Garry Winogrand, el fotógrafo tumultuoso

Informe especial sobre uno de los fotógrafos fundamentales en el siglo XX, que se convirtió en el gran comentarista visual de la bulliciosa década de 1960 en Estados Unidos.

Por Óscar Colorado Nates*

Primera parte: La encrucijada

La Route 66

Garry Winogrand se encontraba en la Route 66, la carretera madre; estaba en el corazón de un peregrinaje que ya había sido recorrido, antes,  por fotógrafos como Walker Evans y que también sería caudal de inspiración para Stephen Shore.

Era 1964 y, para entonces, Winograd estaba lejos de ser un novato. Sin embargo se encontraba a la deriva, en una encrucijada vital.

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Wyoming, 1964

Aunque su trabajo como fotógrafo comercial le daba una forma de ganarse la vida y sus imágenes eran publicadas en revistas importantes, había comenzado a notar cosas, a interesarse en temas, a tener inquietudes que le distraían: Sentía que le faltaba algo a la fotografía editorial y comercial. Aquel viaje por la Route 66 era para él una liberación, una catarsis.

A finales de 1955 Garry Winograd inició, al lado de su esposa Adrienne, una travesía por la Unión Americana para capturar aquella nación fotográficamente[1]. Por aquel entonces Dan Weiner[2] le había invitado a leer, antes de su viaje, el libro American Photographs de Walker Evans.[3] La fotografía de Winogrand dio, entonces, un giro intempestivo hacia lo artístico. Fue un momento de claridad excepcional, una auténtica epifanía.

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Utah, 1964
Garry recorría los caminos de Estados Unidos haciendo propia un caminar como el del suizo Robert Frank, quien mostraría una América inédita y provocaría la revolución más grande en fotografía documental de la segunda mitad  del siglo XX con su libro Les Américains. Y Frank también tomaba como punto de partida el libro de Walker EvansAmerican Photographs. 

Garry Winogrand se convertiría, a finales de la década de 1960, en el heredero de la tradición iniciada por Evans, sólidamente afincada por Frank y que hallaría a un tercer exponente crucial en aquel joven neoyorkino de modos ásperos, locuacidad imparable y ojo inquieto.

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Sin título, 1962

Los inicios

Garry Winograd nació en 1928 en el Bronx (Ciudad de Nueva York). Era hijo de una familia de inmigrante judíos provenientes de Europa Oriental. Su padre era talabartero y su madre costurera. [4]

Desde una edad temprana comenzó a realizar fotografías[5a].

Su pertenencia a la clase trabajadora y la necesidad por sobrevivir en uno de los barrios menos distinguidos en la ciudad le dieron una valentía y resistencia sin paralelo. Era lo que se conoce en Estados Unidos como un street smart.[5b]. 

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Winogrand sirvió dos años en el ejército como meteorólogo[6], y luego comenzó a estudiar pintura en el programa General Studies de la Universidad de Columbia en 1948[7]. Fue ahí donde conoció, gracias a un compañero de la escuela, el cuarto oscuro. Un par se semanas más tarde Winograd abandonó la pintura y adoptó la fotografía como su medio de expresión definitivo[8].

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Candlestick Park, San Francisco, 1964

Garry explicaría, años después, a Barbara Diamonstein:

“las cámaras me intrigaban […] siempre han tenido algo seductor para mí. De pronto un cuarto oscuro estuvo disponible y en ese momento nada me detuvo. […] En la Columbia University había un club de fotografía en el mismo sitio donde estudiaba pintura. Alguien me enseñó a usar los bártulos y desde entonces no me he dedicado a otra cosa.[9]

Un año más tarde se matriculó en la New School for Social Research[10] bajo la tutela de Alexey Brodovitch, responsable de la fotografía y el diseño de la famosa revista Harper’s Bazaar. De esta escuela egresaron nada menos que Richard Avedon y Diane Arbus.

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Sin título. Sin fecha

Para 1951 Garry Winogrand comenzó a trabajar en la agencia Pix y un poco después también colaboró en Brackman y Asociados[11]. El trabajo del fotógrafo se publicó en revistas como Collier’s, Argosy, Redbook, Pagean, Men, Gentry o Sports Illustrated[12].

Este inicio profesional en la imagen informativa y publicitaria le ofreció a Winogrand una forma de ganarse la vida y las tablas necesarias para convertirse en un fotógrafo serio. Edward Steichen, curador de fotografía del MoMA incluyó una estampa de Garry en la exposición fotográfica más grande e importante del mundo: The Family of Man[13]. Era 1955.

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Sin título. Sin fecha.

Sin embargo Garry abandonaría, al menos temporalmente, las calles de Nueva York para realizar un viaje por todo Estados Unidos que cambiaría su vida para siempre.

El momento decisivo de Winogrand

Después de su epifánico viaje por Estados Unidos, hacia finales de la década de 1950, el mundo de Winogrand comenzó a desmoronarse: Terminó su primer matrimonio y la crisis de los misiles en Cuba le alarmó profundamente.[14] Perdió la fe en la política y sus propios descalabros eran el preámbulo para la década de 1960, tan rica como tormentosa.

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Sin título, 1954

Winograd había tomado la calle por asalto, convirtiéndola en uno de sus espacios preferidos de trabajo. Le fascinaba merodear en espacios públicos y recorría, cámara en mano, zoológicos y parques, calles y avenidas.

Durante aquella década de 1960, Estados Unidos y Winogrand maduraron hacia una etapa inexplorada: La nación pasaba de la segregación racial a una nueva integración que costaría la sangre de líderes como el Dr. Martin Luther King Jr. o Malcolm X. Iniciaría la Guerra de Vietnam con las subsecuentes protestas y manifestaciones pacifistas. Políticos como John F. Kennedy o Richard M. Nixon verían su cenit pero también su caída.

En un momento histórico tan agitado, deambulaba Garry con su telemétrica Leica. Recorría protestas, convenciones políticas, rodeos y las calles de Nueva York y creaba un cuerpo de obra monumental que registraba una de las décadas más complejas del siglo XX.

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Aeropuerto La Guardia, Nueva York, 1968

“… Todas las tensiones políticas que caracterizaron a esta década, la efervescencia del activismo pacifista o feminista son reducidos a las manifestaciones de una comedia social en nada diferente de las inauguraciones y otros eventos mundanos, y los reporteros que dan cuenta de ello son identificados a su vez con vanos protagonistas de ese gran espectáculo.[15]

La obra de Garry se constituyó, entonces, en un crisol de Estados Unidos. “Sus fotografías combinan poderosamente la esperanza y la alegría; la ansiedad y la turbulencia que caracterizó a Estados Unidos durante estos años vitales. Reveló a un país que brilla en posibilidades, pero que amenazaba con salirse de control.[16]” Esta idea de la pérdida de dominio y cómo la plasma Winogrand es reiterada en muchos autores.[17]

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Sin título, sin fecha

A Winogrand se la ha calificado como el “cronista épico de una década tumultuosa.[18]

Estados Unidos en los sesentas había pasado por una de las etapas más compleja de su historia. Además de las ya mencionadas crisis debidas a la segregación racial y los descalabros políticos, era una década que había transitado de llorar a un presidente asesinado a la minifalda y la liberación sexual. Se trata de una nación escindida, como ya había mostrado Robert Frank. Sin embargo, “Winogrand captura un aspecto de los sesentas mejor que cualquier otro fotógrafo: la brecha visible de desprecio que tiene una mitad de Estados Unidos hacia la otra.[19]

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Manifestación pacifista, Central Park, Nueva York, 1969

Lo que habían trabajado Walker Evans en los treinta y Robert Frank en los cincuenta al plasmar una nación en un momento histórico, Winogrand lo hizo con una de las décadas definitorias del siglo XX[20].

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John F. Kennedy, Convención Nacional Democrática, Los Ángeles, 1960

Leo Rubinfien, curador estudioso de la vida y obra de Winogrand, explica que “hay un punto en el que el mundo literal se transforma y se vuelve simbólico. Ya no son objetos en el mundo, sino cosas con significado más allá de sí mismo. Se va de la descripción física a lo metafísico. Y ahí radica el significado. Las fotografías están preñadas de significado. No es suficiente decir «Winogrand mostró cómo lucía el mundo en 1967 o 1968». Su trabajo es mucho más grande que eso por todas sus resonancias.[21]

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ca. 1980

En el mismo sentido, así como las imágenes de Winogrand ofrecen un paisaje social más amplio, lo mismo ocurre con su tiempo. Aunque es un fotógrafo que trabaja entre 1960 y 1984 de forma intensa, su obra trasciende al tiempo. Dice Joe Newman que “Lo mejor de las fotos de Winogrand es que son, al mismo tiempo, de época e intemporales.[22]

Animales

Garry Winograd contemplaba, a través de su visor, la jungla humana. Pronto encontró paralelismos y juxtaposiciones entre la dama regordeta y el rinoceronte, el mozo depredador que corteja a la jovencita y el lobo al acecho, el orangután sin salida y el oficinista…

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Nueva York, ca. 1962

El zoológico humano y animal se convertiría en el primer libro de Winogrand que se publicaría en 1969 con el título The Animals bajo la edición del Museum of Modern Art de Nueva York.

Garry explica: “Cuando era un chico en Nueva York solía ir al zoológico, siempre me gustó. Crecí a unos pasos del zoológico del Bronx. Cuando tuve a mis dos hijos también los llevaba ahí. Los zoológicos siempre son interesantes. Y hacía fotografías. De hecho las fotos de animales acaban siendo curiosas: Al revisar mis hojas de contacto pueden verse muchas fotos de mi hijos y algunas imágenes lúdicas. Pero en algún momento entendí que algo ocurría en esas imágenes y entonces comencé a trabajar en ellas[23].”

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Nueva York, 1963

Las escapadas al zoológico del fotógrafo se volvieron menos inocentes. Se hizo más perceptivo de las consonancias y disonancias entre el mundo humano y el animal donde, a pesar de las vallas, parecían disolverse las fronteras y se colaban los grandes problemas estadounidenses en los cuadros fotográficos de Winogrand.

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De esta época surgió una de las fotos más famosas de Garry Winogrand: se trata de una imagen en la que se muestra a una pareja de una joven rubia con un hombre afro-americano quienes abrazan a un par de chimpancés vestidos como humanos.

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Nueva York, 1963

Esta fotografía era un crítica ácida a la sociedad estadounidense y una acusación bastante explícita sobre el posible resultado de los matrimonios interraciales que por aquellos años habían dejado de ser ilegales.[24a]

John Szarkowski, director de fotografía en el Museum of Modern Art de Nueva York sentía una gran admiración por Winogrand, que se tradujo en la publicación del libro The Animals. Szarkowski dijo: «El zoológico de Winogrand, si bien es verdadero, resulta grotesco. Es una disneylandia surrealista donde inverosímiles humanos y animales se miran unos a otros a través de barrotes, mostrando sus malos modos y su mutuo fracaso en reconocer sus propios y ridículos predicamentos.»[24b]

Entre paisajes sociales y documentos

Ya en 1967 John Szarkowski había apreciado el trabajo de Garry Winograd cuando la George Eastman House realizó en Rochester (NY) la exposición Toward a Social Landscape.

Nathan Lyons explica en el catálogo de esta exhibición que:

“La fotografía ha logrado convertirse en espejo cultural sin precedentes. Hemos capturado tantos aspectos y objetos de nuestro ambiente en la forma de fotografías que este imaginario ha asumido las proporciones e identidad de nuestro entorno actual. Dentro de este contexto, el significado de los objetos ordinarios a través de la fotografía ha contribuido grandemente a transformar el vocabulario visual del siglo XX.[25]

Toward a Social Landscape fue una exposición fotográfica de importancia histórica, donde Winograd compartió cartel a lado de otras luminarias como Bruce Davidson, Lee Friedlander, Duane Michals y Danny Lyon.

Winograd era ya, entonces, una figura conocida y había obtenido en 1964 la primera de sus tres becas Guggenheim.[26]

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Ferry en Staten Island, 1971

A finales de la década de 1960, Garry estaba firmemente afincado en la mirada y el interés de John Szarkowski, curador de fotografía en el Museum of Modern Art de Nueva York. Dice Carl Chiarenza que “Aunque no fue el primero, Szarkowski fue, ciertamente, el más grande e importante respaldo de Winograd.[27]

Garry trabajaba en las calles de Nueva York junto a contemporáneos como Tod Papageorge, Joel Meyerowitz, Lee Friedlander o Diane Arbus.

En 1967, John Szarkowski decidió presentar la exposición New Documents en el MoMA donde se presentaba el trabajo de Arbus, Friedlander y Winograd.

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Coney Island, Nueva York, ca. 1964

“Cada uno había afrontado el paisaje social, pero de manera totalmente distinta. Friedlander y Winograd buscaban sus sujetos en el espacio público -tiendas, calles citadas, aeropuertos, espacios turísticos, edificios públicos, vecindarios suburbanos o parques de diversiones; mientras que en Winograd se contenía el drama de la emoción humana congelada en el momento justo, Friedlander se interesaba más por la interacción entre personas y espacio.[28]

Szarkowski escribió que “Esta es una nueva generación de fotógrafos, totalmente distinta a la de artistas de 1930 o 1940 como Margaret Bourke-White, Dorothea Lange, Eugene Smith o Cartier-Bresson), todos ellos guardianes del humanismo. Arbus, Winograd y Friedlander no hacen tales reclamos; lo que los une no es el estilo o la sensibilidad… Cada uno tiene su sentido personal y distintivo de lo que constituye a la fotografía y su significado.[29]

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John F. Kennedy, Convención Nacional Democrática, Los Ángeles, 1960

El curador de fotografía estaba interesado en la creación de un documento más personal y decía “la mayoría de los fotógrafos documentalistas de la generación pasada, cuando la etiqueta era novedosa, realizaron sus fotografías con una causa social. Su objetivo era mostrar lo que estaba mal en el mundo y persuadir a sus semejantes para corregirlo.[30]” Sin embargo, prosigue, “En la última década, esta nueva generación de fotógrafos ha re-orientado la técnica y la estética de la fotografía documental hacia fines más personales. Su objetivo ha sido no reformar la vida, sino conocerla.[31]

Este nuevo tipo de documental “de autor” mostró una nueva función del fotógrafo donde la visión personal, el sentido artístico propio y el registro de la realidad comenzaron a imbricarse y transfundirse. Eso fueron, en esencia, los New Documents, el trampolín para elevar al trío fotográfico Arbus-Friedlander-Winogrand al estatus de leyendas.


Segunda Parte. Modus operandi

Temas y sujetos

Cuando inició la década de 1970, Garry Winogrand no solo había logrado un estilo personal: había establecido firmemente el canon a partir del cual se mediría toda la fotografía de calle después de él.

Aquel momento significaba la madurez del fotógrafo neoyorkino. Sus temas y maneras de trabajo se habían asentado y la forma de encararlos, desde la combinación cámara-objetivo-película hasta un modus operandi específico habían llegado a su punto exacto.

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Estación Aérea Navail de Point Mugu, California, ca. 1979.

En un diálogo sostenido entre David Hurn y Bill Jay se discutía que alguien deja de ser el dueño de una cámara para convertirse en fotógrafo cuando encuentra su tema, el sujeto al que dedicará su mirada. Decía Hurn: “El fotógrafo debe tener una curiosidad intensa, no un mero y pasajero interés visual, en el tema de sus imágenes. Esta curiosidad lleva a un examen penetrante, lectura, diálogo e investigación y muchos, muchos intentos fallidos a lo largo de un período prolongado de tiempo.[32]

Por eso cuando Winogrand fotografió las el ruido visual en las avenidas, los transeúntes, el zoológico, el muchacho del Bronx encontró la lista con aquellos sujetos que le despertaban aquella curiosidad vehemente de la que hablaba Hurn.

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Nueva York, ca. 1960

Además de los espacios citados, Winogrand tenía un agudo interés en ciertos sujetos específicos: mujeres, transeúntes, políticos, manifestantes pacifistas… “En muchas de estas fotografías el humor y energía visual son las contra-caras de una ansiosa inestabilidad.[33]

Dice Bruce Handy que “Sus fotografías de las calles y vecindarios del Estados Unidos de la postguerra, los partidos y convenciones políticas eran a la vez tristes y divertidas, como sales aromáticas que despertaban al observador de un letargo provocado por aquello que habían visto miles de veces; estas imágenes son ta sorprendentes hoy como cuando se realizaron.[34]

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Los Ángeles, 1964

“Desde la Quinta Avenida hasta el Sunset Boulevard, desde Cabo Kennedy a la Feria Estatal de Texas, hizo de la clase media estadounidense el tema principal de sus fotografías.[35]

Captaba escenas cada vez más complejas y donde se entrecruzaban las composiciones afortunadas con el “profundo torrente cultural estadounidense.[36]

Winograd comenzó a capturar el desfile social con una inmediatez y cercanía física[37] sin precedente.

¿Un “estilo Winogrand”?

No es fácil definir qué es el estilo fotográfico, pero podría entenderse como la manera específica por medio de la cual el fotógrafo decide, de manera persistente, resolver visualmente los temas que le interesan. En tal sentido, Garry Winograd logró un estilo propio derivado de una metodología personal.

Como la mayoría de los fotógrafos comenzó haciendo fotografías físicamente lejanas, pero pronto se acercó para volverse parte de la acción[38].

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Centennial Ball Metropolitan Museum, 1969

Educado en un barrio populoso, Winogrand era aguerrido y no temía a la gente. Esa desbordante seguridad en sí mismo le permitía abordar (¿asaltar?) al sujeto como nadie lo había hecho antes.

Conocía su cámara y la luz como nadie, lo que le permitía reaccionar de inmediato. “Soy bastante rápido cuando hace falta.[39]

Winogrand se consideraba a sí mismo un gitano[40], siempre en movimiento, tanto en la calle como mudándose de Nueva York a Texas o California.

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Para lograr resolver el caos visual que se le presentaba y organizarlo de forma coherente “Winograd entremezclaba intuición y suerte con la experiencia para captura la serendipia. Sus imágenes juxtaponen elementos visuales en una forma organizada y coherente, conectada, en una forma difícil de orquestar. […] Para realizar esta clase de trabajo, hay que realizar un cuerpo de obra voluminoso porque la mayoría de las veces que se presiona el obturador la fotografía generalmente no funciona.[41]

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Los Angeles, 1964

El lenguaje de Winograd comprende una gramática integrada por horizontes caídos, cortes espontáneos, ángulos amplios, movidos provocados por la acción y alto contraste[42].

Fotógrafo de calle

A Garry Winogrand se le ha considerado el fotógrafo de calle por excelencia. Sin embargo él mismo detestaba dicha etiqueta. En realidad era un fotógrafo fantásticamente versátil. Ciertamente, la mayor parte de su trabajo se realizó en las calles neoyorquinas. Sin embargo, también hizo fotografías en Inglaterra, Dinamarca o Francia[43]. Winogrand también recorrió con su Leica las calles y playas californianas, lo mismo en Santa Mónica que en Venice Beach.

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New York, ca. 1960

Él mismo calificaba de estúpido el título de “fotógrafo callejero[44]” Paradójicamente, muchos fotógrafos de calle han emulado su estilo a lo largo de la historia.

Leo Rubinfien explica que “Pensar que Winograd se circunscribe a un cierto género, a un cierto modo, es perder lo más bello de su arte […] En las calles encontraba el material del que deseaba hablar.[45]

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Beverly Hills, California, 1980

“A pesar de que muy pocos de sus seguidores pudieron expandir su visión de forma significativa, muchos aprendieron tan bien lo que él hacía que comenzaron a igual, sino e que superarlo, en su propio juego.[46]

La estética snapshot

En la cacería, el término snapshot implica disparar sin apuntar cuidadosamente[47]. Muchas veces se dijo que Winograd empleaba una estética snapshot[48], de instantánea.

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Nueva York, ca. 1963

Garry aclara: “Esa es otra estupidez. La gente que emplea este término ni siquiera sabe su significado. Lo usan para referirse a una fotografía que entienden mal organizada, hecha de una manera casual, como quiera uno llamarlo. El hecho es que la gente se refiere a la fotografía del álbum familiar, que es una de las fotos realizadas con mayor precisión: todo el mundo está a quince pies y sonriendo. El sol está sobre el hombro del observador. En ese momento la foto se hace, siempre. Es una fotografía maravillosamente construida.[49]

Garry insistía en siempre tener control sobre el encuadre[50] y solía explicar: “Nunca tiro sin ver por el visor -¡Oh, bueno! A veces sí, pero rara vez funciona.[51]

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El estilo de Winogrand es la forma en la que “traduce visualmente la realidad tridimensional en una forma especial de ver gracias a las cualidades mecánicas de la cámara[52].”

Winogrand era famoso por su necesidad obsesiva de fotografiar, “…su afán casi neurótico por salir a la calle y retratar todo lo que sucediese con una cámara Leica M4, en la que montaba una lente gran angular pre-enfocada —no deseaba perder tiempo en buscar el foco—, intentando adaptar su ritmo fotográfico al frenético de la ciudad. Disparaba una foto tras otra, despreocupado del encuadre, buscando la rapidez y el instante.[53]

Una de sus frases más famosas y citadas reiteradamente es aquella de que “Me gusta ver cómo luce una cosa fotografiada[54].”

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New York (?), 1950

Sus estampas sorprenden por la rudeza: siempre cerca del sujeto, es un fotógrafo agresivo, incesante. En su euforia fotográfica, llegó el momento en que prácticamente ni siquiera perdía tiempo en procesar sus películas y editar. “A veces pienso que soy un mecánico: Yo solamente hago fotografías.[55]

Volviendo al tema del estilo de Winogrand, Sean O’Hagan explica que “Sus sujetos tienden a mirar de vuelta a la cámara… Al rededor suyo, el mundo se inclina (el horizonte rara vez está alineado), pero pareciera que hay una lógica «Winograndiana» en sus composiciones y en un sentido instintivo para organizar la geometría.[56]” Sus inclinaciones del cuadro y las perspectivas, a veces oblicuas, dan la impresión del “ojo avisor de un investigador privado.[57]

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Manifestación pacifista, Central Park, Nueva York, 1970

Por otra parte, esta fotografía más que ser un Momento Decisivo a lo Cartier-Bresson, ofrecen una multiplicidad de puntos de vista e interpretaciones[58].

Dice Dominique Nabokov que “El estilo de Winograd es, de cierta forma, el más difícil porque el mundo que plasma es tan cotidiano que uno nunca se detiene a observarlo. Si se piensa en el trabajo de Josef Koudelka, Diane Arbus, Robert Frank -o Eugène Atget, quien documento las calles y edificios de París, – cada fotografía es una obra de arte. No tanto así con Winograd. Sus fotografías de la calle, los suburbios, aeropuertos, el rodeo – muestran una pieza de la vida americana donde no hay un deseo tan estético, de ser tan hermoso: él simplemente está ahí; él registra.[59]

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Su valentía no solamente era para caminar por las calles con la cámara. Se enfrentaba constantemente al miedo que tenemos todos los fotógrafos de fracasar. Su capacidad para vencer sus propios miedos es asombrosa. Él mismo decía que “El qué no arriesga no gana: en cada fotografía te expones a fracasar.[60]” Su valor no era el de no tener miedo, sino el saber dominarlo y sobreponerse.

Cámara, objetivo y película

Decía la fotógrafa Eve Arnold que “El fotógrafo es el instrumento, no la cámara”,[61] y tenía razón. Dicho lo anterior, la combinación de equipo en Garry Winograd influyó de manera importante en sus resultados.

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Aeropuerto municipal de Salt Lake City, Utah, 1964

En primer lugar, adoptó un formato de cámara pequeña de 35mm[62]. Trabajó equipos alemanes marca Leica modelos M3 y M4[63].

La cámara de 35mm alteró para siempre la historia de la fotografía cuando Oskar Barnack, amante de la fotografía y el montañismo, decidió crear un dispositivo de captura portátil, pero equipado con la mejor óptica. Logro convencer a su jefe, Ernst Leitz y para 1925 ya estaban en producción las cámaras Leica (Leitz Camera). Desde entonces las Leica, y específicamente las telemétricas (rangefinder) se han convertido en la primera opción de fotógrafos como Robert Frank, Joel Meyerowitz o Henri Cartier-Bresson.

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Garry solía cargar con dos cámaras equipadas con objetivos grandes angulares de 28mm[64]. Esta óptica abarca un ángulo grande (unos 76º contra los 46º que permite el ojo humano) y obliga a realizar las fotografías a corta distancia para tener un punto de interés más evidente. Marvin Heiferman explica que Winogrand utilizaba el gran angular para lograr apiñar tanto como fuera posible en el cuadro[65]: Parecía querer incluirlo todo[66].

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Nueva York, 1968

Garry utilizaba películas en blanco y negro. Aunque no ignoraba el color[67], su obra más importante fue monocromática. Winogrand prefería usar rollos de Kodak Tri-X de sensibilidad alta que producían fotografías contrastadas y granulosas. Esta es una emulsión dramática[68] y, para Don McCullin, la Tri-X es la mejor película que haya existido en la historia[69].

Fotógrafo al descubierto

Algunos fotógrafos prefieren la discreción en la calle. No era este el caso de Garry Winogrand. La intimidad, la expresión extrañada del sujeto y las miradas inquisidoras de los transeúntes eran producto de una agresión, la actitud de la clase trabajadora en el Bronx. Winogrand recurrió a esta aproximación toda su vida. Mientras que su contemporáneo Joel Meyerowitz acechaba las calles neoyorkinas tratando de pasar desapercibido, a Winogrand no le importaba el ser notado.[70]

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Garry Winogrand al descubierto en Los Ángeles. Fotografía por Ted Pushinsky.

Cotter Holland dice: “Podías sentirlo ahí, este gran tipo poniéndose enfrente de la cara de alguien… Si observas con cuidado algunas de sus fotos en Manhattan, verás cómo los transeúntes miran a la cámara mientras él observa hacia otro lado. La ilusión de un ojo omnisciente es una ilusión, está ausente en ese trabajo. El fotógrafo es un trabajador urbano más.[71]

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Winogrand no era un cazador furtivo, sino un guerrero que daba la cara. Empero, sonreía todo el tiempo y saludaba con la cámara. A veces disimulaba arreglando algo en su equipo y la gente perdía el interés en él rápidamente. Mason Resnick, quien asistió a clases con Winogrand refiere que:

“Increíblemente, la gente no reaccionaba cuando Garry las fotografiaba. Eso me sorprendía porque Winogrand no hacía esfuerzo alguno en ocultar que estaba ahí para hacer fotografías. En realidad muy pocos lo notaban; y nadie parecía molesto. Winogrand se fundía con la energía de sus sujetos y constantemente sonreía y hacía un gesto de saludo con la cámara. Parecía como si la cámara fuese algo secundario, y que su auténtico propósito era el comunicarse y hacer un contacto personal, aunque fugaz, con la gente en la calle. Al mismo tiempo, conforme pasaba del sol a la sombra, siempre estaba ajustando su exposición. De hecho el primer comentario que me hizo cuando salimos juntos fue «bonita luz: 1/250 a f/8»[72].”

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Resnick recuerda también que el maestro “…se quedaba quieto en medio del tráfico peatonal. Fotografiaba prolíficamente. Se podía tirar un rollo entero casi sin parpadear. Conforme cambiaba la película, yo le preguntaba si le pesaba el perder fotos mientras recargaba. «No» me contestó, «simplemente no hay fotos cuando recargo.» Winogrand siempre observaba a su derredor y, con frecuencia, descubría   algo ocurriendo al otro lado de la calle e, ignorando el tráfico, cruzaba la calle para obtener la foto.[73]

Algo interesante

 Para Winogrand, lo fundamental era hallar algo interesante: una escena, un sujeto, un problema fotográfico. Y una vez que encontraba algo que llama su atención se preguntaba:

“¿Cómo haces que una fotografía sea más interesante que lo que ocurrió” Ese es el verdadero problema.[74]” Agregaba ademas que “Cuando haces la foto de algo hermoso, ¿Cómo haces para que tu fotografía sea más hermosa que el sujeto?[75]

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Mano alimentando trompa de elefante, 1963

Él mismo decía: “Cuando miro una fotografía me pregunto: ¿Qué ocurre? ¿Qué esta pasando, fotográficamente hablando? Si es interesante, trato de entender por qué.[76]” Y profundizaba: “Cuando una foto es interesante, lo es por el tipo de problema fotográfico con el que tiene que lidiar y su manera de compaginar contenido y forma. Y, en términos de contenido, uno puede crear el problema, hacer esta composición difícil, por ejemplo un sujeto cuya naturaleza sea inherentemente dramática. Un sujeto puede ser una herida, un enano, un mono… Si te topas con un mono en un contexto idiota, automáticamente tienes un problema que ocurre en la fotografía ¿Cómo lo resuelves?[77]

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George Wallace, Cotton Bowl, Dallas, Texas, 1964

En la fotografía, la fricción cognitiva, puede ser la llave a trascender lo que podría llamarse una foto “simplemente bonita” pero que es fácil de olvidar. Esta es una característica generalmente presente en las fotografías de Diane Arbus y que también está presente en el trabajo de Winogrand. En las imágenes frecuentemente hay conflicto, y donde hay conflicto hay drama. “Al final, la palabra «dramático» debería poder aplicarse. ¿Es una fotografía más dramática que aquello fotografiado?[78]

Narrativa

En el estilo de Winogrand, hay quien ha querido ver en sus fotos una historia integrada en el cuadro, una narrativa. En las fotografías de Garry siempre está ocurriendo algo y, más aún, en una mismas imagen pueden existir diferentes “escenas” como si fuera un circo de varias pistas.

Esto lleva, frecuentemente, a pensar que donde hay una acción existe una narración. Se ha tratado de encontrar historias enteras en la fotografía de Garry Winogrand, una auténtica narrativa.

Sin embargo él siempre combatió esta idea: “Creo que no hay una fotografía en el mundo que tenga alguna habilidad narrativa. Ninguna. Las fotografías no cuenta historias, muestran cómo luce algo para la cámara.[79]

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Del portafolio «Women are Beautiful», sin fecha

Profundiza cuando dice: “Una fotografía es acerca de lo que ha sido fotografiado y cómo existe en la foto. ¿Qué ocurre en el cuadro? Porque al fotografiar algo a veces lo altera. Es interesante, yo no tengo ninguna responsabilidad narrativa con lo que estoy fotografiando. Tengo el deber de mostrarlo bien.[80]

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Metropolitan Opera, 1951

Philip Lorca diCorcia explica que Winogrand “Se inició en el mundo del reportaje de revista donde las imágenes son funcionales e ilustrativas. Pero desde muy pronto se resistió a esto y para la década de 1960 trabajaba ya de un modo anti-narrativo; alcanzó esa clase de ambigüedad que encontraba hermosa y esclarecedora. Él mismo llegó a decir que «No hay nada tan misterioso como un hecho claramente descrito», como si la fotografía se te presentase como una aparición. Sería algo extraño, sorprendente, desconectado del mundo como uno lo conoce y de la historia que uno esperaría que contara. En el trabajo posterior de Winogrand en las décadas de 1970 y 1980 además de prescindir de la narrativa, a veces ni siquiera hay un evento. Las fotos son acerca de cómo lucen los rostros. Son acerca del espacio. Y podría decirse que aprendió cómo encontrar belleza en una escena de la cual no pudiera saberse qué estaba ocurriendo en un momento del tiempo -1960- cuando una nación enter no podía decir que le pasaba a sí misma. Por eso sus fotografías no tratan exclusivamente de él, sino de una enorme experiencia colectiva.[81]

Humor y sátira social

Garry tenía un peculiar sentido del humor que impregnaba su trabajo. Algunas de sus fotografías son burlas abiertas, sátiras de la sociedad y, en general, el resultado de un ojo inquisidor.

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California, 1964

“Winogrand se alimentaba de estereotipos y los papeles que se representaban como fuentes de la sátira social; eran las máscaras para manejar las relaciones humanas primordiales: mujeres y hombres, ricos y pobres, negros y blancos, jóvenes y viejos. Amaba el teatro de la vida. Realmente no deseaba profesar algún mensaje en particular; tenía un enorme apetito por la perplejidad y la maravilla de la experiencia humana. Eso resultó en muchas fotografías que son específicas y retratos visuales de las vidas que observaba.[82]

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Cuando se revisa una fotografía de Winogrand es importante entender la imagen en su aspecto formal, su contenido pero también los guiños y burlas abiertas -a veces incluso toscas.

“Winogrand convertía los momentos americanos ordinarios en fotografías extraordinarias mediante bromas visuales, personalidades extrañas y juxtaposiciones absurdas.[83]

Pero las bromas de Winogrand no eran candorosas, ni esas inocentadas propias de la fotografía humanista europea de la postguerra. Se parecían más a las malas bromas del escolar que hace mofa del compañero menor.

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Fort Worth, Texas, 1975

“Su humor, pues hay mucho humor en sus fotos, es amargo y cínico, pero su obra es mucho más compleja de lo que sugiere su superficie crispada y satírica.[84]

Aunque Winogrand solía ser bromista y locuaz, pero también un pesimista y en eso comparte una buena parte del temperamento de Robert Frank[85]. Y es que, efectivamente, Winogrand realizaba “agudas observaciones, pequeñas revelaciones pero no sin un poco de abatimiento.[86]

Albuquerque, Nuevo México, 1958
Albuquerque, Nuevo México, 1958

Esto puede entenderse fácilmente con sus propias palabras: “Veo las fotos que he realizado hasta ahora y me hacen sentir que quiénes somos y cómo nos sentimos no importa. Nuestras aspiraciones y éxitos son poca cosa. Nos hemos perdido a nosotros mismos…”[87

Confluencias

A Garry Winogrand le interesaron fotógrafos clásicos como Eugène Atget, Brassaï, André Kertész, Edward Weston o Henri Cartier-Bresson[88] pero también autores contemporáneos suyos como Henry Wessel, Bill Dane, Paul McDonough, Stephen Shore, Robert Adams o Nicholas Nixon.[89]

confluencias

Por supuesto que su nombre e historia están íntimamente ligados a Lee Friedlander y Diane Arbus por su entrecruce en la exposición New Documents. No habría que pasar por alto a otros fotógrafos como Tod Papageorge, Joel Meyerowitz o William Klein. Sin embargo existe una trenza particularmente trascendente enel diálogo ínter-textual que tuvo con Robert Frank y con Walker Evans.

A diferencia de Robert Frank, fue Garry “…quien pudo encontrar el trasfondo político que Frank era incapaz de descifrar y que Evans había elevado. Winogrand era un judío pobre de Nueva York. Como tal, era parte misma de lo que definía a la ciudad, el factor étnico, del mismo modo que era extraño a lo que confería a la ciudad su poder: la riqueza.[90]

instintos

“Winogrand, junto con [Robert] Frank y [William] Klein, re-definieron la naturaleza de la fotografía colocando la espontaneidad del fotógrafo en el centro: congelar el movimiento, […] lograr un orden estético de una escena desordenada. El proceso fotográfico de ver y capturar es inherentemente experimental, un método de prueba y error: por tanto Winogrand siempre terminó con una plétora de hojas de contacto.[91]

Exposiciones, publicaciones y docencia

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Un docente peculiar

Durante una buena parte de su vida, Winogrand se dedicó a la docencia fotográfica:

“…primero en la Parsons School of Design de Nueva York, y sucesivamente y de manera esporádica en la School of Visual Arts y en la Cooper Union for the Advancement of Science and Art, las dos de Nueva York, en el Institute of Design de Chicago, en el Massachusetts College of Art de Boston, en el Columbia College, también de Chicago y en la University of California de Los Ángeles, entre otros. El vínculo más intenso con el mundo universitario lo estableció, haciendo de profesor en la University of Texas, en Austin, en donde se estableció durante cinco años (1973-1978).”[92]

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Su forma de enseñar era tan peculiar como la de fotografiar. De carácter más bien hosco, solía poner incómodos a sus alumnos. “Había mucho silencio en su salón de clase al inicio de cada semestre, que se rompía hasta que alguien hacía la pregunta correcta y Garry comenzaba a explicar su visión fotográfica.[93]” Siempre les decía “Ningún momento es el más importante, en todo momento puede haber algo.[94]

Tanto a sus estudiantes como reporteros, les daba el mismo tratamiento donde al final él era quien parecía estar haciendo el interrogatorio.

Retrato por Mason Resnick
Retrato por Mason Resnick

Winogrand impulsaba a sus alumnos para que confiaran en sus decisiones sobre los sujetos que fotografiaban, aún si, parecía que pocos lo interpretaban correctamente.[95]

Garry procuraba que los alumnos se comprendieran a sí mismos para generar un cuerpo fotográfico de valor, y buscaba que hurgaran en su propio origen: “Nadie existe en el vacío. ¿De dónde vienes?[96]

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Solía revisar el trabajo de los alumnos que era colocado en los muros del salón: “Si una impresión le gustaba se detenía y explicaba en detalle por qué estaba bien. Por supuesto que si una foto recibía comentarios como «eso ya se hizo antes», «aquí no está ocurriendo nada», «no hay ningún problema aquí por superar», también nos lo hacía saber rápidamente.[97]

Winogrand siempre tenía en mente que una fotografía podía fracasar y eso no le daba miedo. Al contrario: “La naturaleza del proceso fotográfico es acerca del fracaso. Casi ninguna fotografía lo logra, Pero los fracasos pueden ser inteligentes: el que no arriesga no gana. Cada vez que encuadras te arriesgas a fracasar.[98]” Curiosamente, uno de los criterios del fotógrafo para determinar el valor de un trabajo es que estuviera al borde del fracaso. “Algunas fotografías fallan, decía Garry, porque el problema en el encuadre no se pudo resolver. En otras palabras, no había razón para haber hecho la foto o imprimirla. Frecuentemente agregaba que los fotógrafos confunden la emoción que sienten cuando realizan la foto que el juicio para juzgar si es buena o no.[99]

Tod Pappageorge
Fotografía por Tod Papageorge

Cuando salía a la calle con sus alumnos les gritaba consejos como “acércate, “ojo con la composición” y les prohibía, terminantemente, re-encuadrar[100].

Él mismo era un ávido experimentador: “Hace tiempo que aprendí a confiar en mi instinto. Cuando hago fotos y miro por el visor ¿Para qué hacer la foto si es algo que ya he tomado? Hago algo para cambiarlo. Por eso tanta vez inclino la cámara o tonteo en diferentes formas. No se aprende nada repitiendo lo que ya sabes, de hecho, procurar hacer algo incierto.[101]

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Uno de sus alumnos relata: “No estoy seguro de que le gustara particularmente enseñar, porque siempre sentía una cierta frustración en él. No necesariamente por el hecho de trabajar enseñando, sino porque sentía que él hubiera querido estar en otro lado haciendo fotos. Él obtenía el mayor de los placeres del acto físico de hacer fotos, creando imágenes -si entendí correctamente algo que nos enseño en clase- y era algo que no podía hacer tanto como hubiera querido.[102]

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exposiciones


Tercera parte. Lo que Garry nos dejó

Un fotógrafo prolífico

 A Garry Winogrand se le detectó un cáncer en la vesícula biliar[103]. Era 1984 y tenía 56 años. De inmediato viajó a Tijuana (México) para buscar un tratamiento de cura alternativo pero falleció tan solo dos meses más tarde.[104]

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Fort Worth, Texas, 1974

Ciertamente fue una muerte prematura, pero nunca infecunda: “…Garry Winogrand dejó un inmenso cuerpo de obra que es un recuento espectacular de Estados Unidos a finales del siglo XX. Pareciera que al final simplemente vivía para salir a trabajar y ver qué retos fotográficos podía auto-imponerse.[105]

Es legendario el acervo que dejó tras de sí y “Fue hasta la muerte del Sr. Winogrand en 1984 cuando su archivo se consolidó en el Centro en Arizona que fue revelada la escala de su obra: más de 35.000 impresiones, 22.000 hojas de contacto (cerca de 800.000 imágenes) y 45.000 transparencias a color de 35mm. Igualmente sorprendente fue el hallazgo de 6.500 rollos de película que no fueron nunca procesados, revisados, ni siquiera vistos.[106]

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San Marcos, Texas, 1964

Sin embargo, Leo Rubinfein, quien se ha encargado de curar y editar este material dice: “Creo que nadie podrá jamás contabilizar con precisión cuántas fotos hizo. La mayor parte de su archivo está en el Center for Creative Photography en Tucson, pero aún hay otras fotografías y hojas de contacto en otros lugares, así es que no puede haber un recuento exacto.[107]

Winogrand y “…su genio instintivo ponía menos énfasis en la técnica y más una devoción obsesiva a fotografiar en la calle todo el día, cada día.[108]” Llegó el momento, en sus últimos años donde lo que más le importaba era el acto fotográfico mismo. Su filosofía en aquel entonces parecía resumirse en “Fotografío, luego existo”.[109]

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Sin título, 1954

En sus últimos años se ocupó escasamente de la edición de su trabajo, y más aún, incluso de procesar las películas, ya no digamos imprimirlas. A él mismo parecía no importarle demasiado el papel autora al momento de la copia. “…así como estaba obsesionado con hacer las fotos, el señor Winogrand mostraba poco interés en cómo se editaba su interminable torrente de imágenes.[110]

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Nueva York, ca. 1970

“Él nunca revelaba la película luego de hacer las fotos. Esperaba, deliberadamente, un año o dos, cuando materialmente había desaparecido todo recuerdo del acto fotográfico. Esto, decía él, le facilitaba el retornar a las hojas de contacto de modo más crítico. «Si estaba de buenas un día y revelaba la película, tal vez escogía una foto porque recordaba lo bien que me sentía cuando la hice, no necesariamente porque fuera una buena imagen. Tomas mejores decisiones si te acercas a tus fotografías con frialdad, separando la edición de la toma fotográfica lo más posible. »[111]

Louis Armstrong y Velma Middleton, 1954
Louis Armstrong y Velma Middleton, 1954

Crítica

Con un estilo tan peculiar, la censura no ha sido sutil ante las imágenes de Garry Winogrand:

“Los críticos fotográficos que crecieron apreciando la elegancia clásica de Stieglitz o Cartier-Bresson aún consideran las fotos de Winogrand como instantáneas, del mismo modo que muchos críticos académicos del siglo XIX vieron en los lienzos impresionistas un mero bosquejo inacabado. Para algunos puristas las fotos de Winogrand parecen un caos deliberadamente carente de composición. Janet Malcom escribe que Winogrand «abraza el desorden y la vulgaridad…» Winogrand abandona los criterios de Cartier-Bresson acerca de la apariencia formal de una obra de arte y que el fotógrafo ha de capturar el instante decisivo de un gesto o evento. Desde la canonización de Winogrand en 1977 se ha convertido en el mayor chivo expiatorio para quienes rechazaron la fotografía experimental de 1960 a 1970.[112]” En su tiempo el desprecio llegó al punto del insulto.[113]

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Se llegó a decir de él que no tenía un punto de vista propio, ni un discurso al estilo de William Klein

.[114]

Sin embargo, más allá de las críticas formales[115], el mayor “pero” ante las fotografías de Garry Winogrand está en que algunas son, para muchos, políticamente incorrectas. “Se ha criticado rutinariamente a Winogrand por explotar a sus sujetos. En particular en el libro Women are Beautiful (1975) que muestra 85 fotografías de mujeres compuestas de tal modo que enfatizan los pechos y perfiles.[116]” Este trabajo “logró ofender tanto al feminismo como a los voyeurs masculinos.[117]

También se le criticó que no hacía contacto con la gente, lo cual no deja de recordar a la aproximación de Walker Evans ante sus sujetos. Se decía de Winogrand que “no le importaba mucho la gente a la que retrataba, y que con frecuencia la ridiculizaba.[118]

Carl Chiarenza, fotógrafo y crítico dice: “Winogrand rara vez entraba en los mundos que fotografiaba. Se mantenía alejado, alienado; se podría decir que se mantenía como un voyeur frustrado y reprimido.[119]” Y agrega que, en muchos sentidos, la obra de Winogrand parece más una teoría que una práctica. Según él “Promueve una idea, una teoría (quizá visionaria en su tiempo) pero tal vez eran más bien buenos deseos.[120]

Legado

Maria Morris Hambour, curadora adjunta del Museo de Arte Moderno y curadora fundadora del departamento de fotografía en el Metropolitan Museum of Art explica que: “Cuando se revisa la historia de la fotografía en el siglo XX, en términos de la gente que hizo algo diferente y definió una era, se piensa en Cartier-Bresson o Walker Evans, pero también se piensa en Garry Winogrand. Estaba en ese círculo exclusivo de gente especialmente talentosa sin cuya presencia es imposible concebir este siglo. Cuando cambias la manera de ver el mundo, los demás construyen sobre esos cimientos.[121]

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Del portafolio «Women are beautiful», sin fecha

Lee Friedlander recuerda que “Garry tenía una energía salvaje, intensa, y tiraba muy rápido. Nunca conocí nadie que le hiciera sombra, ni verbal ni fotográficamente hablando.[122]

John Szarkowski lo llamó el “fotógrafo central de su generación[123]” y dijo que “Winogrand nos dio un cuerpo de obra que ofrece una nueva pista sobre lo que sería de la fotografía: densa, atribulada, inacabada y profundamente retadora. La ambición de Winogrand no era hacer buenas fotos, sino conocer la vida a través de la fotografía.[124]” Wilner Stack opina: “creo que lo que le llamaba era la humanidad y el potencial para revelarla.[125]

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Para Joel Meyerowitz las fotos de Winogrand son “…un abrazo y un portazo. Él era una contradicción, de modo que sus fotografías también lo son.[126]

Anne de Conick explica que “Las fotografías de Winogrand están «repletas» y son confusas. Provocan que el observador vaya más allá de un primer nivel de espectacularidad y pincha su curiosidad, obligándole a mirar en los márgenes de la instantánea para capturar todos los aspectos.[127]

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Convención de la Legión Americana, 1964

Por su parte el fotógrafo Philip Lorca diCorcia dice de Garry que “Su trabajo es muy libre y se mantiene fresco. Es poderoso, pero se niega a realizar grandes declaraciones; es poderoso en parte porque rehuye la grandilocuencia. Sigue vigente, a menos que uno piense en una secuencia donde lo del último año invalida lo anterior. Pero no yo creo en eso, es un tipo de pensamiento que invalide algo porque llegó un artista o estilo nuevo: yo critico que así opere el mercado del arte. Si un trabajo está vivo, está vivo, no importante cuándo fue realizado. Su trabajo es abierto, hay un cuadro dentro del cuerpo y en todo el cuerpo de obra. Es una cualidad de Winogrand, pero es también una característica que buscaron los artistas de 1960. Fellini dijo una vez «Hacer una película con final es inmoral. Y es inmoral porque es una mentira par el público porque la vida nunca termina, todo es flujo y discontinuidad. »[128]

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Chicago, ca. 1972

Carl Chiarenza reconoce: “Es innegable la fuerza, influencia y dominación de la presencia de Winogrand durante un momento crítico tanto de la historia como de la fotografía. No se pude negar, tampoco, que contribuyó poderosamente a cambios importantes en cómo vemos aspectos significativos entre el medio fotográfico y la sociedad estadounidense. Sin duda alguna su trabajo fue, y es, una influencia mayúscula en los fotógrafos de calle. Incluso se podría decir que Winogrand inventó una nueva forma de fotografía de calle, un estilo que ha transformado nuestra visión de lo público, o al menos, nos ha hecho más conscientes de nuestra perspectiva del ser público.[129] […] Winogrand documentó su realidad social. Lo que podemos aprender de su trabajo, entre otras cosas, es la importancia de comprender la diferencia entre lo que decimos y lo que hacemos, lo que decimos y sentimos, lo que escondemos y revelamos. Su obra refleja la conciencia que tenía de sus propios conflictos. Y creo que es justo reconocer que lo que ha mostrado y reproducir es una representación honesta de sus propios cuestionamientos.[130]

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Dominique Nabokov esclarece que Garry “Demostró que cualquier rostro puede ser interesante.[131]” Joe Newman agrega: “Si algo enseñó Winogrand fue que la grandeza le debe tanto a la oportunidad como a la visión artística.[132]” Y Chris Dickie remata: “…Reveló la forma en que vivimos nuestra existencia y damos significado a lo mundano.[133]

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El Morocco, Nueva York, 1950

Finalmente, Gilles Mora explica que “Dejando aparte el contenido de las fotografías, la relación de Winograd con la forma es lo que le hace verdaderamente fascinante. Pocos de sus colegas, exceptuando a su amigo Lee Friedlander, interpretan la verdadera naturaleza de la conexión entre fotografía y realidad con tanta energía y perseverancia, hasta el punto de invertir la relación normal. Para Winograd, el mundo existía solo si había sido fotografiado. Nuestro conocimiento del mundo, por lo tanto, se lo debíamos a dicha responsabilidad. Fascinado por la transformación de la realidad en una reproducción fotográfica. Winogrand encontró la mejor expresión para su investigación en la fotografía callejera y en su flujo constante de imágenes, no solo por el acto agresivo de tomar la foto y su obsesiva repetición, sino también gracias al intercambio dinámico entre el fotógrafo y sus temas.[134]

Sobre el trabajo de Garry Winogrand

La obra de Garry Winogrand parecería siempre haber estado ahí. La mayoría de los fotógrafos se pasa una vida haciendo fotos para que se recuerden tres o cuatro. Al preguntarse qué fotografías de Garry Winogrand vienen a la mente, el número es grande porque realizó un gran número de imágenes con una profunda resonancia.

La acción impregna a la mayoría de sus fotos. Siempre ocurre algo dentro del cuadro y, frecuentemente, hay varios sucesos simultáneos.

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Garry Winogrand nos recuerda que no hace falta buscar lugares lejanos o exóticos. Es más importante trabajar con lo que se tiene a la mano. La clave es hacer imágenes de sujetos que sean importantes para el fotógrafo. Este fotógrafo nos enseña a dirigir nuestra mirada hacia aquello que le resulte interesante a cada persona.

Winogrand nos lanza una invitación a la audacia, a no tener miedo, ni a los sujetos en la calle ni a nuestros propios fallos, y realizar el propio trabajo concentrándose en él.

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Aeropuerto de Los Ángeles, 1964

En la fotografía de Winogrand resalta la importancia de la vida de la gente a través de su cotidianidad.

La obra de Garry es un gran rompecabezas donde cada pieza encaja: desde el zoológico humano hasta los políticos, los transeúntes apurados y la belleza femenina que, dentro de su frenesí, invita a la contemplación.

La constante disciplina de trabajo de Garry Winogrand nos invita a trabajar sin tregua.

En sus fotografías se nota una atención peculiar hacia las escenas y personas que todo el mundo suele ignorar donde expresa los contrastes y contradicciones de una forma compleja, pero extrañamente hermosa.

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Sin título, sin fecha

Cuando se observa una fotografía de Garry Winogrand puede apreciarse que, en su abarrotada complejidad nada hubiera podido ser mejor que su forma de haber capturado la escena. Sin duda Winogrand tiene una deuda importante con el Momento Decisivo de Cartier-Bresson donde confluyen, en triángulo, composición, tema humano y la cúspide de la acción.

El trabajo de Winogrand responde a un nuevo momento social y estético donde no niega la importancia de las vanguardias, pero donde claramente expresa un lenguaje distinto, de forma similar a lo que ocurrió con Strand o Stieglitz ante la herencia pictorialista.

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Las fotografías de Winogrand nacen como una respuesta interior, estética, personal y social para trascender a una realidad estadounidense estereotipada y estereotipante. La mirada de Winogrand escapa de los clichés industrializados del mundo publicitario y editorial para encarar los temas incómodos de la guerra y la segregación en un lenguaje visual consonante con el caótico momento social de la década de 1960.

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Winogrand se refiere a Robert Frank y Walker Evans, pero ignora toda una tradición fotográfica para alimentar un momento post-modernista y, en el ínter, lleva la fotografía de calle a un nuevo status, incluso podría decirse que gracias a Garry Winogrand la fotografía urbana se afinca como todo un género fotográfico por derecho propio.

La fotografía de Winogrand causa numerosos problemas: desde el por qué debería estar en el museo una fotografía aparentemente caótica, recargada, con extraños cortes. Pero al mismo tiempo resuelve una democratización inusual en este medio de codificación y creación visual. Gracias a Winogrand una miríada de seguidores han tomado la calle por asalto, cámara en mano. En muchos sentidos el trabajo de Winogrand prefigura nuestra actual obsesión con la fotografía mediante los dispositivos móviles. El propio Winogrand pareció convertir a la fotografía más en un gesto de comunicación, en un ritual, que en una obra de arte.

La fotografía de Winogrand cuestiona un establishment estético, pero también pone en tela de juicio a la sociedad brutalizada, “animalizada”. Sus yuxtaposiciones zoo-antropomórficas parecen hacer eco, desde lo visual, a los trabajos del antropólogo Desmond Morris y su “Mono Desnudo[135]” que también hizo furor a finales de la década de 1960.

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Coney Island, Nueva York, 1952

Garry Winogrand satisface una necesidad de exploración social, antropológica, histórica. Vemos la década de 1960 en Estados Unidos a través de una mirada privilegiada, con un ojo en el aspecto estético/fotográfico y otro en lo sociológico. Si Jacob Riis había explorado las barriadas neoyorquinas con una intención contestatario pero escasa capacidad estética, Winogrand afronta el activismo con una capacidad artística inusitada.

Las fotografías de Winogrand son complejas y estridentes porque así era él.

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Nueva York, ca. 1955

Winogrand provoca la necesidad de salir a la calle, cuanto antes, con la cámara en la mano, para explorar nuestra cotidianidad.

Toda la fotografía de Winogrand puede verse como un gran símbolo de la urgencia por trabajar y capturar una sociedad. Pareciera una urgencia por ir de un reto a otro donde se combinan belleza, sarcasmo, maestría técnica, zozobra y desamparo. Quizá por eso las fotografías de Garry son tan profundas e invitan a una larga contemplación, pues debajo de la superficie subyacen numerosas capas de significado a la espera de un observador agudo que pueda descubrir las chanzas visuales, pero también la indignación y, sin duda, la admiración por la belleza.

Las fotografías de Winogrand nunca dejan indiferente. Vistas a cuatro décadas de su creación siguen intrigantes, hermosas, complejas, contradictorias. Es imposible permanecer neutral ante un veterano de guerra con las piernas mutiladas, una pareja que carga un par de chimpancés, una mujer en la calle que parece la Venus de Botticelli.

Garry Winogrand, Los Angeles, ca. 1980–83. © Estate of Garry Winogrand and courtesy Fraenkel Gallery, San Francisco_Garry_Winogrand_Women_Are_Beautiful_47
Los Ángeles, ca. 1980-83

Winogrand parecía querer gritarnos cuán compleja era su realidad, interior y exterior, cuánto había en la calle: “¡Mira aquí! ¡Mira eso! ¿Ya te fijaste?” El gran mérito de Winogrand fue el hacerlo visualmente, mediante un medio específico -la fotografía- que suele creerse aséptica, registral, un mero documento.

Winogrand afinó con precisión las herramientas que necesitaba para contar, como sólo el deseaba hacerlo, el aspecto de la realidad que le rodeaba. Sus decisiones técnicas son a un tiempo de orden práctico y estético. Salir a la calle con una bolsa repleta de películas Kodak Tri-X y dos cámaras Leica con objetivos de 28mm son una estrategia que demuestra una madurez operativa a la que se llega tras muchos momentos de prueba y error.

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Los Ángeles, 1969

El trabajo de Winogrand tiene un valor incalculable por los aportes formales, las exploraciones agudas a los sujetos ordinarios, la densa fricción cognitiva que impregna a tantas de sus fotografías. Tal vez suene a ligereza el decir que era un fotógrafo indispensable, pero podríamos pensar que un artista contemporáneo, un diletante de la fotografía o un académico no tienen dispensa de perderse a un fotógrafo cuya huella ha sido profunda en todas las generaciones que le han sucedido.

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Su relevancia y profundidad son mayúsculas, no solo por el tamaño de su cuerpo de obra, sino por su complejidad y sofisticación. Es fácil pensar: “con tanta fotografía, cualquiera puede lograr una o dos imágenes decentes”; sin embargo cada fotografía de Winogrand es una exploración, un reto, un problema por resolver -a veces con éxito-, pero en todo caso implica una victoria: la de afrontar el reto de crear.

A manera de conclusión

Garry Winogrand es, en suma, uno de esos fotógrafos cuyas imágenes parecen quedarse en la mente como una tonadilla que retumba sin fin. Su resonancia acaba colándose en el trabajo propio y es una invitación constante a dejar que ese chico intempestivo, locuaz y astuto que todos llevamos dentro salga a la superficie sin empacho.

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Nueva York, 1965

A Winogrand “le brotaba el Bronx”. Y nosotros tenemos la oportunidad de permitir la salida a nuestro «Yo» más obsesivo, bronco y oscuro. Si lo logramos, tendremos la oportunidad de hacer de la fotografía nuestro medio más personal de expresión.

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World’s Fair, Nueva York, 1964

Garry Winogrand nos invita a la encrucijada fotográfica donde podemos elegir una senda personal, única e intransferible; un camino nuevo para nosotros y viejo para todos los grandes maestros que nos han precedido. Winogrand parece decirnos “¡Eah! sin miedo: sigue tu camino”.

Con un poco de suerte, y un mucho de trabajo, al final de la senda podríamos encontrarnos a nosotros mismos como le ocurrió a Garry Winogrand, el fotógrafo tumultuoso.


ocn_smallÓscar Colorado Nates es Profesor/Investigador titular de la Cátedra de Fotografía Avanzada en la Universidad Panamericana (Ciudad de México).

Es autor de los libros:

  •  Ideas Decisivas: 650 reflexiones fotográficas
  •  Fotografía 3.0 Y después de la Postfotografía ¿Qué?
  • Instagram, el ojo del mundo
  •  Fotografía de documentalismo social
  • Fotografía Artística Contemporánea
  • El Mejor Fotógrafo del Mundo.

Co-fundador de la Sociedad Mexicana de Daguerrotipia y miembro de The Photographic Historical Society (Rochester, NY).

Las opiniones vertidas en los artículos son personales y no reflejan necesariamente las posturas de la Universidad Panamericana.


Fuentes de investigación

Bibliografía

  • Colorado Nates Óscar, Ideas decisivas: 650 pensamientos fotográficos, Universidad Panamericana, México, 2014
  • Dickie Chris, The 50 most influential photographers of all time. Edit. Barron’s, Hauppauge (NY), 2010
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  • Simon Steve, The Passionate Photographer. Ten Steps Toward Becoming Great. (Kindle Ed.), Edit. New Riders, Berkeley CA, 2012
  • Stepan Peter, 50 photographers you should know, Edit. Prestel Verlag, London, 2008
  • Turn David, Jay Bill, On Being a Photographer. A practical Guide. (Kindle Ed.) Edit. Lens work Publishing, Anacortes (Washington), 1997
  • Winogrand Garry (fotos), Rubinfein Leo (texto). Garry Winogrand. Edit.  San Francisco Museum of Modern Art (SFMOMA), San Francisco, 2013

Publicaciones de Garry Winogrand

Garry Winogrand publicó un total de cuatro libros y se han editado otros seis después de su muerte:

  • The Animals. New York, NY: Museum of Modern Art, 1969
  • Women are Beautiful. Light Gallery / New York, NY: Farrar, Straus and Giroux, 1975
  • Public Relations. New York, NY: Museum of Modern Art, 1977
  • Stock Photographs: The Fort Worth Fat Stock Show and Rodeo. Minnetonka, MN: Olympic Marketing Corp, 1980

Libros póstumos:

  • The Man in the Crowd: The Uneasy Streets of Garry Winogrand. San Francisco, CA: Fraenkel Gallery, 1998.
  • The Game of Photography. TF, 2001.
  • Winogrand 1964. Santa Fe, NM: Arena, 2002
  • Arrivals & Departures: The Airport Pictures of Garry Winogrand. Charles Rivers, 2002
  • Figments from the Real World. New York, NY: Museum of Modern Art, 2003
  • Garry Winogrand. San Francisco, CA: San Francisco Museum of Modern Art, 2013

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Fuentes de Internet

Fuentes audiovisuales

[1] Fundació Antoni Tàpies. Garry Winogrand: ficciones del mundo real. Disponible en http://www.fundaciotapies.org/site/spip.php?rubrique183 Consultada el 22 de noviembre de 2014

[2] American Suburb X. INTERVIEW: “MONKEYS MAKE THE PROBLEM MORE DIFFICULT – A COLLECTIVE INTERVIEW WITH GARRY WINOGRAND” (1970). Disponible en http://www.americansuburbx.com/2012/01/interview-monkeys-make-problem-more.html Consultada el 23 de noviembre de 2014

[3] The J. Paul Getty Museum. Garry Winogrand. Disponible en http://www.getty.edu/art/gettyguide/artMakerDetails?maker=1834 Consultada el 21 de noviembre de 2014

[4] Jeffrey Ian, Los grandes fotógrafos, Edit. Debate, Madrid, 2000, Pág. 310

[5a] Cotter Holland. No Moral, No Uplift, Just a Restless ‘Click’. Disponible en http://www.nytimes.com/2014/07/04/arts/design/garry-winogrand-a-retrospective-at-the-metropolitan-museum.html?_r=0 Consultada el 22 de noviembre de 2014

[5b] El término street smart (astucia callejera) podría entenderse como alguien de cultura callejera que se ha vuelto prudente y con fuerte inteligencia emocional para sobrevivir en los barrios populares. Urban Dictionary. Street Smart. Disponible en http://www.urbandictionary.com/define.php?term=street+smart  Consultada el 7 de diciembre de 2014  También se le conoce a esta clase de prudencia como street wise (sabiduría callejera). Urban Dictionary. Street Wise. Disponible en http://www.urbandictionary.com/define.php?term=street%20wise&defid=751818 Consultada el 7 de diciembre de 2014

[6] Jeffrey Ian, Op. Cit., Pág. 310

[7] Als Hilton. GARRY WINOGRAND: “The Animals and Their Keepers: Garry Winogrand and Photography After September 11th” Disponible en http://www.americansuburbx.com/2013/01/theory-animals-and-their-keepers-garry.html Consultada el 23 de noviembre de 2014

[8] The J. Paul Getty Museum. Op. Cit.

[9] Barbara Diamonstein. An Interview with Garry Winogrand. Disponible en http://www.jnevins.com/garywinograndreading.htm Consultada el 22 de noviembre de 2014

[10] Fundació Antoni Tàpies. Op. Cit.

[11] Castellanos Paloma, Diccionario histórico de la fotografía, Ediciones Istmo, Madrid 1999, p. 232

[12] Fundació Antoni Tàpies. Op. Cit.

[13] Stepan Peter, 50 photographers you should know, Edit. Prestel Verlag, London, 2008, Pág. 119

[14] Cotter Holland. Op. Cit.

[15] Gunthert André, Poivert Michel, El arte de la fotografía. Edit. Lunwerg Editores, S.A., Barcelona, 2009, Pág. 411

[16] National Gallery of Art, Garry Winogrand. Disponible en  http://www.nga.gov/content/ngaweb/exhibitions/2014/winogrand.html Consultada el 21 de noviembre de 2014

[17] @YourLibrary. First Major Touring Exhibit of Garry Winogrand’s Photographs. Disponible en http://www.atyourlibrary.org/culture/first-major-touring-exhibit-garry-winogrands-photographs Consultada el 23 de noviembre de 2014

[18] Yale University Press. Garry Winogrand.  Disponible en http://yalepress.yale.edu/book.asp?isbn=9780300191776 Consultada el 22 de noviembre de 2014

[19] Saltz Jerry, Photographer Garry Winogrand Captured America As It Split Wide Open. Disponible en http://www.vulture.com/2014/08/art-review-garry-winogrand-retrospective.html Consultada el 21 de noviembre de 2014

[20] Hoy Anne H.,The book of photography: The history, the technique, the art, the future, National Geographic Society, Washington, 2005, Pág. 302

[21] Roma Giancarlo T. Surveying Garry Winogrand’s American Epic. Disponible en http://www.vice.com/read/gary-winogrand Consultada el 23 de noviembre de 2014

[22] Newman Joe. Rediscovering Garry Winogrand’s Vision of America. Disponible en http://www.huffingtonpost.com/joe-newman/rediscovering-garry-winog_b_5525050.html Consultada el 23 de noviembre de 2014

[23] Barbara Diamonstein. Op. Cit.

[24a] Sorprende saber que, aunque en 1967 ya se habían abolido la inmensa mayoría de las leyes estatales que prohibían el matrimonio interracial en Estados Unidos, hasta 2001 se cambió la Constitución del estado de Alabama que todavía prohibía “el matrimonio entre una persona blanca y un negro o descendiente de negro.” Head Tom, Interracial Marriage Laws. Disponible en http://civilliberty.about.com/od/raceequalopportunity/tp/Interracial-Marriage-Laws-History-Timeline.htm Consultada el 3 de diciembre de 2014

[24b] Goodreads. The Animals. Disponible en http://www.goodreads.com/book/show/731798.The_Animals Consultada el 25 de febrero de 2015

[25] Lyons Nathan, Toward a Social Landscape. Disponible en https://archive.org/stream/towardsocialland00lyon#page/n7/mode/2up Consultada el 1 de diciembre de 2014

[26] Grundberg Andy. Garry Winogrand, innovator in photography. Disponible en http://www.nytimes.com/1984/03/21/obituaries/garry-winogrand-innovator-in-photography.html Consultada el 22 de noviembre de 2014

[27] Chiarenza Carl. GARRY WINOGRAND: “Standing on the Corner – Reflections Upon Garry Winogrand’s Photographic Gaze – Mirror of Self or World? Pt. I” (1991). Disponible en http://www.americansuburbx.com/2012/03/theory-standing-on-corner-reflections.html Consultada el 23 de noviembre de 2014

[28] Orvell Miles, American Photography, (Kindle Ed.) Edit. Oxford University Press, Oxford, 2003, Pos. 1992

[29] Bosworth Patricia, Diane Arbus: a Biography, (Kindle Ed.) Open Road, New York, 2012, Pos. 4636

[30] Gross Frederick, Diane Arbus’s 1960s: Auguries of Experience, (Kindle. Ed.) Edit. Univ. Of Minnesota Press, Minnesota, 2012, Pos. 1311

[31] Hacking Juliet (Ed.), Fotografía. Toda la historia, Edit. Blume, Barcelona, 2013, Pág. 368

[32] Turn David, Jay Bill, On Being a Photographer. A practical Guide. (Kindle Ed.) Edit. Lens work Publishing, Anacortes (Washington), 1997, Loc. 500

[33] SFMOMA. Garry Winogrand. Disponible en http://www.sfmoma.org/exhib_events/exhibitions/452 Consultada el 22 de noviembre de 2014

[34] Handy Bruce, Garry Winogrand, the Photographer Who Captured the Madness of the Mad Men Era. Disponible en http://www.vanityfair.com/online/daily/2014/06/garry-winogrand-met-museum Consultada el 21 de noviembre de 2014

[35] National Gallery of Art. Op. Cit.

[36] Ibídem

[37] Grundberg Andy. Op. Cit.

[38] Cotter Holland. Op. Cit.

[39] Barbara Diamonstein. Op. Cit.

[40] Saltz Jerry. Op. Cit.

[41] Simon Steve, The Passionate Photographer. Ten Steps Toward Becoming Great. (Kindle Ed.), Edit. New Riders, Berkeley CA, 2012, Pos. 743

[42] Hoy Anne H., Op. Cit.

[43] Stepan Peter, Op. Cit., Pág. 119

[44] Newman Joe. Op. Cit.

[45] Jones Justin. Garry Winogrand’s American Hustle Comes To The Met. Disponible en http://www.thedailybeast.com/articles/2014/06/27/garry-winogrand-s-american-hustle-comes-to-the-met.html Consultada el 23 de noviembre de 2014

[46] Chiarenza Carl. Op. Cit.

[47] Askville, What is the origin of the word”snapshot”. Disponible en http://askville.amazon.com/origin-word-snapshot/AnswerViewer.do?requestId=1046722 Consultada el 1 de diciembre de 2014

[48] Loos Ted. Revisiting Some Weel -Eyed Streets. Disponible en http://www.nytimes.com/2013/05/05/arts/design/garry-winogrand-retrospective-in-san-francisco.html?pagewanted=all Consultada el 22 de noviembre de 2014

[49] Barbara Diamonstein. Op. Cit.

[50] Resnick Mason. Coffee and Workprints: My Street Photography Workshop With Garry Winogrand. Disponible en http://www.photogs.com/bwworld/winogrand.html Consultada el 22 de noviembre de 2014

[51] American Suburb X. INTERVIEW: “MONKEYS MAKE THE PROBLEM MORE DIFFICULT – A COLLECTIVE INTERVIEW WITH GARRY WINOGRAND” (1970). Op. Cit.

[52] Orvell Miles, Op. Cit. Pos. 1976

[53] Grove Ánxel. Una gran antología de Winogrand, el fotógrafo más prolífico de la historia, irá a Madrid. Disponible en http://www.20minutos.es/noticia/1695720/0/antologia/garry-winogrand/madrid/#xtor=AD-15&xts=467263 Consultada el 21 de noviembre de 2014

[54] Grundberg Andy. Op. Cit.

[55] Saltz Jerry. Op. Cit.

[56] O’Hagan Sean. Garry Winogrand: the restless genius who gave street photography attitude. Disponible en http://www.theguardian.com/artanddesign/2014/oct/15/-sp-garry-winogrand-genius-american-street-photography Consultada el 21 de noviembre de 2014

[57] Worcester Art Museum. Winogrand’s Women Are Beautiful. Disponible en http://www.worcesterart.org/exhibitions/winogrands-women-are-beautiful/ Consultada el 23 de noviembre de 2014

[58] Grundberg Andy. Op. Cit.

[59] Nabokov Dominique. Garry Winogrand’s Lonely America. Disponible en http://www.nybooks.com/blogs/gallery/2014/aug/14/garry-winogrand-lonely-america/ Consultada el 22 denoviembre de 2014

[60] @YourLibrary. Op. Cit.

[61] Colorado Nates Óscar, Ideas decisivas: 650 pensamientos fotográficos, Edit. Universidad Panamericana, México, 2014, Pág. 109

[62] The J. Paul Getty Museum. Op. Cit.

[63] Disponible en https://www.cameraquest.com/LeicaM4G.htm Consultada el 22 de noviembre de 2014

[64] Resnick Mason. Op. Cit.

[65] Heiferman Marvin. Garry Winogrand – Nonstop and Unedited. Disponible en http://lens.blogs.nytimes.com/2013/05/13/garry-winogrands-nonstop-and-unedited/ Consultada el 22 de noviembre de 2014

[66] Karmel Pepe. GARRY WINOGRAND: “Garry Winogrand, Public Eye” (1981). Disponible en http://www.americansuburbx.com/2010/06/garry-winogrand-garry-winogrand-public.html Consultada el 23 de noviembre de 2014

[67] Dowling Stephen. What photographers can learn from Garry Winogrand. Disponible en http://www.bbc.com/culture/story/20140627-how-to-be-a-great-photographer Consultada el 23 de noviembre de 2014

[68] Appleyard Bryan, The Tri-X Factor. Disponible en http://moreintelligentlife.com/content/features/bryan-appleyard/tri-x-factor?page=full Consultada el 27 de noviembre de 2014

[69] Life without Tri-X. Disponible en http://www.photopromagazine.com/index.php/articles/prointerviews/144-life-without-tri-x Consultada el 27 de noviembre de 2014

[70] O’Hagan Sean. Op. Cit.

[71] Cotter Holland. Op. Cit.

[72] Resnick Mason. Op. Cit.

[73] Ibídem

[74] Garry Winogrand durante una visita en 1977 a la Rice University en Houston, Texas.” The Line. Man on the street: Garry Winogrand’s America. Disponible en https://www.theline.com/vol/chapter/garry_winogrands_america Consultada el 23 de noviembre de 2014

[75] Ibídem

[76] Barbara Diamonstein. Op. Cit.

[77] American Suburb X. INTERVIEW: “MONKEYS MAKE THE PROBLEM MORE DIFFICULT – A COLLECTIVE INTERVIEW WITH GARRY WINOGRAND” (1970). Op. Cit.

[78] Garry Winogrand durante una visita en 1977 a la Rice University en Houston. Op. Cit.

[79] American Suburb X. INTERVIEW: “Garry Winogrand with Mill Moyers” (1982) Disponible en http://www.americansuburbx.com/2009/06/interview-garry-winogrand-excerpts-with.html Consultada el 23 de noviembre de 2014

[80] Ibídem

[81] Aperture Magazine. Revisiting the Winogrand Archive: Philip Lorca diCorcia in Conversation with Leo Rubinfien. Disponible en http://www.aperture.org/blog/garry-winogrand-archive/ Consultada el 23 de noviembre de 2014

[82] @YourLibrary. Op. Cit.

[83] Frank Priscilla. Garry Winogrand’s Photography Retrospective Brings 250,000 Unknown Images To SFMOMA (PHOTOS). Disponible en http://www.huffingtonpost.com/2013/01/20/garry-winogrand-photography-sfmoma-retrospective_n_2481611.html Consultada el 23 de noviembre de 2014

[84] Badger Gerry, La genialidad de la fotografía: Cómo la fotografía ha cambiado nuestras vidas, Blume, Barcelona 2009, Pág. 139

[85] The New Yorker, Garry Winogrand. Disponible en http://www.newyorker.com/goings-on-about-town/art/garry-winogrand Consultada el 21 de noviembre de 2014

[86] Ibídem

[87] O’Hagan Sean. Op. Cit.

[88] American Suburb X. INTERVIEW: “MONKEYS MAKE THE PROBLEM MORE DIFFICULT – A COLLECTIVE INTERVIEW WITH GARRY WINOGRAND” (1970). Op. Cit.

[89] Barbara Diamonstein. Op. Cit.

[90] Als Hilton. Op. Cit.

[91] Orvell Miles, Op. Cit. Loc. 1977

[92] Fundació Antoni Tàpies. Op. Cit.

[93] Garza OC. Class Time with Garry Winogrand. Disponible en http://www.ocgarzaphotography.com/documents/ClassTimewithGarryWinograndfinal3.pdf Consultada el 23 de noviembre de 2014

[94] Artsy. Garry Winogrand. Disponible en https://artsy.net/artist/garry-winogrand Consultada el 23 de noviembre de 2014

[95] Resnick Mason. Op. Cit.

[96] American Suburb X. INTERVIEW: “MONKEYS MAKE THE PROBLEM MORE DIFFICULT – A COLLECTIVE INTERVIEW WITH GARRY WINOGRAND” (1970). Op. Cit.

[97] Garza OC. Op. Cit.

[98] Simon Steve, Op. Cit., Pos. 747

[99] Ibídem

[100] Ibídem

[101] American Suburb X. INTERVIEW: “Garry Winogrand with Mill Moyers” (1982) Op. Cit.

[102] Garza OC. Op. Cit.

[103] Handy Bruce, Garry Winogrand, the Photographer Who Captured the Madness of the Mad Men Era. Disponible en http://www.vanityfair.com/online/daily/2014/06/garry-winogrand-met-museum Consultada el 21 de noviembre de 2014

[104] Saltz Jerry. Op. Cit.

[105] Coomes Phil. The photographic legacy of Garry Winogrand. Disponible en http://www.bbc.com/news/in-pictures-21712576 Consultada el 23 de noviembre de 2014

[106] Heiferman Marvin. Op. Cit.

[107] Baker Stacey. Discovering New Old Garry Winogrand Photographs. Disponible en http://6thfloor.blogs.nytimes.com/2012/04/22/discovering-new-old-garry-winogrand-photographs/ Consultada el 22 de noviembre de 2014

[108] O’Hagan Sean. Op. Cit.

[109] Badger Gerry, Op. Cit. Pág. 140

[110] Heiferman Marvin. Op. Cit.

[111] Resnick Mason. Op. Cit.

[112] Karmel Pepe. Op. Cit.

[113] Cotter Holland. Op. Cit.

[114] Nabokov Dominique. Op. Cit.

[115] Cook Jia-Rui. Garry Winogrand’s Photographs Capture ‘America’s Busy, Teeming, Intricate Whirl’ After World War II. Disponible en http://www.smithsonianmag.com/arts-culture/garry-winogrands-photographs-capture-americas-busy-teeming-intricate-whirl-after-world-war-ii-180952628/?no-ist Consultada el 23 de noviembre de 2014

[116] Worcester Art Museum. Op. Cit.

[117] Hoy Anne H., Op. Cit.

[118] Badger Gerry, Op. Cit. Pág. 139

[119] Chiarenza Carl. Op. Cit.

[120] Ibídem

[121] Loos Ted. Op. Cit.

[122] Ibídem

[123] Grundberg Andy. Op. Cit.

[124] @YourLibrary. Op. Cit.

[125] Ibídem

[126] Worcester Art Museum. Op. Cit.

[127] de Conink Anne. Le photographe de rue amèricain s’empare de la vie des villes dans leur banalité, leur quotidien le plus ordinaire pour en extraire une intensité et un force brutes. Disponible en http://www.slate.fr/story/93403/photographie-garry-winogrand Consultada el 23 de noviembre de 2014

[128] Aperture Magazine. Op. Cit.

[129] Chiarenza Carl. Op. Cit.

[130] Ibídem

[131] Nabokov Dominique. Op. Cit.

[132] Newman Joe. Op. Cit.

[133] Dickie Chris, Photography. The 50 most influential photographers of all time. Edit. Barron’s, Hauppauge (NY), 2010, Pág. 111

[134] Koetzle Hans-Michael, Fotógrafos de la A a la Z, Edit. Taschen, Colonia, 2011, Pág. 430

[135] Morris Desmond, The Naked Ape, (Kindle Ed.), Edit. Vintage Digital, USA, 2010


Información legal: Todas las fotografías se presentan sin intención de lucro y con fines de crítica y/o investigación científica, literaria y/o artística bajo lo previsto en la legislación vigente por conducto de los tratados internacionales en materia de derechos de autor.Consulte en este enlace la información legal respecto del uso de imágenes fijas, video y audio en este

37 comentarios sobre “Garry Winogrand, el fotógrafo tumultuoso”

  1. Muchas gracias por tan interesante artículo, que nos ayuda a perfilar la técnica que usa cada fotógrafo, acorde a su personalidad. En el caso de Winogrand, me gusta esa sed casi obsesiva por cazar escenas, cualesquiera que fueran (como se aprecia en el video), interesante que muchas no las revelara de inmediato, sino que las tenía en reserva, y el mismo se daba a la tarea de re-descubrir su fotografía que había tomado quizás dos años atrás, recordando el buen momento que pasó. Su fotografía me parece más espontánea, con más movimiento que por ejemplo la de Vivian Maier, o la más estudiada de Cartier Bresson.
    Todavía hay una caja de sorpresas en ese acervo de 6500 rollos que nos dejó, y que paulatinamente irán saiendo a la palestra del mundo de la fotografía. Gracias, Oscar por su trabajo, como siempre investigativo. Saludos, Alex.

    1. Gracias por tu comentario Alex. Justo este año hubo una exposición importante en San Francisco y ahí se expuso mucho del trabajo inédito de Winogrand. Se puede apreciar en el libro «Garry Winogrand» del San Francisco Museum of Modern Art editado por Leo Rubinfein (2013). ¡Un abrazo!

      P.D. Estoy terminando de poner fechas y títulos a las fotos, como podrás ver, espero poder tener los datos completos pronto, pero no quería detener la publicación del informe.

    1. Javier, muchas gracias por el comentario. Desde hacía mucho tiempo que quería escribir un informe especial sobre Winogrand y este es el resultado. Me alegra saber que está siendo bien recibido. Espero que sigas visitando mi blog. ¡Muchos saludos!

  2. Muchas gracias Óscar, como siempre es un placer leer tu blog, nos das alternativas para conocer el trabajo de estos fotógrafos, por tus investigaciones que compartes con aquellos que nos apasiona la fotografía, en referencia a Garry Winogrand, en verdad su trabajo es excelente digno de leer y estudiar cada una de sus fotografías, gracias nuevamente por comparit, un abrazo!!!.

    1. Alejandro, gracias por todo lo que comentas, tus comentarios me animan mucho para seguir trabajando con mucho empeño. Qué bueno que te ha servido y precisamente la idea es que puedas tener en estos grandes maestros una comprensión más profunda de este medio fotográfico que amamos. ¡Un abrazo!

  3. Excelente trabajo, como todos los que he leído en tu página. Sin duda, Winogrand es grande, aunque para cierta generación pase desapercibido. Ahora arrojas algo de luz e iluminas su nombre en la comunidad hispanohablante.

  4. Un trabajo fantástico Óscar. Te sigo hace tiempo y tienes un blog magnífico. Trabajas muy bien cada entrada, con datos e información muy interesante. Enhorabuena por el estupendo trabajo que realizas y el esfuerzo y tiempo que dedicas.
    Saludos.

  5. Guau! Impresionante. Como estudiante de fotografía estoy leyendo «La visión fotográfica» de Eduardo Momeñe, un libro que te obliga a acudir a Internet. Creo que la información que podemos encontrar aquí es espectacular. Enhorabuena Óscar. A esto se le llama hacer bien las cosas.

    1. Estimado Félix, muchísimas gracias, qué bueno que te ha gustado. Cada semana agrego algún contenido nuevo y espero que te sirva y te guste, pero sobre todo que lo puedas compartir con otros interesados. ¡Un abrazo!

    1. Omar, muchas gracias por el comentario. Por cierto, recibí tu otro comentario sobre la foto que incorrectamente atribuí a Helen Levitt y que realmente es de Henri Cartier-Bresson. Pido disculpas por el error y la foto en cuestión ya no aparece en la galería de Levitt.
      Independientemente de estoy, en verdad muchas gracias por visitar este espacio. ¡Muchos saludos!

  6. Han pasado más de dos años de la publicación de este gran documento y te puedo decir que es realmente un trabajo excepcional. Tanto por el contenido como por la forma de exponerlo.

    Sinceramente me deja pensando que Winogrand realmente necesitaba fotografiar tanto como el respirar. No me lo quiero imaginar hoy en día con una cámara digital en las manos.

    Como todos los genios con ese velado misterio y punto rayando lo obsesivo hasta sobrepasar ciertos límites de cordura en su etapa final.

    Te doy las gracias por esta exposición y permitirnos conocer mucho mejor a este fascinante fotógrafo.

    Un abrazo.

    1. Estimado Manuel Ramón, coincido contigo. Winogrand me parece un fotógrafo fascinante y, efectivamente, quién sabe qué hubiera hecho con un iPhone e Instagram. Lo que sé es que es una gran inspiración para nunca dejar de capturar todo aquello que capture nuestra atención. Mil gracias por el comentario y un abrazo.

  7. Querido Oscar, me he quedado fascinada e impresionada por el gran trabajo que has hecho de Garry Winogrand. Soy una coleccionista española y tengo las 85 fotogrfías y el libro de «Woman are Beautiful» sin duda he aprendido mucho mirándolas alo largo de los 20 años que las poseo y de las que he heco muchas exposiciones, pero con tu artículo he aprendio cosas que me faltaban y tú me has enseñado y aclarado.
    Un gran abrazo.

    1. Estimada Lola:
      No sabes el gusto que me da saber esto. Eres, sin duda, una de las coleccionistas fotográficas más importantes del mundo y saber que mi texto te ha servido para disfrutar, aún más, tu acervo de fotos de Winogrand es un gran halago. Espero que sigas encontrando en este espacio material que pueda ser de tu interés. ¡Muchos saludos y gracias por el honor!

  8. Hola Oscar, acabo de disfrutar de toda la información, disección y estudio que has realizado a propósito del trabajo del gran Winogrand. Enhorabuena, ha sido delicioso y muy inspirador. Ví su exposición retrospectiva hace unos años en Madrid, pero tras tu post, he entendido muchísimo mejor su modus operandi, sus intenciones y su valía.

    Seguiré leyendo con calma todas las entradas que tienes, me ha fascinado tu investigación.

    ¡Muchas gracias!

    1. Nacho, muchas gracias, es un placer tratar de entender estas personalidades tan complejas y poder compartirlas porque así, el goce de sus fotografías, se amplifica. ¡Gracias por leer mis artículos!

  9. No me explico cómo es que no había leído este Informe Especial. Winogrand es uno de mis fotógrafos favoritos y después de haber leído esto lo es aún más. Saludos Óscar!!!!

  10. Hola Doc. Oscar Colorado, excelente articulo, muy inspirador Winogrand, por su acercamiento a los sujetos sin temor alguno, personalmente trato de acercarme porque hago mis tomas con un móvil lo que me permite camuflarme un poco, porque salir cámara en mano en un lugar que no sea turístico siempre es un riesgo por la situación interna del país, pero esta historia da Garry anima a salir. Mil gracias por tu dedicacion y tu forma de desglosar cada tema, muy bien ilustrados y amplia bibliografía. Como siempre, desde Colombia un abrazo rompe costillas.

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