fotógrafo: el Foto Ensayo.
En nuestra próxima entrega: Naturaleza y definición del Foto Ensayo
* Óscar Colorado Nates es Profesor/Investigador titular de la Cátedra de Fotografía Avanzada en la Universidad Panamericana (Ciudad de México).
Es autor de los libros:
- Ideas Decisivas: 650 reflexiones fotográficas
- Fotografía 3.0 Y después de la Postfotografía ¿Qué?
- Instagram, el ojo del mundo
- Fotografía de documentalismo social
- Fotografía Artística Contemporánea
- El Mejor Fotógrafo del Mundo.
Co-fundador de la Sociedad Mexicana de Daguerrotipia y miembro de The Photographic Historical Society (Rochester, NY).
Las opiniones vertidas en los artículos son personales y no reflejan necesariamente las posturas de la Universidad Panamericana.
© Copyright 2015 by Óscar Colorado Nates. Todos los derechos reservados.
Fuentes de Investigación
Bibliografía
- André Gunthert y Michel Poivert, El arte de la fotografía. Edit. Lunwerg Editores, Barcelona, 2009
- Freund Gisèle, La fotografía como documento social, Edit. Gustavo Gili, Barcelona, 2008
- Kobré Knneth, Fotoperiodismo. El manual del reportero gráfico. 5a. Edición, Edit. Ediciones Omega, Barcelona, 2004
- Magnum, Magnum Stories, Edit. Phaidon, New York, 2004
- Newhall Beaumont, Historia de la fotografía, Edit. Gustavo Gili, Barcelona, 2006
- Sougez Marie-Loup (Coord.), Historia general de la fotografía, Edit. Cátedra, Madrid, 2007,
Fuentes de Internet
- Bicker Phil, Ways of Seeing. The Contemporary Photo Essay. Disponible en http://time.com/3626915/ways-of-seeing-the-contemporary-photo-essay/ Consultada el 14 de febrero de 2015
- Graf Catarina, The birth of the photo essay:The first issues of LIFE and LOOK. Disponible en https://www.academia.edu/7916898/The_birth_of_the_photo_essay_The_first_issues_of_LIFE_and_LOOK Consultada el 19 de enero de 2015
- History of Magnum. Disponible en http://inmotion.magnumphotos.com/about/history Consultada el 25 de enero de 2015
- http://www2.uncp.edu/home/acurtis/Courses/ResourcesForCourses/MagazinesHistory.html
- Life. Photographers. Disponible en http://life.time.com/photographers/ Consultada el 24 de enero de 2015
- Magazines – The Early History. Disponible en http://www.cybercollege.com/frtv/mag1.htm Consultada el 25 de enero de 2015
- Sartori Giovanni, Homo Videns. La sociedad teledirigida. Disponible en http://ifdc6m.juj.infd.edu.ar/aula/archivos/repositorio//0/116/HOMO_VIDENS.pdf Consultada el 25 de enero de 2015
- Wells David, The Photo Essay. Disponible en http://wbhunt.com/blog/the-photo-essay-intro/ Consultada el 14 de febrero de 2015
- Whitman Alden, Henry R. Luce, Creator of Time-Life Magazine Empire, Dies in Phoenix at 68. Disponible en http://www.nytimes.com/learning/general/onthisday/bday/0403.html Consultada el 24 de enero de 2015
Notas
[1] Graf Catharina, The birth of the photo essay: The first issues of LIFE and LOOK. Disponible en http://www.academia.edu/7916898/The_birth_of_the_photo_essay_The_first_issues_of_LIFE_and_LOOK consultada el 14 de febrero de 2015
[2] Curtis Anthony, A Brief History of Magazines. Disponible en
http://www2.uncp.edu/home/acurtis/Courses/ResourcesForCourses/MagazinesHistory.html
Consultada el 21 de enero de 2015
[3] Ibídem
[4] Magazines – The Early History. Disponible en http://www.cybercollege.com/frtv/mag1.htm Consultada el 25 de enero de 2015
[5] André Gunthert y Michel Poivert, El arte de la fotografía. Edit. Lunwerg Editores, Barcelona, 2009, Pág. 304
[6] Ibídem
[7] Graf Catarina, Op. Cit.
[8] Sartori Giovanni, Homo Videns. La sociedad teledirigida. Disponible en http://ifdc6m.juj.infd.edu.ar/aula/archivos/repositorio//0/116/HOMO_VIDENS.pdf Consultada el 25 de enero de 2015
[9] Sougez Marie-Loup (Coord.) Historia General de la fotografía, Edit. Cátedra, Madrid, 2007, Pág. 377
[10] Sougez Marie-Loup (Coord.), Op. Cit. Pág. 419
[11] Newhall Beaumont, Historia de la fotografía, Edit. Gustavo Gili, Barcelona, 2006, Pág. 256
[12] Newhall Beaumont, Op. Cit., Pág. 259
[13] Sougez Marie-Loup (Coord.), Op. Cit., Pág. 424
[14] Sougez Marie-Loup (Coord.), Op. Cit.,Pág. 423
[15] Sougez Marie-Loup (Coord.), Op. Cit., Pág. 424
[16] Freund Gisèle, La fotografía como documento social, Edit. Gustavo Gili, Barcelona, 2008, Pág. 99
[17] Sougez Marie-Loup (Coord.), Op. Cit. Pág. 417 Las negritas son nuestras.
[18] Graf Catarina, Op. Cit.
[19] André Gunthert y Michel Poivert, Op. Cit., Pág. 338
[20] Ibídem
[21] Whitman Alden, Henry R. Luce, Creator of Time-Life Magazine Empire, Dies in Phoenix at 68. Disponible en http://www.nytimes.com/learning/general/onthisday/bday/0403.html Consultada el 24 de enero de 2015
[22] Newhall Beaumont, Op. Cit. , Pág. 260
[23] Guadagnini Walter (Ed.), Op. Cit., Pág. 280
[24] Whitman Alden, Henry R. Luce, Creator of Time-Life Magazine Empire, Dies in Phoenix at 68. Disponible en http://www.nytimes.com/learning/general/onthisday/bday/0403.html Consultada el 24 de enero de 2015
[25] Graf Catarina, The birth of the photo essay:The first issues of LIFE and LOOK. Disponible en https://www.academia.edu/7916898/The_birth_of_the_photo_essay_The_first_issues_of_LIFE_and_LOOK Consultada el 19 de enero de 2015
[26] Guadagnini Walter (Ed.),Op. Cit., Pág. 176
[27] Life. Photographers. Disponible en http://life.time.com/photographers/ Consultada el 24 de enero de 2015
[28] Kobré Knneth, Fotoperiodismo. El manual del reportero gráfico. 5a. Edición, Edit. Ediciones Omega, Barcelona, 2004, Pág. 357
[29] El tono editorial no corresponde al periodismo objetivo, sino a la idea de entretener.
[30] Kobré Knneth, Op. Cit., Pág. 357
[31] Magnum, Magnum Stories, Edit. Phaidon, New York, 2004, Pág.6
[32] History of Magnum. Disponible en http://inmotion.magnumphotos.com/about/history Consultada el 25 de enero de 2015
[33] Magnum, Op. Cit. , Pág.5
[34] André Gunthert y Michel Poivert, Op. Cit., Pág. 327
[35] Sougez Marie-Loup (Coord.), Op. Cit., Pág. 431
[36] Kobré Knneth, Op. Cit., Pág. 358
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¡Excelente, cómo de costumbre! Hay un detalle que me lleva a una conclusión; si bien en un principio las revistas solo consideraban a los fotógrafos como ilustradores visuales de una historia narrada por los escritores, luego del surgimiento de las agencias y la prevalecencia del trabajo de autor de los fotógrafos; estos se convierten en los narradores visuales y los escritores en los ilustradores verbales de la historia.
Un abrazo enorme,
Luis
Muy estimado Luis, muy interesante tu comentario porque tu idea sobre los «ilustradores verbales» ocurrió un poco con Walker Evans y James Agee con el trabajo «Let Us Now Praise Famous Men». Qué bueno que te gustó. También te mando un abrazo fuerte.
Como de costumbre muy interesante tu aportación. Se puede contar una historia en una imagen, se puede hacer con una serie de imágenes enlazadas por la temática y el estilo. Siempre será una representación y en relación a «la realidad» siempre estar «incompleta» y sin duda filtrada por la intervención del fotógrafo. Yo me he emocionado con mas frecuencia con imágenes unitarias geniales, queda captado un instante vital intenso y abierto, como un cuento breve puede sorprenderte de golpe. El relato de un reportaje lleva a mas a una lectura reflexiva, a someter el conjunto a criterios de lectura, a contrastar una opinión.
Mtro. Oscar Colorado
Siempre estoy en espera de su siguiente artículo. Cada que aparece uno nuevo lo leo con gran interés. Justo he buscado información sobre el ensayo fotográfico y formación de portafolios. Seguro en el siguiente me ayudará a despejar algunas dudas. Gracias y felicidades por su trabajo editorial
Muchas gracias Constanza, te agradezco mucho tu comentario y me da gusto saber que sigues el blog. Todavía me quedan un par de entregas adicionales sobre el foto-ensayo, así que no dejes de seguir este espacio que, estoy seguro, te será de mucha utilidad. ¡Muchos saludos!
Concuerdo en el hecho que frecuentemente una imágen puede contar una historia. De todas maneras, en ocasiones – si quieres adjuntarles situaciones y adjetivos a la historia en sí – es preciso agregrarle contenido visual al verbo que solo la vista puede motivar. Ese es el motivo por el que pensé en esta sequencia https://www.flickr.com/photos/luisportelles/sets/72157650199429989/