La fotografía como fenómeno de masas: del daguerrotipo al Instagram

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A lo largo de su historia, la fotografía ha encantado a las grandes masas. Presentamos un recorrido por la cultura mainstream y su relación con la fotografía desde el siglo XIX hasta nuestros días.

 Por Óscar Colorado Nates*

La fotografía es un caso peculiar desde su invención en el siglo XIX hasta la actual era de la conectividad. Esta tecnología ha demostrado durante décadas su encanto con grandes sectores de la población. La fotografía ha sido un fenómeno de masas a lo largo de su historia así como ascendiente de otras manifestaciones de la comunicación multitudinaria como la prensa escrita, el cine, la radio y la televisión.

A continuación abordaremos las diferentes etapas en la historia de la fotografía y su relación con la cultura de masas hasta llegar a las actuales redes sociales y los fenómenos contemporáneos de cultura maintream y otros derivados de la conectividad mediante la red y la convergencia digital.

Primera parte

La fotografía, un invento popular

01_earlyPhotog7Cuando se presentó formalmente el proceso creado por Nicéphore Niépce y Louis Daguerre el 19 de agosto de 1839 ante la Academia de Ciencias de París, inició el tiempo de la revolución tecnológica. La fotografía coincidió con la inauguración de toda una era de industrialización, tecnificación y consumo en el que el calificativo “masivo” se volvió moneda de cuño corriente.

A la par del ferrocarril, el telégrafo, la máquina de vapor, el fonógrafo o la bombilla eléctrica, la fotografía se convirtió en una síntesis de una era que alteraba de manera profunda el mundo y la sociedad como había sido entendida antes del siglo XIX.

En muchos sentidos la fotografía significaba la quintaesencia de su tiempo: producción en masa, comercialización y distribución al gran público y nacimiento de la noción de celebridad.

La fotografía registró el aspecto de toda una colectividad humana decimonónica: ni el príncipe Alberto ni  los mendigos de John Thomson escaparon de la captura fotográfica.

norma-mcfall-collmar-7dd6a7995073a3a9Desde sus inicios con el retrato, la fotografía comenzó a ser un fenómeno que permitía la conexión entre seres humanos, constante que aseguraría la permanencia de este medio como uno de los predilectos del gran público a lo largo de las décadas venideras. La proliferación de estudios fotográficos en todo el mundo son un testimonio de la veloz dispersión de este medio desde sus inicios.

Una vez satisfecha la ambición de la propia imagen preservada en un retrato, apareció la necesidad de compartirlo con los demás. Este participar la fotografía al círculo social se convertiría en un ritual personal, familiar y social que se ha mantenido, de múltiples formas, hasta el día de hoy.

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En sus primeras manifestaciones, la fotografía (el daguerrotipo, para ser más precisos) era una pieza única. La placa de cobre recubierta de plata y sensibilizada con vapores de yodo no admitía duplicados. En tal sentido las aportaciones de los negativos de papel sensibilizado con nitrato de plata y sal de William Henry Fox Talbot y su calotipo anticipaban las posibilidades de la duplicación masiva y la verdadera naturaleza de la fotografía como pieza reproducible.

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Calotipo realizado con el procedimiento patentado por William Fox Henry Talbot en Inglaterra.

No olvidemos que el gobierno francés adquierió este invento y lo liberó al público con la ley 669 decretada por el rey Louis Phillipe I.[1] Por su parte Fox Talbot patentó su invento el cual protegió celosamente y con ello arruinó su difusión.

Mientras el daguerrotipo se convertía en una de las primeras manifestaciones del llamado Open Source: “Fox Talbot se aferró a su patente, hecho que paradójicamente obstaculizó el auge y desarrollo adicional de la fotografía en Inglaterra; el hecho provocó una clara ventaja de los franceses.”[2]

Retrato y estudio fotográfico: hacia la cultura de masas

En pocos años el número de estudios fotográficos se contaba por miles y los daguerrotipos estaban presentes en impensados rincones de los cinco continentes. Comienza a conformarse algo inédito en la historia de la humanidad: un fenómeno que rebasaba fronteras para convertirse en una expresión cultural más o menos homogénea y disponible para un gran número de personas. Se trata del germen de la llamada la cultura de masas.

Rafael Paz apunta que: “Las diferentes reflexiones sobre la cultura de masas están relacionadas con el avance de la tecnología, el trabajo en cadena y la mecanización/deshumanización de la clase trabajadora en la democracia de masas. La tecnología sería la variable independiente que explicaría el colapso de la cultura tradicional…”[3]

La fotografía era un prodigio de la naciente era tecnológica y significó, en más de un sentido, dicho derrumbamiento.

El álbum fotográfico

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Álbum de la familia Frothingham, ca. 1865

El avance tecnológico de la fotografía fue espectacular. Para 1855 “El papel a la albúmina se convirtió en el material de impresión fotográfica más ampliamente difundido”[4] Cuando se evolucionó de la placa metálica o de vidrio al papel se inició una etapa importante: la del álbum familiar. Los daguerrotipos requerían de un estuche apropiado para su protección, pero las impresiones a la albúmina dieron lugar a una nueva posibilidad de distribución del contenido fotográfico: el álbum fotográfico.

Los hubo de todo tipo, pero el que para efectos de este trabajo interesa es el fotográfico y de manera aún más específica el de fotografía familiar.

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“El álbum familiar es una ventana a la vida familiar inaugurado por el compilador, ya sea la madre, el padre, la tía o el hermano. Si la identidad de esa persona se revela o se oculta en los pliegues de la vida familiar, somos conscientes de la presencia vital del compilador.” [5]

Según Martha Langford, el álbum tiene tres funciones que podrían analizarse profundamente en otro trabajo: la contemplación, la comparación y el sentido de conexión con las personas o escenas representadas. [6]

Estos cuadernos fueron durante décadas el espacio íntimo para preservar la genealogía y ritos de paso con el núcleo social primigenio. Desde el bautizo, la primera comunión, la boda y hasta la muerte, la fotografía se convirtió en el depósito documental por excelencia de la vida humana. En el álbum familiar se atesoraron los recuerdos cruciales de la existencia como un repositorio del registro doméstico.

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El álbum familiar, visto desde la cultura de masas, es una posibilidad de compilación fotográfica que se convirtió en un miembro más de la familia. Todas las familias, desde los aristócratas hasta los obreros contaban con su propio almacén de recuerdos fotográficos. Si bien la distribución de estos contenidos era limitada al entorno familiar y social más cercanos, las funciones contemplativas y de conexión de la que hablaba Langford desembocarían en el siglo XXI en un fenómeno de masas que mutaría de la producción (fotógrafos, compiladores de álbumes familiares) a la distribución de las imágenes donde se acabarían confundiendo las esferas públicas y privadas.

La fotografía como fenómeno de cultura de masas a través del entretenimiento: Estereografías y “Cartes de Visite”

La fotografía anticipa la cultura de masas no solamente en términos de su extensa difusión, sino como vehículo de socialización y objeto de distracción. Por otra parte su potencial de reproducción masiva le otorga un carácter de mercadería.

“La cultura de la democracia de masas está condenada a convertirse en mercancía. La cultura se produce en serie por técnicos especializados que han sido contratados por hombres de negocios. La audiencia son consumidores pasivos cuyo poder no sobrepasa la elección de comprar o no comprar… Este análisis simplista está relacionado con las características que señalan Adorno y Horkheimer: estandarización, estereotipación, conservadurismo, mendicidad, manipulación.”[7]

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A no dudarlo, la fotografía se convertiría en mercancía de producción y difusión masiva en dos manifestaciones concretas: la estereografía y las carte de visite.

Ambas posibilidades compartían constantes: el medio físico (copias fotográficas en papel a la albúmina) y su función de entretenimiento.

Desde observar vistas tridimensionales hasta coleccionar las cartas de visita de los famosos, en ambos tipos de imagen confluye la fotografía como un medio de diversión más allá de la preservación registral. De un rol funcional, la fotografía abandona la esfera incluso estética para acercarse al mero esparcimiento.

a) La imagen estereoscópica

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Charles Wheatsone, inventor del estereoscopio

En 1838 Charles Wheatson había logrado crear un dispositivo denominado estereóscopo que permitía crear la ilusión óptica de tridimensionalidad. La fotografía era el medio idóneo para esta clase de experiencia visual.

“Las  estereografías se convierten en el gran pasatiempo decimonónico donde lo mismo se coleccionan las efigies de los famosos (escritores, políticos, actores) que exóticas vistas de países lejanos o espectaculares paisajes.”[8] Para 1856 se habían vendido en Inglaterra más de medio millón de estereoscopios.[9] Entre 1865 y 1880 se produjo un gran auge por la estereografía[10] y para 1920 se habían vendido más de 300 millones de piezas.[11] Estas cifras eran materialmente imposibles antes del siglo XIX, pero la tecnología, la industrialización y el pulimento de los mecanismos de distribución permitieron que el gran público pudiese disfrutar de las vistas con ilusión tridimensional.

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Zoe Clayton declara que la popularidad de la fotografía estereográfica fue tal que se convirtió en el primer fenómeno visual de masas.[12] Como bien apunta Adrián Villegas “Hay un estrecha relación entre la sociedad y cultura de masas y la sociedad de consume (desde la industrialización).”[13] Sin duda la estereografía era un primer antecedente ideal de u producto cultural producido y consumido masivamente.

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La estereoscopía se convierte en un fenómeno de masas en las dimensiones de producción, distribución y consumo.

b) Las “Cartes de visite”

En 1854 el fotógrafo francés Eugène Disdéri patentó su sistema para crear de cuatro a ocho tomas en una sola placa. Cada fotografía, impresa a la albúmina, tenía un tamaño de 63 x 102 mm, similar a las dimensiones de una tarjeta de visita. “El resultado práctico era un número mayor de fotografías a un precio mucho menor.”[14] La ecuación cantidad masiva = costo de producción inferior = ventas masivas fue el inicio de un ciclo de consumo que fue rápidamente adoptado en la nueva etapa industrial.

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“Con la carte de visite la fotografía se convierte definitivamente en un producto de masas: tanto en su factura como en su consumo.”[15] Si la estereografía ya había invadido los hogares decimonónicos, la carte de visite generaría un auténtico furor.

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“Las cantidades de cartes de visite que se produjeron y se vendieron resultan sorprendentes, y ponen en cuestión nuestra idea del siglo XX como el de la imagen.”[16] Por ejemplo, tras la muerte del príncipe Alberto (esposo de la reina Victoria) se vendieron 70 mil retratos suyos y 300 mil copias de la imagen de la princesa Alexandra de Gales. “Disdéri llegó a vender 2.400 fotografías al día.”[17]

 

Las «Cartes de visite» y la celebridad como fenómeno cultural masificado

“Uno de los grandes entretenimientos del siglo XIX era coleccionar Cartes de Visite de políticos e intelectuales. Las celebridades ahora tenían rostros y, lo mejor, cualquiera podía tener un pedacito de esas personas.”[18a]

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Aparecen las galerías de gente famosa (como la de Mathew Brady en Estados Unidos). Las cartes de visite se volverían el nuevo pasatiempo en el viejo y el nuevo continente.

AshfordMusicalCelebsPodríamos imaginar perfectamente una hipotética escena donde Sarah Bernhardt fuese asediada al entrar en un restaurante, cual Madonna o The Beatles, al ser reconocida por los parroquianos y hasta meseros que habrían comprado una carte de visite con uno de los célebres retratos de la actriz, producidos por el fotógrafo Nadar. Y todo forma parte de un ciclo, el del motor del consumo del entretenimiento impulsado por su principal combustible: la celebridad. Tal escenario se antoja posible gracias a la fotografía.

Decíamos al principio que la fotografía coincidió con el inicio de una nueva era. La propia máquina fotográfica se convirtió en la fábrica de quimeras  accesibles por veinte francos. Si la pintura ofrecía obras de arte unitarias, con el máximo encanto de la pieza única, la fotografía era accesible de manera amplia, por definición una tecnología al servicio de la producción y consumo masivos.

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Sarah Bernhardt en Théodora. Nadar (ca. 1884)

Si los daguerrotipos heredaban un poco del “aura” (que mencionaba Walter Benjamin [18b]) de la pintura en cuanto piezas únicas, desde los inicios mismos con los calotipos reproducibles de Henry Fox Talbot la fotografía se asoma a la producción masiva. Cuando llega la carte de visite o la estampa esterográfica se inicia un ciclo de producción, venta/distribución y consumo. De alguna manera estamos ante los primeros pasos de una industria del entretenimiento que alcanzaría su cenit con el cine. Eran los primeros pasos hacia la cultura mainstream, explicada así por Frédéric Martel:

“La palabra mainstream, difícil de traducir, significa literalmente «dominante» o «gran público», y se emplea generalmente para un medio, un programa de televisión  o un producto cultural destinado a una gran audiencia.”[19]

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Las «cartes de visite» y el álbum se encuentran. En el siglo XIX eran muy populares los álbumes de celebridades en este formato.

La fotografía resultó ser un fenómeno de masas distinto al cine, y probablemente el mayor responsable fue George Eastman. Si los hermanos Lumiére crearon una industria productora de narrativas icónicas en movimiento, en la fotografía se daría un fenómeno más cercano a nuestras actuales redes sociales que a los espectáculos de la mass media. En lugar de tener un solo productor con millones de espectadores, en la fotografía se daría el caso de millones de productores, cada uno con su respectivo círculo social y familiar. Una sorprendente anticipación a los modelos de redes sociales del siglo XXI.

 Segunda parte

El siglo XX

George Estaman y su revolucionaria Brownie

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George Eastman

Si la revolución fotográfica y la cultura de masas tuvo un impetuoso comienzo en el siglo XIX, a partir de 1900 alcanzaría niveles de escándalo.

Cuando George Eastman inventó su cámara Kodak Brownie, inició la siguiente etapa en la masificación fotográfica. Antes de este dispositivo el gran público debía recurrir a un profesional y su estudio. El empresario de Rochester, Nueva York, ofreció a cualquiera la posibilidad de hacer una fotografía.

La Kodak Brownie era una cámara revolucionaria en muchos sentidos. Para comenzar era portátil: Las monstruosas cámaras de cajón con obligatorio trípode quedaban en el pasado. En segundo lugar la Brownie incluía una cinta de celuloide sensibilizada y enrollada; era el inicio del rollo de película.  En tercer lugar, su era accesible. El primer modelo costaba $25 dólares, pero la segunda versión tenía un precio de un dólar, al alcance  incluso de obreros y campesinos.

Cámara Brownie original

Una vez expuestas las imágenes del rollo, se enviaba la cámara a Rochester, donde las fotos eran reveladas. El equipo estaba de vuelta en casa con las impresiones de las fotografías y un rollo nuevo y fresco, listo para ser expuesto. El lema de Kodak era “Usted presiona el botón, nosotros nos encargamos del resto.” Y George Eastman cumplía su promesa.

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1901Brownie2Ad490La Brownie se convirtió en un hit sin precedente en la historia. Se vendieron millones de estas cámara entre 1900 y 1960.

A la Brownie original le sucedieron decenas de versiones que afinaban el concepto original. Durante 60 años aparecieron Brownies con toda clase de apellidos: Six-20 Flash Brownie, Hawkeye Flash Model, Starflash  o Starmatic.[20] Se comercializaron más de 100 versiones diferentes da lo largo de su historia.[21]

La Brownie se convirtió en la primera cámara por excelencia. Incluso Ansel Adams y Henri Cartier-Bresson dieron sus primeros pasos fotográficos con estas sencillas máquinas fotográficas.

6a00d83452989a69e200e5503ce5048833-800wiSi se vendieron millones de cámaras, se produjeron un número incalculable de fotografías con ellas pues eran la compañía de todo evento social, personal y familiar. La fotografía instantánea cobró un nuevo sentido. Las Brownie terminarían su reinado para abdicar, en 1963, a favor de su hermana, la Kodak Instamatic[22] que también fue un éxito: 7.5 millones de unidades vendidas.[23]

La fotografía al alcance de las masas

Pero el mundo de la fotografía no era exclusivamente dominio de Kodak y su Brownie. En el ínter la fotografía se vio catapultada en otros sentidos: La tecnología permitió cámaras de portabilidad sin precedente cuando Ernst Leitz es convencido por su ingeniero Oskar Barnack para producir la cámara Leica I en 1914. La sensibilidad de las películas fue mejorando hasta ofrecer a los consumidores la posibilidad de realizar tomas en  condiciones de luz antes imposibles.

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La Leica I (1914), primera cámara de 35mm. Diseñada por Oskar Barnack.

Avances tecnológicos como la aparición del flash electrónico (evolución de los trabajos de Harold Hedgerton y los prodigios realizados por la General Electric Co.) o la popularización de la fotografía a color cortesía tanto de la propia Kodak como de la germana Agfa inundaron los hogares del mundo con cámaras fotográficas. Llegó incluso el momento en el que los fotógrafos “serios” se negaban a realizar imágenes a color, sinónimo de fotografía populachera, tabú roto hasta la década de 1970 cuando William Eggleston expone en el MoMA las primeras fotografías artísticas a color. Y es que no olvidemos que “La expresión «cultura mainstream» puede tener una connotación positiva y no elitista, en el sentido de «cultura para todos», o más negativa, en el sentido de «cultura barata», comercial, o cultura formateada y uniforme.”[24]

Por su parte Edwin Land creó su propia revolución con la fotografía instantánea producida por sus cámaras y películas Polaroid. Esta nueva tecnología causó furor y significó un avivamiento adicional a la fotografía. La cámara fue presentada en 1948 y para 1950 ya se habían vendido más de un millón de paquetes de película instantánea. Para 1976 Polaroid había vendido 6 millones de cámaras.[25]

El hogar moderno

962En pleno siglo XX los fenómenos de comunicación multitudinaria eran, literalmente, cosa de todos los días. El hogar moderno finalmente contaba con las comodidades impulsadas desde su origen por Edison donde confluían la plancha eléctrica, la máquina de refrigerar, la lavadora, por supuesto la bombilla incandescente, pero además hacían su aparición los prodigios inalámbricos de la radio y la televisión. En la puerta de la casa amanecía todos los días el periódico que relataba los acontecimientos más importantes de la jornada, con la opinión de doctos editorialistas y donde se obtenía tanta información como entretenimiento.

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El fin de semana incluía otros espectáculos masivos, desde la asistencia a una corrida de toros, un encuentro de lucha libre, un partido de fútbol o la obligada película del domingo por la tarde. La cultura de masas, el mainstream, se había establecido firmemente en el mundo. Y con una cámara fotográfica como un miembro más de la familia.

 

Tercera Parte

Hacia una la cultura mainstream

En el siglo XX se moldeaba paulatinamente una sociedad con una constante: grandes negocios encargados de producir y distribuir contenidos de información y entretenimiento para un público amplio.

maria_felixComienza a conformarse la idea de la cultura de masas.   “Este concepto surge en la década de 1930 con el advenimiento de los medios masivos de comunicación: el cine, la radio y la TV. También llamada industria cultural porque vende información, espectáculo, entretenimiento y cultura. Es decir piensa la cultura como una mercancía más. Es sobre todo una cultura para el consumo. Sus principales agentes son los mass-media. La industria cultural mitifica, manipula, oprime, fragmenta. Homogeneiza, estereotipa, promueven la pasividad. Está controlada por la clase dominante. Tiene un poder de difusión veloz y masivo.”[26a]

La cultura de masas exige un imaginario de perfección. La dama debía parecer María Félix, Rita Hayworth, Libertad Lamarque o Sara Montiel. El caballero debía convertirse en Pedro Infante o Clark Gable. Los medios de comunicación generaban un  Star System propio con una constante: emitir un mensaje unitario y generalizado para el gran público consumidor pasivo.

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Mientras ocurría esto, en el típico hogar de la década de 1950 el señor de la casa cargaba su cámara réflex Minolta, Canon o Nikon a los viajes (Leica o Zeiss si se trataba de un fotógrafo pudiente), y la esposa una Brownie Hawkeye para capturar el primer día de escuela de Rodriguito, la primera comunión de Fátima, Luisito con disfraz de Luis XV,  la boda del primo Enrique, la graduación de Arturo, la reunión de amigas en la fiesta del Tupper Ware

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Las expresiones vernáculas de la fotografía eran un fenómeno dispar al Star System pues George Eastman había hecho de cada dueño de una cámara el productor de una pieza de comunicación visual, aunque el alcance de estos productos culturales se limitaba al círculo social más cercano.

El ejército de fotógrafos casuales se multiplicó. Mientras el espectáculo multitudinario implicaba la reunión en espacios públicos como los enormes cines, la fotografía se distribuía de manera mucho más reducida: el álbum familiar y, ocasionalmente, la proyección de diapositivas en una soporífera reunión convocada ex profeso.

Este escenario duró más de cuarenta años. Hasta que llegaron las computadoras personales a mediados de la década de 1980 primero como máquinas de oficina incrustadas en el hogar por IBM, luego hechas amigables por Apple y finalmente tomadas por asalto mediante Windows.

El mundo cambia en la década de 1990

yahoo 1995a battellemedia.comimages1995.jpgEl mundo se alteró irremisiblemente cuando, a mediados de la década de 1990, las computadoras personales (para entonces ya bastante difundidas) se ínter conectaron  con servidores en todo el mundo mediante una red informática mundial, descentralizada, formada por la conexión directa entre computadoras mediante un protocolo especial de comunicación.  Esa red hoy la conocemos todos como el Internet.

Comienzan también por entonces a aparecer las primeras y carísimas cámaras fotográficas digitales, prodigios de la tecnología que prescindían del rollo tradicional y que podían capturar imágenes de 640×480 píxeles, que lucían de maravilla en los monitores VGA. El precio era, por supuesto, inaccesible para el gran público. Pero era apenas el comienzo de la revolución digital.

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Apple Quicktake 100. La primera cámara digital disponible al consumidor (1995).

En Kodak se vendían rollos de película por millones sin anticipar que en veinte años quebraría la empresa fotográfica más poderosa del mundo. Mark Zuckerberg aún asistía a la escuela primaria y los grandes consorcios de la comunicación acaparaban el monopolio de los mensajes y los contenidos.

La convergencia de los medios

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Canon EOS Digital Rebel. Primera réflex digital con un precio menor a mil dólares (2004).

La fotografía digital avanzó de manera espectacular en el primer lustro del nuevo milenio. Pronto aparecieron las primeras cámaras de consumidor con resoluciones superiores a los 2 megapíxeles y para 2002 comenzaron a popularizarse los modelos réflex con precios inferiores a los mil dólares. Pero a mediados de la primera década del siglo XXI la sociedad, los medios de comunicación y la tecnología se entrecruzaron para crear un fenómeno de cultura de comunicación y de masas sin paralelo en la historia de la humanidad: la convergencia entre tecnología, personas y redes sociales.

En 2005 se consolidó el epicentro tecnológico y social del nuevo milenio: el teléfono móvil. Por supuesto que desde veinte años antes existían los celulares, sin embargo es en el nuevo milenio cuando se vuelven accesibles para las grandes masas de población. Incluso los pueblos indígenas no soalmente cuentan con teléfonos móviles: hasta han instalado redes celulares propias. [26b]

En el pasado la creación de agendas inteligentes como la Palm eran un preámbulo a la organización personal automatizada con su entonces revolucionario reconocimiento de trazos en una pantalla sensible al tacto. En su momento Apple comenzó a construir su versión de personal organizer, el Newton. Sin embargo este proyecto fue cancelado por Steve Jobs quien decía tener mejores ideas para la firma asentada en Cupertino.

La fotografía digital implicaba una revolución en la generación de imágenes. La computadora personal era una maravilla que permitía, con la nueva interconexión de la world wide web, comunicarse no solo con el correo electrónico sino incluso de la mensajería instantánea anunciada por el entonces omnipresente cucú del ICQ, programa indispensable en toda computadora personal.

Flickr

 img8d06a1a05b394f8e2ad5e323f23f5c6cLa llegada de la llamada Web 2.0, término acuñado por Tim O’Reilly[27] implicó la transición del DoubleClick al Google AdSense, de la Britannica Online a Wikipedia y de Ofoto a Flickr. Las nuevas posibilidades se abrían hacia los contenidos abiertos y la interacción social utilizando Internet como plataforma de conexión.

José van Dyck explica en su obra The Culture of Connectivity que “En menos de una década, una nueva infraestructura de socialización y reacción social en línea ha surgido, penetrando cada fibra de la cultura contemporánea. Los social media, definidos como «grupo de aplicaciones basadas en internet que construyen los cimientos tecnológicos e ideológicos de la Web 2.0 y que permiten la creación e intercambio de contenido creado por los usuarios» (Kaplan & Haenlein 2010: 60), forman una nueva capa en línea por la que la gente organiza sus vidas. Hoy, esta capa de plataformas influyen la interacción humana en los niveles individual y comunitarios, así como en un nivel social amplio, mientras que los mundos en línea y fuera de línea se ínter-penetran de manera creciente”.[28] Y el autor agrega: Con la llegada de la Web 2.0, un poco después de la llegada del nuevo milenio, los servicios en línea cambiaron de ofrecer canales de comunicación en red para convertirse en vehículos interactivos bidireccionales de socialización.”[29]

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confianzaEn tal entorno surge Flickr, iniciativa de Ludicorp, compañía canadiense desarrolladora de videojuegos con sede en Vancouver que desarrolló una característica para su juego Neverending.[30] La plataforma inició un capítulo nuevo en la historia de la fotografía donde podía utilizarse como bodega virtual para las imágenes de los usuarios así como un vehículo para compartir e interactuar con la fotografía y sus tecnologías como punto de partida.

“En el concepto original de Flickr, las fotos no eran  solamente un producto secundario de la socialización; el compartir imágenes en línea era  el corazón de una función creativa y comunicativa.”[31]

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La capacidad para etiquetar las imágenes pronto atrajo la atención de los grandes corporativos. Ente ellos Yahoo! De hecho un ejecutivo de alto rango de Yahoo cuyo anonimato protege Mat Honan en su artículo How Yahoo Killed Flickr and Lost the Internet explica: «En el momento en que estábamos buscando a Flickr, Yahoo estaba recibiendo una paliza por parte de Google. La carrera se tornó hacia encontrar otras áreas de búsqueda donde podríamos construir una posición de liderazgo»[32]  El gran valor que vio Yahoo en Flickr no estaba centrado en las personas, sino en la manera en la que los usuarios habían etiquetado y clasificado diligentemente sus fotografías.  El mismo funcionario declara: “Esa es la razón por la que compramos Flickr. No nos interesaba la comunidad […] La teoría detrás de la compra Flickr no era aumentar las conexiones sociales, sino monetizar el índice de imágenes.”[33a] La decisión resultó contraproducente a la larga. Flickr fue perdiendo terreno y convirtiéndose en presa fácil de cualquier nuevo depredador digital interconectado.

En 2011 se hizo un experimento en la Art Gallery: se imprimió el equivalente a las fotos que se suben diariamente a Flickr. [33b] Así lucen un millón de fotos impresas: 

En el ciberespacio comenzaban a gestarse los grandes corporativos de la información en el siglo XXI: Google, MySpace, YouTube, Flickr, Twitter, Facebook, por mencionar solo algunos.

Para 2006, la convergencia de contenidos y plataformas parecían llevar, necesariamente hacia uno solo punto pero, como lo demuestra el diagrama de Gary Hayes, todavía nadie sabía con claridad qué dispositivo se volvería la panacea de la tecnología, la interactividad y la movilidad. Nadie a excepción, por supuesto, de Steve Jobs.

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Dile “hola” a una nueva era

32997-Steve_JobsEn 2007 Steve Jobs, el ya mencionado destructor de la Newton, presentó en una de sus célebres keynotes un producto que no creaba ni destruía nada, pero que transformaría al mundo: el iPhone.

Antes de este aparato ya existía, por supuesto, la telefonía celular. También ya habían aparecido los organizadores personales como la difunta Palm, y las computadoras eran cosa común. Sin embargo el iPhone era todo eso y, como dicta el cliché, mucho más.

En un dispositivo que cabía en la palma de la mano se integraba una poderosa computadora que acabaría conectada a Internet por redes 3G o 4G, Wi-Fi que se convertiría en el némesis de los titanes de la industria mediática. Por primera vez, en un solo dispositivo, confluirían tanto la capacidad de recibir contenidos como la posibilidad de crearlos.

La fotografía se convirtió en uno de los grandes motores de los nuevos medios convergentes: un público creciente podía hacer una fotografía y compartirla de manera instantánea a través de su Smartphone.

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Por otra parte, si Steve Jobs había conectado un “hitazo” espectacular gracias a su iPhone y posteriormente con el iPad, la competencia daría batalla: la conflagración se convertió en guerra mundial cuando se formó la Open Handset Alliance (OHA), hoy integrada por más de 80 fabricantes de dispositivos móviles.[34] Marcas del tamaño de Sony, Samsung o LG impulsaron la iniciativa alrededor del naciente sistema operativo creado por Google y bautizado como Android. Para 2013 únicamente tres marcas no serían parte de la OHA: Apple (por supuesto), Blackberry y Nokia empeñada en usar Windows Phone.

La multiplicación de los Smartphones

Si el iPhone se convirtió en un elitista símbolo de estatus, su numerosa competencia ofrecería alternativas igualmente poderosas a un precio accesible para un público mucho más extenso. En apenas cinco años ocho de cada diez smartphones utilizaban Android.[35]

Touchscreen smartphone with Earth globeLa multiplicación de los Smartphones resultó espectacular. Para el tercer trimestre de 2012 ya existían mil millones[36] de estos dispositivos en un planeta con 6 mil millones de habitantes. En otras palabras, uno de cada seis seres humanos ya contaba con un Smartphone cuando inició 2013 y la tasa de crecimiento va en aumento.[37] Si el extinto Steve Jobs revolucionó el mundo con su iPhone, Lee Kun Hee, septuagenario presidente de Samsung Electronics capitalizó este éxito.[38] Y cada uno de estos mil millones de usuarios cuenta con una cámara fotográfica incorporada en el teléfono.

La unión de las redes sociales, producto de la Web 2.0, con la explosiva expansión de los Smartphones ha significado el cambio de paradigma más importante en la historia de la cultura de masas y la comunicación.

Si la modernidad implicaba el acceso al entretenimiento masivo producido por los grandes consorcios, la posmodernidad está significando el gran dolor de cabeza de los grandes magnates mediáticos. Antes la competencia era un puñado de jugadores, hoy son millones, miles de millones: cada fotografía subida a Instagram se convierte en una competencia por la atención del consumidor.

Smartphone, una Brownie con disfraz de teléfono

En este entorno la fotografía cobra un renovado protagonismo en la comunicación de masas. Si las hordas de fotógrafos vernáculos invadían el mundo con sus Brownies, en el siglo XXI la cámara fotográfica incorporada al Smartphone se ha vuelto, en verdad, universal.

apps3El ubicuo Smartphone ha implicado la estratificación más importante en la fotografía reciente. En la producción fotográfica contemporánea pueden distinguirse varios grupos claramente identificados: fotógrafos profesionales, artistas visuales que utilizan la fotografía como su medio de expresión, amateurs o entusiastas y aficionados.

En principio existe una división en términos tecnológicos acordes a cada grupo. Los profesionales y prosumers utilizan cámaras réflex, desde las más baratas hasta los equipos especializados de alta gama. El aficionado utiliza las cámaras digitales más básicas (que están tendiendo a desaparecer, sustituidos crecientemente por los teléfonos móviles [39a]). Sin embargo todos estos segmentos comparten una herramienta común: el Smartphone.

La intención estética y el conocimiento formal de la fotografía segmentan aún más a los grupos de creadores.

Instagram

tumblr_m8uthlj2kZ1qm4rc3Instagram vio la luz en octubre de 2010. Esta aplicación combina las funciones de cámara fotográfica, posibilidad de agregar filtros de poetización o exaltación[39b] y un mecanismo sencillo y eficaz para compartir las fotografías. Este software inició exclusivamente en el entorno del iOS de Apple pero actualmente también existe una versión para dispositivos Android.

Mientras Flickr mantenía una tendencia irrefrenable a la baja, Instagram logró en solo tres años cifras inconcebibles: 150 millones de usuarios,[40]  una tasa de crecimiento de 10 millones de cuenta-habientes por mes[41] y 16 mil millones de fotografías compartidas. [42] Para medir el impacto de Instagram baste decir que en casi 10 años de existencia Flickr suma un total de 3.9 mil millones de imágenes.[43] En otras palabras: Instagram tiene cuatro veces más fotografías en la tercera parte de años de existencia que Flickr.

Esta plataforma social para compartir fotografías se convirtió en una apetitosa presa, y su depredador fue Facebook, o más específicamente su dueño, Mark Zuckerberg. En abril de 2012 una noticia sacudió las redes sociales y a los informadores de medios como el Wall Street Journal o el New York Times: el rey de las redes sociales adquiría por mil millones de dólares una micro-empresa con apenas 13 empleados .[44]

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Instagram ofrece una función favorita del público: agregar filtros para poetizar o dramatizar la fotografía.

¿Por qué Facebook compró Instagram por aquellos históricos mil millones de dólares? Hay muchas razones. Kashmir Hill de la revista Forbes analizó varias posibilidades de las cuales tres saltan a la vista: porque Facebook no quería que otro competidor la comprara primero (por ejemplo Google), porque la red social tenía una crisis de la edad madura y porque de cualquier manera la mayoría de la gente ya usaba (y usa) Facebook para compartir fotografías.[45]

Si durante los años de la estereoscopía y la carte de visite la fotografía era un fenómeno de entretenimiento masivo, el número de fotografías depositadas y compartidas en la red alcanza los miles de millones de imágenes. Y la historia apenas comienza.

Hoy el fenómeno de una cultura y comunicación de masas ha cambiado radicalmente. En la década de 1950 el público era una masa pasiva. Actualmente las personas conectadas a la red forman una colectividad que es al mismo tiempo local y global, íntima y pública, que recibe pero también participa.

Henry Jenkins explica en Convergence Culture que “El público, empoderado por estas nuevas tecnologías, ocupando un espacio en la intersección entre viejos y nuevos medios, demanda el derecho de participar dentro de la cultura.” [46] Y advierte que “Los productores que fallen en encontrar su paso en esta nueva cultura participativa encontrarán el declive y la disminución de dividendos. Los compromisos y luchas resultantes definirán la cultura pública del futuro.”[47]

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projectionSi en la época del álbum familiar o la cajita con diapositivas la difusión de la fotografía casual, vernácula, era limitada, en la era de Facebook e Instagram la distribución inicia apenas con los vínculos sociales de cada usuario y puede multiplicarse de manera inimaginable. Lo que antes se reservaba para la esfera privada (el álbum familiar, por ejemplo), hoy está disponible a una gama mucho mayor de familia extendida y conocidos. El contenido puede ser re-distribuido, re-mezclado y alterado por terceros de modo que la esfera privada puede convertirse en pública rápidamente.

La diseminación de las fotografías es inimaginable. Los procesos de distribución desde cada usuario toman apenas unos fracciones de segundos antes de que el observador ejecute una acción para compartirlas: “¿Vale la pena engancharse con este contenido y/o compartirlo? ¿Sería del interés de algunas personas específicas? ¿Comunica algo acerca de mí y mi relación con otras personas? ¿Cuál es la mejor plataforma para difundir este contenido? ¿Debería ser circulado con algún mensaje adicional?”[48] Todas estas preguntas son formuladas y contestadas a un velocidad vertiginosa antes de diseminarlas por las redes sociales.

Los medios corporativos: del «producer» al “produser” 

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Marshall McLuhan: de «el medio es el mensaje» a «el medio es el masaje»

Además, ya no se trata únicamente del contenido per se. Marshall McLuhan había preconizado su famoso mantra “El medio es el mensaje” y no se refería exclusivamente al canal comunicativo. Como afirmaría en su auto-referencial libro El medio es el masaje[49], “los medios manipulan a los receptores, los mueven  conforman su personalidad y su conciencia y todo ello incluso por encima de los contenidos que puedan transmitir.”[50]

Nos enfrentamos entonces a que los medios (las corporaciones de la comunicación) son el mensaje (y el masaje, cerebral si también se quiere). Y el paradigma se ha mantenido: los medios son el mensaje. Solamente que ahora lugar de un puñado de poderosas empresas ahora nos encontramos con millones de productores.  El teórico de los medios, Axel Bruns (2008) habló de los nuevos “produsers” creadores que eran al tiempo usuarios (users) y productores (producers) así como distribuidores.[51]

La aseveración de McLuhan ahora parece haber mutado a los usuarios son el mensaje. “Conforme la gente escucha, lee u observa contenidos compartidos, no solamente piensan –frecuentemente ni siquiera de forma principal – acerca de la intención original de los productores sino de la persona que lo compartió y lo que intenta comunicar.” [52]

En los fenómenos de masas y su comunicación parece persistir una interesante constante: no se trata exclusivamente de qué se dice sino de quién lo comunica. En el pasado los altares informativos estaban presididos por los sumos sacerdotes de la información, encarnados en Toms Brokaws y Jacobos Zabludoskys y ahora pueden ser lo mismo líderes de opinión en Internet o  por supuesto, el  vecino o el  compañero de clase en la escuela primaria. Sin embargo persiste la influencia del emisor del mensaje en el proceso comunicativo. Para bien o para mal el emisor impregna y altera el significado del mensaje, le agrega una carga implícita al cifrado. 

La fusión de dos mundos: Cultura Mainstream + Convergencia Digital 

La fotografía se encuentra, como fenómeno masivo, en la unión de dos grandes corrientes: la de la cultura mainstream y la convergencia digital.

El fotógrafo es un individuo que vive en una sociedad impregnada por el mainstream, imaginario y conjunto de estereotipos hoy encarnados en Shakira, Black Eyed Peas, Paulina Rubio, Maroon 5, Miley Cyrus, Pitbull, Madonna o sintetizados en el Dodge Dart, el caramel macchiato de Starbucks, el iPod, el Smartphone o la conexión Wi-Fi.

Mientras que el individuo consume, difunde, altera o re-mezcla los contenidos creados por los medios masivos, al mismo tiempo es una persona única que se convierte en un emisor: “Incluso aquellos quienes «solamente» leen, escuchan u observan lo hacen de un modo distinto en un mundo donde reconocen su propio potencial para contribuir a una conversación más amplia.”[53]

Cell phone photographerEl fotógrafo contemporáneo se enfrenta a un cambio que “señala un movimiento hacia un modelo más participativo de cultura, donde el público no es un mero consumidor de mensajes pre-construidos, sino de personas que están dando forma, compartiendo, re-mezclando y re-contextualizando los contenidos mediáticos en formas que no habían sido previamente imaginadas.”[54]

El oleaje del mainstream se entremezcla con una nueva cultura participativa. “La cultura convergente es el futuro, pero está tomando forma ahora. Los consumidores serán más poderosos dentro de la cultura convergente – pero solamente si reconocen y usan ese poder tanto como consumidores como ciudadanos, como participantes completos en nuestra cultura.”[55a]

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Hoy contamos con un recipiente de la cultura humana cuya abundancia no tiene precedente. Si, efectivamente, se ha abusado hasta el cansancio de los sujetos de siempre: el gatito, el capuchino, el amanecer, el autorretrato (selfie). Pero también es cierto que la fotografía permanece como el gran medio para documentar nuestra vida ordinaria, y también nuestra ordinariez. Las redes sociales custodian lo mismo el narcicismo contemporáneo como la urgente necesidad de conexión en un mundo globalizado donde existe el miedo de perderse entre la masa y de convertirse en un estereotipo.

Pero así como hoy vemos con abulia gatitos y capuchinos, llegará el día en el que estos sujetos tan desgastados como banales cobrarán un nuevo valor y una importancia singular: serán el crisol de este principio del siglo XXI. Y alguien, algún día, en algún lugar, observará con fascinación nuestro mundo, quizá hasta con nostalgia.

Tal vez también necesitemos abrazar (en el sentido anglosajón del embrace)  también esta faceta de nuestra existencia, por mainstream que pudiera llegar a ser.

O podemos acabar como Miguelito, el de Mafalda, quien al no querer convertirse en estadística de los niños que ven televisión acaba formando parte de la estadística de los que no la ven.

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© Copyright 1964-1973 by Joaquín Lavado (Quino)

No hay escapatoria, todos acabamos, en el siglo XXI, formando parte de alguna tribu posmoderna: emo, hipster, pijo, geek, rapero, pelón, skater, flogger, fresa, cumbiero, hippie, canis, skinhead, naco, grunge, rockero, hardcore, teco, indy, rasta, electrónico, reggaetonero… Al final del día somos una compleja mezcla donde no están claramente delimitadas las fronteras entre nuestro “yo mainstream” y el  “yo contracultural”.

Mientras nos debatimos, seguimos haciendo fotografías de nuestro diario acontecer (gatitos, capuchinos, amaneceres, selfies…) con Instagram, les agregamos hashtags y revisamos, con frenesí propio de los adictos  los twits más recientes y los mensajes en nuestro in-box de Facebook. El mail ha muerto: ¡Viva el mail!

Cell Phone CourseSi existe un abuso de los recursos propios de la retórica fotográfica como las estetizaciones[55b]cortesía de los filtros de Instagram, también es cierto que el valor de la fotografía casual, vernácula, pone de manifiesto la importancia de la vida cotidiana. Esto que entendieron con tanta claridad los fotógrafos humanistas tras la Segunda Guerra Mundial es un recordatorio de lo importante que es la cotidianidad. Desde Eugène Atget, pasando por Walker Evans hasta Daido Moriyama hemos de recordar que en fotografía no hay tal cosa como un mundo ordinario: siempre es transformado por la fotografía.

Si bien se ha sufrido en demérito de lo estético en la fotografía con innumerables clichés subidos a la red, también es cierto que estas fotografías son un testimonio de nuestra urgente necesidad no solamente registral, sino también estética. La gente podría simplemente subir la foto de su hijo, de su desayuno o del amanecer y ya tendría un valor documental per se. Sin embargo la adición de los filtros debería reflexionarse y examinarse con mayor detenimiento, quizá en otro trabajo: ¿Es una mera excitación visual? ¿Lo hacemos simplemente porque están ahí? ¿Cómo altera la contemplación? ¿Las capas de significado agregadas por las poetizaciones, exaltaciones y estetizaciones actúan en el mensaje aún si no entendemos su codificación?

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Nuestra fotografía casual está enraizada en los retratos decimonónicos, las cartes de visite con los famosos, la estereografía, la fotografía con flash a color hecha con una Kodak Instamatic. Hay una suerte de memoria colectiva imbuida, aunque no lo sepamos, en las razones que nos llevan a realizar una foto con el teléfono móvil. Dicho de otro modo, pareciera ser que en nuestro ADN pulsan los grandes momentos que han dotado a la fotografía de su impronta de masividad.

Somos los herederos de una larga cadena de productores anónimos que cambiaron el mundo gracias a una novedosa tecnología que permitía fijar imágenes en superficies bidimensionales. Hoy, cada vez que hacemos una foto con nuestro Smartphone estamos documentando nuestro tiempo, la cotidianidad, nuestros estereotipos, idealizaciones, proyecciones e identificaciones. Cada fotografía es un mundo. El Instagram cuenta con 16 mil millones de mundos interconectados en el universo de la Cultura Convergente.

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Durante la presentación del Papa Francisco (2013) © Michael Sohn

En el siglo XXI la fotografía cobra un nuevo rostro entre los fenómenos culturales, las masas, el mainstream y la convergencia. No todo el mundo está dispuesto a escribir un artículo en un blog, ni a componer una pieza en Garage Band o a grabar un Podcast. Pero la fotografía se convierte en la forma más accesible e inmediata de producción cultural. Nadie se lo piensa dos veces antes de desenfundar el Galaxy o el iPhone y apuntarlo. Y al hacerlo estamos construyendo un imaginario, una síntesis de las primeras décadas en el siglo XXI, las necesidades y angustias de ser uno, muchos, privado, público, insustituible y al mismo tiempo desechable en la era de los fenómenos de masas.

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ocn_perfil2Óscar Colorado Nates es Profesor/Investigador titular de la Cátedra de Fotografía Avanzada en la Universidad Panamericana (Ciudad de México). Es autor de los libros Instagram, el ojo del mundo,  Fotografía de Documentalismo Social, Fotografía Artística Contemporánea y El Mejor Fotógrafo del Mundo.
Miembro fundador de la Sociedad Mexicana de Daguerrotipia.
Las opiniones vertidas en los artículos son personales y no reflejan necesariamente las posturas de la Universidad Panamericana.

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Bibliografía 

  • Benjamin Walter, La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, Edit. Itaca, México, 2003
  • Costa Joan, La fotografía creativa, Edit. Trillas, México, 2008
  • Gustavson Todd, 500 Cameras. 170 Years of Photographic Innovation. Edit. Sterling Publishing Co., New York, 1911
  • Harding Colin, Cámaras clásicas, Edit. Tikal, Madrid, 2011
  • Jenkins Henry, Convergence Culture Where Old and New Media Collide. (Edición Kindle) Edit. New York University Press, New York, 2006,
  • Jenkins Henry, Ford Sam, Green Joshua, Spreadable Media. Creating Value and Meaning in a Networked Culture. (Edición Kindle). Edit. New York University Press, New York, 2013
  • Martel Frédéric, Cultura Mainstream. Cómo nacen los fenómenos de masas. Edit. Taurus, México, 2011
  • McLuhan Marshall, El medio es el masaje. Un inventario de efectos. Edit. Paidós, Barcelona, 1988
  • Sougez, Marie-Loup (coord.), Historia general de la fotografía, Edit. Cátedra, Madrid, 2007
  • Van Dijck José, The culture of connectivity. A Critical History of Social Media. (Edición Kindle). Edit. Oxford University Press, New York, 2013

 

Fuentes de Internet

Notas

[1] Wood Derek R., A State Pensio for L. J. M. Daguerre for the secret of his daguerreotype technique. Disponible en http://www.midley.co.uk/Pension/Pension.htm Consultada el 11 de septiembre de 2013
[2] Colorado Nates Óscar, William Henry Fox Talbot y los “otros” padres de la fotografía. Disponible en http://oscarenfotos.com/2012/10/13/william-henry-fox-talbot-y-los-otros-padres-de-la-fotografia/ Consultada el 11 de septiembre de 2013
[3] Paz Rafael, Apuntes sobre cultura de masas. Disponible en http://www.ilustracionliberal.com/50/apuntes-sobre-la-cultura-de-masas-rafael-paz.html Consultada el 8 de septiembre de 2013
[4] Reilly M. James, The History, Technique and Structure of Albumen Prints. Disponible en http://albumen.conservation-us.org/library/c20/reilly1980.html Consultada el 11 de septiembre de 2013
[5] Langford Martha, Telling Pictures and Showing Stories: Photographic Albums in the Collection of the McCord Museo fo Canadian History. A Short History of the Photographic Album 1860 – 1960. Disponible en http://www.mccord-museum.qc.ca/notman_doc/pdf/EN/ENG-ALBUMS-final.pdf Consultada el 11 de septiembre de 2013
[6] Ibídem
[7] Paz Rafael, Op. Cit. 
[8] Colorado Óscar, Estereografía, la promesa pendiente, Disponible en http://oscarenfotos.com/2013/07/21/estereografia-la-promesa-pendiente/ Consultada el 9 de septiembre de 2013
[9] (Traducida) Clayton Zoe, Stereographs, Disponible en http://www.vam.ac.uk/b/blog/factory-presents/stereographs Consultada el 19 de julio de 2013
[10]  (Traducida) Double vision: New Brunswick Stereographs 1865-1880, Disponible en http://website.nbm-mnb.ca/CAIN/english/stereographs/ Consultada el 19 de julio de 2013
[11] (Traducida) Staples Shelley, The Stereoscope in America, Disponible enhttp://xroads.virginia.edu/~MA03/staples/stereo/stereographs.html Consultada el 19 de julio de 2013
[12] Clayton Zoe, Op. Cit.
[13] Villegas Dianta Adrián, Tema 12 – Unidad  2, Cultura de masas. Disponible en http://www.slideshare.net/adrianvillegasd/tema-12-unidad-2-cultura-de-masas Consultada el 8 de septiembre de 2013
[14] Sougez, Marie-Loup (coord.), Historia general de la fotografía, Edit. Cátedra, Madrid, 2007, Pág. 81
[15] Colorado Óscar, Retrato y fotografía, Disponible en http://oscarenfotos.com/2013/07/27/retrato-y-fotografia/ Consultada el 9 de septiembre de 2013
[16] Sougez, Marie-Loup (coord.), Op. Cit. Pág. 82
[17] Sougez, Marie-Loup (coord.), Op. Cit. Pág. 83
[18b] Colorado Óscar, Retrato y fotografía, Op. Cit.
[18b] Benjamin Walter, La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, Edit. Itaca, México, 2003, Pág. 46
[19] Martel Frédéric, Cultura Mainstream. Cómo nacen los fenómenos de masas. Edit. Taurus, México, 2011, Pág. 22
[20] Gustavson Todd, 500 Cameras. 170 Years of Photographic Innovation. Edit. Sterling Publishing Co., New York, 1911, pp. 138-146
[21] The List And Descriptions Of Kodak Brownie Cameras. Disponible en http://www.brownie-camera.com/list.shtml Consultada el 11 de septiembre de 2013
[22] Harding Colin, Cámaras clásicas, Edit. Tikal, Madrid, 2012, pág. 173
[23] USA Today.  Kodak Instamatic turns 50. Disponible en http://www.usatoday.com/story/tech/2013/03/29/instamatic-camera-50-years/2034585/ Consultada el 11 de septiembre de 2011
[24] Martel Frédéric, Cultura Mainstream. Cómo nacen los fenómenos de masas. Edit. Taurus, México, 2011, Pág. 22
[25] Polaroid History. Disponible en http://www.polaroid.com.au/history Consultada el 11 de septiembre de 2013
[26] Cultura y sociedad 398, blog de ciencias políticas y cultura y comunicación. Cultura de masas. Disponible en http://eem398.wordpress.com/2008/05/03/cultura-de-masas/ Consultada el 8 de septiembre de 2013
[26b] El País, Un pueblo indígena de Oaxaca crea su propia red de telefonía móvil. Disponible en http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/08/22/actualidad/1377142202_707447.html Consultada el 13 de septiembre de 2013
[27] O’Reilly Tim, What Is Web 2.0 Design Patterns and Business Models for the Next Generation of Software. Disponible en http://oreilly.com/web2/archive/what-is-web-20.html Consultada el 10 de septiembre de 2013
[28] (Traducida) Van Dijck José, The culture of connectivity. A Critical History of Social Media. (Edición Kindle). Edit. Oxford University Press, New York, 2013,Loc. 126
[29] Van Dijck José, Op. Cit. 149
[30] ITConversations, The History of Flickr. Disponible en http://itc.conversationsnetwork.org/shows/detail1755.html Consultada el 10 de septiembre de 2013
[31] (Traducida)Van Dijck José, Op. Cit.  Loc. 1893
[32] Honan Mat, How Yahoo Killed Flickr and Lost the Internet. Disponible en http://gizmodo.com/5910223/how-yahoo-killed-flickr-and-lost-the-internet Consultada el 10 de septiembre de 2013
[33a] Ibídem
[33b] What One Day’s Worth Of Flickr Uploads Printed Out And Scattered All Over The Floor Looks Like. Disponible en http://geekologie.com/2011/11/what-one-days-worth-of-flickr-uploads-pr.php Consultada el 11 de septiembre de 2013
[34] Open Handset Alliance. Members. Disponible en http://www.openhandsetalliance.com/oha_members.html Consultada el 11 de septiembre de 2013
[35] Rentero Antonio, Android ya controla el 80% de los smartphones de todo el planeta, Disponible en http://www.theinquirer.es/2013/08/08/android-ya-controla-el-80-por-ciento-de-los-smartphones.html Consultada el 8 de septiembre de 2003
[36] Comunidad-Entel, Un billón de smartphones en el mundo. Disponible en http://comunidad.entel.cl/smartphones/posts/un-billon-de-smartphones-en-el-mundo Consultada el 8 de septiembre de 2013
[37] Leonard Heather, There Will Soon Be One Smartphone For Every Five People In The World. Disponible en http://www.businessinsider.com/15-billion-smartphones-in-the-world-22013-2 Consultada el 8 de septiembre de 2013
[38] Grobart Sam, How Samsung Became the World’s No. 1 Smartphone Maker. Disponible en http://www.businessweek.com/articles/2013-03-28/how-samsung-became-the-worlds-no-dot-1-smartphone-maker Consultada el 8 de septiembre de 2013
[39a] Cámaras digitales VS smartphones: los teléfonos canibalizarán las ventas de cámaras digitales. Disponible en http://fotografia.facilisimo.com/blogs/noticias/camaras-digitales-vs-smartphones-los-telefonos-canibalizaran-las-ventas-de-camaras-digitales_660854.html Consultada el 11 de septiembre de 2013
[39b] Costa Joan, La fotografía creativa, Edit. Trillas, México, 2008 Pág. 145
[40] Instagram. Our Story. Disponible en http://instagram.com/press/ Consultada el 11 de septiembre de 2013
[41] Lowensohn Josh, Instagram up to 130M users shooting potos and, son, video. Disponible en http://news.cnet.com/8301-1023_3-57590281-93/instagram-up-to-130m-users-shooting-photos-and-soon-video/ Consultada el 10 de septiembre de 2013
[42] Smith Craig, (June 2013) By The Numbers: 12 Interesting Instagram Stats. Disponible en http://expandedramblings.com/index.php/important-instagram-stats/ Consultada el 10 de septiembre de 2013
[43] Michel Franck, How many photos are uploaded to Fliker every day, month, year? / Combien de photos. Disponible en http://www.flickr.com/photos/franckmichel/6855169886/ Consultada el 10 de septiembre de 2013
[44] Rusly Evelyn M., Facebook Buys Instagram for $1 Billion. Disponible en http://dealbook.nytimes.com/2012/04/09/facebook-buys-instagram-for-1-billion/ Consultada el 10 de septiembre de 2013
[45] Hill Kashmir, 10 Reasons Why Facebook Bought Instagram. Disponible en http://www.forbes.com/sites/kashmirhill/2012/04/11/ten-reasons-why-facebook-bought-instagram/ Consultada el 10 de septiembre de 2013
[46] (Traducida) Jenkins Henry, Convergence Culture Where Old and New Media Collide. (Edición Kindle) Edit. New York University Press, New York, 2006, Loc. 587
[47] Ibídem
[48] (Traducida) Jenkinks Henry, Ford Sam, Green Joshua, Spreadable Media. Creating Value and Meaning in a Networked Culture. (Edición Kindle). Edit. New York University Press, New York, 2013 Loc. 379
[49] Pérez Tornero J.M. en McLuhan Marshall, El medio es el masaje. Un inventario de efectos. Edit. Paidós, Barcelona, 1988, Pág. 165
[50] Ibídem
[51] (Traducida) Van Dijck José, Op. Cit.  Loc. 262
[52] (Traducida) Jenkinks Henry, Ford Sam, Green Joshua, Op. Cit., Loc. 379
[53] (Traducida) Jenkinks Henry, Ford Sam, Green Joshua, Op. Cit., Loc. 2789
[54] (Traducida) Jenkinks Henry, Ford Sam, Green Joshua, Op. Cit., Loc. 188
[55a] Costa, Op. Cit., Pág. 148
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© Copyright 2013 por Óscar Colorado Nates. Todos los derechos reservados.

16 comentarios sobre “La fotografía como fenómeno de masas: del daguerrotipo al Instagram”

    1. Muchas gracias Adrian, en todos los artículos busco realizar un trabajo de investigación que ofrezca un informe de interés para todos los amantes de la fotografía. Si te ha gustado este artículo espero que puedas compartirlo con otros interesados. ¡Muchos saludos! Óscar Colorado

  1. Estimado Oscar: Comienzo mi tesis y tu artículo me ha ayudado muchísimo. Espero poder conseguir tu libro aquí en Argentina. Gracias totales!

  2. PROFUNDO INFORME !! DEJA UNA VERDADERA IMPRESION DAGUERROTIPICA ,SU CONTENIDO!!, MUY APRECIABLES CADA UNO DE SUS ENFOQUES.

  3. Estimado maestro Óscar.

    La fotografía es parte de nuestra historia, resultado de la inquietud del ser humano por representarse y representar su mundo que puede ver, imaginar y crear.

    Si nos vamos más atrás desde el dibujo hasta la actualidad como refieres el celular (Smartphone) ha permitido que la masificación sea enorme y será total cuando cada ser humano tenga uno de estos maravillosos aparatos en su mano y dispuesto a “desenfundarlo”. Me recordó un video que ví en Facebook cuando nace un bebe e inmediatamente comienza a utilizar el celular, la computadora… se acabo eso de “la torta bajo el brazo”.

    Hace un tiempo vi la película de Wall-e (estrenada en 2008) y me llamo poderosamente la atención ver como los seres humanos están cómodamente recostados y su “mundo” es una pantalla y todo lo que requieren se los dan los diferentes robots con los que cuentan. Representados demasiado obesos y sin necesidad de caminar.

    Me pregunte:

    ¿Cuáles son los efectos colaterales de la tecnología y específicamente del uso del celular?.

    Checando en el ciberespacio refieren varias enfermedades como: Síndrome del Túnel Carpiano, daños de audición, problemas mentales, sobrepeso y obesidad, daños en el sistema nervioso, enfermedades oculares, adicción (nomofobia, portatilitis, ciberadicción), síndorme de la llamada imaginaria, cibermareo, depresión del Facebook, dependencia del internet y videojuegos en línea, cibercondria, efecto google, phubbing, etc., etc., y muchos etc.

    ¿Cuál es el futuro (visual) cercano de la humanidad?. La ciencia ficción de las películas ha demostrado a través del tiempo que puede convertirse en una realidad.

    Lo que creo que permanece constante son nuestras inquietudes de representación, nuestro natural narcisismo, etc., etc.; claro con la facilidad y diversidad de expresión que dan estos aparatitos (“cel, tel, tabique, mosaico”, etc.) que se han convertido como una extensión de nosotros mismos.

    Gracias por compartir y te deseo lo mejor, mejor y mejor.

    1. Estimado Alejandro,

      Te agradezco mucho el comentario. Efectivamente, los puntos que planteas son preguntas punzantes respecto de nuestra relación con la tecnología, con la imagen, la manera en la que tenemos una sobreabundancia de imágenes que rebasan toda capacidad para ser apreciadas y ya no digamos analizadas. Nos ha tocado vivir un tiempo impactante, y lo que siempre me parece digno de preguntarse es ¿Cómo después de más de 170 nos sigue provocando una fascinación tan grande la fotografía? Porque eso se entiende muy bien si nos colocamos en 1839 y pensamos en el impacto que tuvo este medio con los primeros que lo conocieron. Pero ¿Cómo es que hoy seguimos fascinados haciendo imágenes con nuestros «smartphones»? Creo que, ante la falta de respuestas, lo que nos sigue tocando es formular preguntas que puedan llevarnos, poco a poco, a comprender mejor nuestra propia naturaleza humana y nuestra relación con la imagen fotográfica, la tecnología y, al final del día, la vida misma. ¡Un abrazo grande y gracias por compartir tus pensamiento que son tan sugerentes interesantes!

  4. Hola, buena noche soy estudiante de Diseño y Comunicación Visual en los primeros semestres y este es el trabajo más completo que he encontrado en la Web, gracias, gracias, gracias por realizarlo y compartirlo. No sólo es informativo sino analítico.

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