August Sander y el Espíritu del Tiempo

En 1944 el mundo de August Sander pareció derrumbarse: Los nazis incautaron y destruyeron su libro. Los aliados derribaron su casa y taller en un bombardeo y los negativos que había logrado esconder en el sótano fueron arrasados en un incendio. Alemania estaba hecha añicos. Su hijo Erich acababa de morir en presidio. Pero su voluntad y carácter lo convirtieron en uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX. Esta es su historia.

 Por Óscar Colorado Nates*

1. Desde la mina

August Sander nació en Alemania en 1876, en Herdorf para ser más precisos. Hijo de un carpintero conoció la fotografía en la mina de San Fernando. Cuando el joven dejó el ambiente industrial para cumplir su servicio militar en Téveris asistió al fotógrafo Georg Jung. Durante un par de años (1899-1901) trabajó como asistente fotográfico en la zona vecina a Berlín y pasó por la Escuela de Bellas Artes en Dresde. Para cuando se casó en 1901 ya era un fotógrafo hecho y derecho. Compró un estudio en Linz (Austria) donde se instaló por una década. Finalmente estableció su residencia en Colonia donde trabajó una parte grande de su vida. En esta ciudad ganó fama, su estudio de retrato adquirió gran reputación y pudo dedicarse a trabajar un proyecto personal que sería de gran envergadura.

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2.    La Nueva Objetividad

Sander logró crear un estilo personal pero hay que recordar aquel aforismo latino que reza Nihil nihil fit,  de la nada nada nace. August es el producto de influencias y confluencias.

August_Sander_55Al iniciar el siglo XX la tecnología no solamente había puesto al mundo de cabeza: la concepción entera de la vida giraba ahora en torno a la técnica. La relación hombre-máquina dio el verdadero inicio al nuevo siglo. El modernismo comenzó a tomar forma para terminar constituyéndose en una de las fuerzas artísticas más poderosas en la historia. La fotografía tenía, además y finalmente, su momento propio. Por fin comenzaba a adquirir un lenguaje particular que no requería pedir nada a la pintura.

August Sander madura fotográficamente en las primeras dos décadas del siglo XX. Llegado el momento enseña su trabajo a los llamados Progresistas de Colonia quienes lo reciben de modo entusiasta. Es un trabajo que comienza a dar forma al rostro fotográfico de la llamada Nueva Objetividad [1] un tanto a la limón con la Nueva Visión[2] de László Moholy-Nagy.

“La corriente [Nueva objetividad] se fundamenta en las posibilidades técnicas que ofrece la fotografía, basada sobre todo en la nitidez de la imagen y la utilización de la luz para modelar las formas y subrayar las texturas, extrayendo efectos insospechados sobre objetos cotidianos.”[3]

De la Nueva Objetividad surgieron fotógrafos importantes como Willi Zielke, Hans Finsler, Werner Mantz, Hein Gorny, John Heartfield, Walter Peterhans, Helmar Lerski o Josef Sudek. Pero los tres grandes de la Nueva Objetividad en fotografía fueron  August Sander, Albert Renger-Patzch y Karl Blossfeldt.

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AUGUST_SANDER_NUEVA_OBJETIVIDAD_640XComo decíamos, la Nueva Objetividad daba, literalmente, nueva luz a lo cotidiano.[4] En el caso de Renger-Patzch en objetos de uso diario como utensilios de cocina, válvulas, tubos, etcétera (cosas). Karl Blossfeldt ofrece una nueva perspectiva en las formas de hierro fundido para terminar en las estructuras de las plantas (naturaleza) muestra que el objetivo de la cámara fotográfica es una “suerte de prótesis del ojo que permite ampliar su visión” [5] y August Sander plasma con maestría el  paisaje más complejo de la tierra: El ser humano.Gentleman Farmer and Wife 1924 by August Sander 1876-1964

La forma de afrontar a la persona humana de Sander resultó peculiar pues comenzó “…a realizar retratos de una forma anteriormente reservada a la arquitectura en que primaba la claridad.”[6]

La Nueva Objetividad preconizaba el uso de los procesos fotográficos y sus técnicas con una precisión impoluta. Sander era ya un fotógrafo muy experimentado de modo que esta aproximación vino como anillo al dedo  a su temperamento ordenado y sistemático.

Para Sander la Nueva Objetividad daba por hecho una sinceridad elegante:  “No hay nada que deteste más que una fotografía azucarada con sus trucos baratos, poses y efectos.”[7] August huía de cualquier forma de efectismo.

Todas las elecciones de este fotógrafo están dirigidas a la minuciosidad formal: desde el empleo de negativos grandes hasta la captura de la gama tonal.

“…incluso la impresión sirve para acrecentar la sensación de neutralidad, al aplanar todas las diferencias en la densidad de los negativos creando un tono medio uniforme. En Sander la fotografía parece ser ante todo un sistema de medición que un medio de transmisión de valores artísticos…”[8]

La Nueva Objetividad en general y la fotografía de August Sander en particular exuda ese enfoque nítido y disposición documental en contraposición al pictorialismo.

The Fighter or Revolutionary 1925 by August Sander 1876-1964

3.    Modos de ser y modos de hacer


Las decisiones técnicas y formales que toma Sander no solamente le ayudan a conformar un estilo, también determinan en muchos sentidos los resultados con las personas a las que fotografía.

“Sander favorece el uso de placas de gran formato, y durante toda su vida llevaba consigo una vieja cámara Ernemann, junto con placas de vidrio 8 x 12 y 18 x 24 cm.” [9]

Master Mason 1926 by August Sander 1876-1964Esta elección del negativo grande no es fortuita. Aunque para entonces se disponía de cámaras portátiles de 35mm de negativo pequeño (las famosas Leicas existían desde 1914), las posibilidades de un cliché grande siempre ha implicado un nivel de detalle inigualable: El medio perfecto para una fotografía de gran precisión como la de Sander.

August era un hombre disciplinado cuyo método y costumbres lo hacen trabajar con astringente exactitud.

“Sander construye ese efecto de impersonalidad por medio de una serie de criterios formales: nitidez, frontalidad, encuadre simplificado, pose consciente y estatismo casi rígido de los modelos. Todos esos rasgos, heredados de las convenciones del retrato de estudio, son ahora elevados a la categoría de preceptos estéticos, colocados por Sander bajo el estandarte de la «fotografía exacta.» El recurso a la serie estandarizada consolida aún más la impresión de neutralidad.”[10]

Sorprende cómo Sander transporta el estudio hasta la locación. Primero con su cámara de formato grande y por otra parte por el tratamiento que da a sus fotografías. Es como si el fotógrafo llevara a cuestas el atelier.

“Con su militancia propia de un hombre meticuloso y disciplinado trabaja conscientemente con una finalidad casi biológica, intenta no decidir sobre lo bueno o lo malo y esta falta de sentido moralista dogmático es, posiblemente, lo que le acerca de una forma evidente al realismo, a ese sentido del retrato casi arquetipo o modelo. No es fotografía comprometida con la política, es comprometida con la realidad, con la calidad, con la pulcritud, con la disciplina, con el trabajo, etc. …”[11] August ostenta “…cualidades como el estudio de la realidad, la autenticidad plástica y un pensamiento fotográfico conceptualmente muy organizado.”[12]


4. La geografía humana

August_Sander_7Sander ganó rápidamente buena fama y clientela abundante que confiaba en el fotógrafo cuya capacidad técnica solamente era sobrepasada por su habilidad para conectar con sus marchantes.

Fue en 1920, una vez que ya estaba plenamente establecido como retratista de estudio, cuando emprendió un ambicioso proyecto: mostrar al Hombre del Siglo XX.

No está totalmente aclarado cómo fue que Sander convirtió a la persona en su obsesión pero sabemos que tenía una habilidad excepcional para lograr una empatía con su clientela y sus modelos. El fotógrafo decidió crear una colección de tipos, o con mayor precisión de arquetipos.

Su trabajo habría de ser “…a la vez documento y esbozo social de aquella época, sin idealizar a las personas representadas ni dar de ellas una imagen restrictiva en la perspectiva de cualquier ideología.”[13]

galeria_point2Sander se plantea entonces una magnum opus a la que titularía Menschen des 20. Jahrhunderts (Hombres del siglo XX). Su objetivo era crear un catálogo del ser humano del nuevo siglo incluyendo todas las gamas sociales desde campesinos hasta intelectuales, hombres, mujeres, niños…

Sander arremete la colosal campaña no con una disposición erudita, inspirada por la sociología o alguna teoría de la raza, sino “…«desde la observación directa.» Sin duda, se trata da una observación sin prejuicios, incluso audaz y, al mismo tiempo, delicada…”[14]

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La idea de Sander es recorrer “El camino que va desde el hombre cuya actividad está ligada a la tierra hasta el apogeo de la cultura en sus manifestaciones más delicadas, antes de volver a descender hasta el débil de espíritu.”[15]

El fotógrafo decidió crear un catálogo tipológico sobre los habitantes (estereotipos-arquetipos) de Alemania. Aunque parecía una empresa colosal la aproximación resultó eminentemente práctica: Se acercó a sus clientes, familias que ya conocía previamente  así como espacios y ambientes que le eran familiares:

Circus workers, 1926-1932“…fotografió realmente lo que tenía delante de los ojos y concentró su trabajo fotográfico en los círculos que le eran familiares o cuyas condiciones de vida conocía bien. Muchos retratados pertenecen al estrecho círculo de sus amistades, como el grupo ya citado de los progresistas de Colonia, o proceden de la clientela fiel que recurría a él en las circunstancias más diversas.”[16]

Esta es una enseñanza importante de Sander: En nuestro mundo actual una obra de tal magnitud sería emprendida con ánimos viajeros. Sin embargo August inicia por lo que tiene a la mano. “Con su equipo atado a su bicicleta, atravesó las tierras donde había crecido en busca de sujetos…”[17] Esta es una exhortación de Sander para el fotógrafo del siglo XXI: Trabajar con lo que se tiene disponible, a lo que se tenga acceso sin despreciar nunca la cotidianidad que nos rodea. Esta lección la aprendió excepcionalmente bien Walker Evans.

galeria_point2El propio Sander declaró que: “Los personajes de la carpeta surgieron de mi patria chica, Westerwalf. Personas cuyas costumbres conocía desde mi juventud me parecieron apropiadas, por su vinculación a la naturaleza, para materializar mi idea en una carpeta original.”[18]

En su método, Sander no elige individuos por algún rasgo representativo, más bien suponía “con razón, que la cámara inevitablemente revela los rostros como máscaras sociales.”[19] Como dice Angier Roswell:  “Todos sus sujetos llevan máscaras invisibles.”[20]

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Hombres del siglo XX fue un trabajo que duró décadas. En 1929 publicó un primer adelanto titulado Antlitz der Zeit  (Rostro de este tiempo). “El resultado iba a ser una crónica fotográfica de la sociedad contemporánea que, más allá de sus significación sociohistórica, conserva una densidad y fuerza asombrosas.”[21]

Este fotógrafo se convirtió en el creador del catálogo tipológico humano por excelencia y lo hizo de manera metódica y sistemática:

August_Sander_8“Dotado con extraordinarios poderes de observación y determinación heroica, August Sander nos ha dejado un retrato colectivo y convincente del pueblo alemán durante uno de los períodos más turbulentos de su historia. Estas imágenes poderosas, con su combinación de objetividad poco favorecedora y simpatía por la condición humana, ejerció una profunda influencia en posteriores generaciones de fotógrafos, entre ellos los estadounidenses Walker Evans y Diane Arbus.”[22]

Efectivamente, Menschen des 20. Jahrhunderts se convirtió en un documento visual de la identidad europea de una sociedad moderna o, mejor dicho, producto del modernismo.[23] El mismo Walter Benjamin declaró que “La obra de Sander es más que un libro de fotografías: es un atlas de ejercicios.”[24]

Más allá de una visión de sociólogo a ultranza, los Hombres del Siglo XX implican la percepción de “…un artista profundamente involucrado en la evolución de su tiempo”[25], concepto donde coinciden versiones: “A través de la acumulación de una gran cantidad de detalles, el objetivo final de Sander era llegar a una comprensión muy general: la humanidad y su propio tiempo.”[26]

5. El alma del retrato

Existe la idea de que el fotógrafo ha de plasmar el alma del sujeto en un retrato. “Aunque los partidarios de la Nueva Visión aportaron grandes avances estilísticos al cambiar el aspecto de las fotografías de un modo espectacular, la idea de que un buen retrato podía y debía revelar el carácter y el alma resultó ser notablemente difícil de erradicar de la imaginación popular durante todo el siglo.”[27]

03 ASA3:2f20:2f5.tifSander trabajó el retrato hasta elevarlo a nuevas alturas, no solamente en los aspectos técnicos. Este género implica mucho más que el mero conocimiento de la cámara, es por encima de todo un constructo social donde un sujeto acuerda con el fotógrafo cómo ha de lucir ante el mundo. Se trata de una edificación colectiva cuyo resultado depende tanto del fotógrafo como del fotografiado. Este convenio cobra una profundidad peculiar en el trabajo de Sander. No se trata de tomas “cándidas”, robadas ni tomadas al vuelo. Para comenzar, la elección de instrumento de trabajo de August lo impedía:

“… [la cámara Ernemann con placas de vidrio 18 x 24 cm] requiere tiempos de exposición extremadamente lentos, de 2 a 4 segundos, por lo que a diferencia de las instantáneas, cada foto es el resultado de una larga pose: el sujeto es capturado por tanto, no por sorpresa, sino que ayuda a definir la pose, transmitiendo unos momentos de su propios pensamientos y que expresan una intención deliberada.”[28]

galeria_point2No estamos ante la estética de la instantánea, la llamada snapshot, sino un trabajo fotográfico calculado, medido, cuidadosamente ponderado.

En los sujetos de Sander rara vez asoma una sonrisa o un rostro relajado.[29] No es el resultado de una tensión entre los actores del retrato, ni una contención interior del sujeto. En realidad se trata del espíritu teutón donde “La impasibilidad resultaba importante dado que una sonrisa, por ejemplo, implicaría distracción y ausencia de serenidad.”[30]

August_Sander_13Esos dos o cuatro segundos  producen una externalidad positiva: “más que la forma en la que habrían querido ser representados [los sujetos], revelan lo que es típico de sí mismos.”[31]

Así pues, Sander no daba una estilización a sus retratados ni les ponía en un fondo decorado hecho para lograr un efecto particular. En realidad Sander “había desarrollado una mirada muy precisa e intuitiva para plasmar la tipicidad y diversidad de la expresión humana.”[32]

August pretendía crear un catálogo tipológico donde el centro era el papel que jugaba el retratado en el panorama social germano. “Los sujetos están definidos de manera exclusiva por sus roles.”[33] En un primer examen los retratos no parecen indicar intimidad alguna, no aparecen señales de emoción ni gestualidad.

Bailiff c. 1930 by August Sander 1876-1964Sin embargo podemos estar seguros de un proceso pausado. El sujeto tiene algunos segundos y en ellos aflora su talante interior de manera indefectible. Llega a tanto este traslucir personal que incluso se podría argüir que más que hacer un retrato, Sander asiste los autorretratos de sus sujetos.

Si bien todo indicaría que este método rígido donde se exalta la pose, una retórica neutra y la aproximación tipológica desembocarían en una fórmula fría, ocurre todo lo contrario, los ingredientes que domina Sander “se mostrarán de una sorprende ductilidad.”[34]

La Nueva Objetividad vuelve a salir a flote: “La implacable consistencia de su enfoque –la similitud del encuadre entre una y otra imagen- es parecida a lo que ocurría con la daguerrotipia. Este renunciar al «estilo» es una elección consciente que apunta que el fotógrafo se ve a sí mismo como a un técnico que aplica la misma plantilla en cada sesión de retrato. La cámara se usa como un dispositivo para grabar.”[35]

August_Sander_42Sin embargo valdría la pena recordar que Sander no pretendía hacer un retrato en sentido estricto ni mucho menos hacer que aflorara el alma individual de cada sujeto. Su mente y corazón están puestos en el Gran Catálogo Tipológico. Incluso declaró: “No tengo la intención de criticar ni de describir a esta gente.” [36] Y es que  “Sander no estaba buscando secretos, estaba observando lo típico.”[37]

“Sander como retratista… exhibe un fino equilibro entre la observación social y la introspección psicológica, entre el intelecto del autor y sus sentimientos.” [38]

La obra del fotógrafo requiere ser vista como un conjunto, como un corpus, pues  se trata de una serie donde cada imagen dota de sentido a la próxima. La re-lectura es un medio obligado para desentrañar todas las capas, complejidades y problematizaciones que plantea su autor. Las fotografías cuya polisemia es más complicada, las que invitan a una lectura más profunda que trasciende lo meramente icónico, son las que han perdurado a lo largo de la historia. Tal característica está presente, indudablemente en el trabajo de Sander que en la superficie aparenta simpleza pero que es inusitadamente embrollado.

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“Sander se enfrentó a esa tarea, fruto de sus ideas, no como científico ni tampoco asesorado por sociólogos, sino confiando en su capacidad de observación. Sugirió, al igual que los Becher, una contemplación comparativa, abogando con insistencia por una fotografía documental, que para él suponía lo contrario de la forma de representación «impresionista», «estropeada por métodos artificiales». El compendio refleja un sincronismo casi fantasmal.”[39]

Peter Stepan afirma que “Además de su integridad sistemática, los retratos de Sander tiene un rigor y una penetración que los coloca entre las obras más significativas de la historia de la fotografía.”[40]

Un tipo demócrata

Es importante subrayar que August dota de igual dignidad a todo sujeto que retrata. No importa si es un escritor, una secretaria, un notario o un obrero. “Ante su cámara todos tenían la misma importancia y significación, cualidad ésta que desdeñaba las diferencia sociales y los clichés.”[41] Así pues “…Sander ofrece a cada miembro de la sociedad, sea cual sea su posición, una plataforma de representación igualitaria, una uniformización que, de forma paradójica, no hace sino reforzar la presencia individual de cada uno.”[42]

Este proveer al sujeto con realce coloca a Sander en una posición de auténtico proto-humanista y lo convierte en precursor de ese peculiar estilo fotográfico (el humanismo) que coloca a la persona como su centro de interés.

Por otra parte el conocimiento personal de sus retratados implicaba que el trabajo trascendiera al mero catálogo tipológico pues “Sander era demasiado empático para semejante simpleza.”[43]

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6. ¿Nueva subjetividad?

Widower 1914 by August Sander 1876-1964A pesar de esta intención de objetividad, una mera creación de catálogo, Sander crea con su obra un gran autorretrato de sus propias subjetividades. Aunque podría parecer que el fotógrafo logra reunir a un panorama completo de la sociedad alemana que abarca desde el agricultor hasta el disminuido pasando por artista, mujeres, aristócratas e intelectuales, lo que realmente termina aflorando en su obra es cómo él mismo encarna las grandes virtudes alemanas: determinación, precisión, puntualidad, diligencia, orden pero también los recelos teutones como la neofobia.[44]

La supuesta objetividad de August Sander dista mucho de ser eso. De hecho  su trabajo refrenda que el fotógrafo no puede crear una obra totalmente impoluta:   “Las tendencias políticas de Sander se filtran en el proyecto –y en su beneficio-. Por sus fotos sabemos con quién simpatizaba, lo que demuestra que la fotografía documental, por muy objetiva que sea, siempre contiene un punto de vista.”[45]

La fotografía de Sander “escapa a su manifiesta intención y es entonces cuando se vuelve más interesante.”[46]

Aunque August busca una objetividad y neutralidad totales  se convierte en “el artífice de un dominio conceptual y de una libertad creadora mayores, que le permiten manipular las imágenes como un escritor compone un texto.”[47]

7. Perseguido por los nazis

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La índole de las relaciones personales que planteó Sander  “no podían ser toleradas por los totalitarismos, puesto que si se simpatizaba con los individuos, ¿cómo iba a ser posible reformarlos?”[48] Tal vez por ello habría de tener tantos problemas con los nazis.

No hace falta abordar todos los aspectos históricos del surgimiento del nacionalsocialismo en Alemania y tampoco es necesaria una larga disquisición para intuir que un catálogo que incluía el aspecto de los alemanes tal cual eran no gustó a un régimen que buscaba un ideal ario y utópico.

El acoso nazi contra Sander comenzó con sus fotografías, pero el hecho de que su hijo Erich perteneciera al Partido Comunista Alemán tampoco ayudó en las relaciones con el Tercer Reich.

National Socialist, Head of Department of Culture 1938, printed 1990 by August Sander 1876-1964Los nazis confiscaron y destruyeron las placas de Antlitz der Zeit  (Rostro de este tiempo, como ya dijimos adelanto de Hombres del Siglo XX). No parece haber un acuerdo sobre las causas: Por un parte es posible que la persecución tuviera que ver con la inclusión en los retratos en el catálogo de Paul Frölich, cofundador del Partido Socialista Obrero. [49] Otra posibilidad es que Sander hubiera sido también precursor de los hostigamientos sufridos por Robert Frank por parte de los estadounidenses provocados por una visión personal y extremadamente crítica del panorama americano. “En 1934 y a ojos de los nazis, el libro de Sander debió de parecer una sátira nacional.”[50]

También existe otra tesis que implica el enojo de los seguidores de Hitler porque las figuras nazis más importantes estaban ausentes en el catálogo.[51]

Nazi_3_August_SanderY por supuesto lo más probable es que hubiera sido una combinación de todas las posibilidades anteriores que terminaron en confiscar y destruir el libro y sus placas.

Sander abandonó Colonia para refugiarse en Kunchhausen. Aunque logró esconder en el sótano de su casa en Colonia un volumen importante de negativos, aquello que no lograron los nazis lo hicieron los aliados: la casa y taller de Sander en Colonia fueron desmoronados durante un bombardeo y la puntilla fue la destrucción de casi 40,000 clichés durante un incendio.[52] A pesar de todo, logró conservar casi 2,000 negativos.

Sin embargo el peor golpe para Sander fue la pérdida de su hijo Erich quien había sido sentenciado a diez años de cárcel quien apenas a 12 meses de obtener la libertad enfermó y falleció por negligencia y abandono en el centro penitenciario.

Sander no abandonó su práctica fotográfica pero cambió radicalmente de sujeto para abordar el paisaje romántico en la región de Westerwalf.

8. El reencuentro

August_Sander_34Una vez pasada la guerra, llegó para August Sander un momento de redescubrimiento: L. Fritz Gruber organizó en Colonia la segunda entrega de la prestigiosa Photokina. [53] Era 1951 y durante la exposición fotográfica se mostraron alrededor de 100 placas de Sander de una serie a la que llamó Köln wie es war (Colonia antes de la guerra). Esta exhibición “…le aportó no sólo un contacto renovado y ampliado con el público de su patria de adopción, sino también una nueva audiencia entre los medios profesionales especializados.”[54]

Por esos mismos años Edward Steichen estaba organizando la que sería la exposición fotográfica más importante de la historia: la mítica The Family of Man (La Familia del Hombre). Este magno recuento del hombre y su vida hicieron que Edward Steichen buscara a Sander para incluir sus fotografías tipológicas. Los ocho millones de visitantes a la exposición y los 63 países donde se exhibió ofrecieron al público la oportunidad de redescubrir a este fotógrafo germano.

Por otra parte, a finales de la década de 1959 se publicó el trabajo de Sander en la revista Du, editada por el suizo Manuel Gasser. Gracias a este hecho “se redescubrió el talento de Sander y desde entonces sus imágenes siguen alimentando la imaginación de la fotografía.”[55]

Para inicios de los sesenta August era un fotógrafo conocido, galardonado y mundialmente revalorado. Falleció en 1964 a los 88 años debido a una apoplejía.

9. El legado de August Sander

En muchos sentidos Sander fue una suerte de Eugène Atget alemán. Los paralelismos entre ambos fotógrafos resultan numerosos. Ambos utilizaron cámaras un tanto anticuadas (más en el caso de Atget) de negativo grande y largos tiempos de obturación. Si Atget preservó en su placas al Viejo París, el alemán lo hizo de Colonia antes de la guerra. Atget trataba de crear documentos referenciales de espacios y cosas, Sander lo obtuvo de expresiones, roles y en conjunto de los arquetipos germánicos.

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La obra de Sander ofrece un complejo sistema de signos sociales, culturales e históricos. Si Jacques-Henri Lartigue capturó el desenfadado talante de la alta sociedad francesa de la pre-guerra, Sander logró un crisol de las virtudes alemanas vertidas no solamente en la humilde trapeadora, la víctima de una bomba, una pareja de enanos, encopetados burgueses, mujeres intelectuales, desenfadados artistas o afanosos trabajadores. Es el propio Sander el crisol del ethos germano del cual él mismo era epítome con su característica diligencia, reciedumbre blindada en contrapunto a un temperamento dócil y afable.

El joven que se enamoró de la cámara en una mina, aquel humilde ayudante, se convertiría en uno de los fotógrafos claves en la historia del medio e inspirador de algunos de los más grandes talentos de su siglo como Diane Arbus, Irving Penn, Richard Avedon o Bernd & Hilla Becher.

Sander fue una mezcla peculiar en la que no se sabe si él encarnaba el espíritu de su tiempo [56] o si el espíritu de su tiempo se conformó por hombres como él.

August pretendió crear un catálogo de los tipos en el pueblo alemán, objetivo nada fácil de alcanzar. Pero lo que sí logró  fue retratar el Zeitgeist, el espíritu de su tiempo. Y en tal sentido Sander lanza un reto a todos los fotógrafos que habríamos de sucederle: ¿Cómo lograr sintetizar el espíritu del tiempo que a cada uno nos ha tocado vivir? Eso fue lo que logró plasmar August Sander con inmaculada precisión en negativos de 18 x 24 centímetros.


oscar_colorado_natesÓscar Colorado Nates es crítico, analista y promotor de la fotografía. Es titular de la Cátedra de Fotografía Avanzada en la Universidad Panamericana (Ciudad de México).

Es autor de los libros:

  • Ideas Decisivas: 800 reflexiones fotográficas (2a. Edición)
  • Fotografía 3.0 Y después de la Postfotografía ¿Qué?
  • Instagram, el ojo del mundo
  • Fotografía de documentalismo social
  • Fotografía Artística Contemporánea
  • El Mejor Fotógrafo del Mundo.

Columnista en el periódico El Universal (Cd. de México).
Editor y Director General de la revista fotográfica MIRADAS.

Co-fundador de la Sociedad Mexicana de Daguerrotipia y miembro de The Photographic Historical Society (Rochester, NY).

Las opiniones vertidas en los artículos son personales y no reflejan necesariamente las posturas de la Universidad Panamericana.
© 2012-2016 by Óscar Colorado Nates. Todos los Derechos Reservados. Esta publicación se realizan sin fines de lucro y con fines de investigación, enseñanza y/o crítica académica, artística y científica. 

 

Bibliografía

  • Angier Roswell, Saber ver. El retrato fotográfico. Edit. Ediciones Omega, Barcelona, 2008, 216 pp.
  • Ardenne Paul, Face to Face. The Art of Portrait Photography. Edit. Éditions Flammarion, París, 2004, 300 pp.
  • Badger Gerry, La genialidad de la fotografía: Cómo la fotografía ha cambiado nuestras vidas, Blume, Barcelona 2009, 256 pp.
  • Becher Bernd & Hilla, Tipologías. Edit. Patronato de la Fundación Telefónica, Madrid, 2005,
  • Benjamin Walter, Breve historia de la fotografía, Edit. Casimiro libros, Madrid, 2011, 64 pp.
  • Ewing William A. El rostro humano. El nuevo retrato fotográfico. Edit. Blume, Barcelona, 2008, 240 pp.
  • Guadignini Walter (Ed.), Photography. A new Vision of the World 1891-1940”. Edit. Skira Editore, Milán, 2011, pág. 152
  • Gunthert André, Poivert Michel, El arte de la fotografía. Edit. Lunwerg Editores, S.A., Barcelona, 2009, 620pp
  • Jeffrey Ian, Cómo leer la fotografía: Entender y disfrutar los grandes fotógrafos de Stieglitz a Doisneau, Edit. Electa, Barcelona, 2009, 384 pp
  • Lange Susanne (Introd.) August Sander. Photopoche.  Edit. Lunwerg, Barcelona/Madrid, 2009, 144 pp.
  • Newhall Beaumont, Historia de la fotografía, Ed. Gustavo Gili, Barcelona 2006, 344 pp.
  • Sontag Susan, Sobre la fotografía, Edit. Alfaguara (Editorial Santillana), México, 2008, 285 pp.
  • Sougez, Marie-Loup (coord.), Historia general de la fotografía, Edit. Cátedra, Madrid, 2007, 826 pp.
  • Sougez, Marie-Loup, Pérez Gallardo Helena, Diccionario de historia de la fotografía, Edit. Cátedra, Madrid, 2003, 529 pp.
  • Stepan, Peter, 50 photographers you should know. Edit. Prestel Verlag, London, 2008, 128 pp.

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Fuentes de Internet

investigacion

El estudio © 2013 by Óscar Colorado Nates.

Notas

[1] Neue Schlihkeit

[2] Neues Sehen también conocida como Neue Optik

[3] Sougez, Marie-Loup (coord.), Historia general de la fotografía, Edit. Cátedra, Madrid, 2007, pág. 322

[4] La relación causa-efecto Nueva ObjetividadàModernismoàWalker Evans es en tal sentido muy importante.

[5] Rabanal Luis, Nueva Objetividad. Disponible en http://www.luisrabanal.es/mef/nuevaobjetividad/index.html Consultada el 29 de marzo de 2013

[6] Jeffrey Ian, Cómo leer la fotografía: Entender y disfrutar los grandes fotógrafos de Stieglitz a Doisneau, Edit. Electa, Barcelona, 2009, Pág. 74

[7] Stepan, Peter, 50 photographers you should know. Edit. Prestel Verlag, London, 2008, pág. 53

[8] Guadignini Walter (Ed.), Photography. A new Vision of the World 1891-1940”. Edit. Skira Editore, Milán, 2011, pág. 151

[9] Íbidem

[10] Gunthert André, Poivert Michel, El arte de la fotografía. Edit. Lunwerg Editores, S.A., Barcelona, 2009, pág. 379

[11] Alfaro I Hernández Andreu en Fernández Nacho (Coord.), August Sander. Retratos. La mujer en el proyecto Hombres del Siglo XX. Edit. La Fábrica Editorial, Madrid, 2002, pág. 17

[12] Lange Susanne (Introd.) August Sander. Photopoche.  Edit. Lunwerg, Barcelona/Madrid, 2009, pág. 5

[13] Lange Susanne (Introd.) op. cit., pág. 9

[14] Benjamin Walter, Breve historia de la fotografía, Edit. Casimiro libros, Madrid, 2011, pág. 37

[15] Lange Susanne, op. cit., pág. 10

[16] Lange Susanne (Introd.) op. cit., pág. 11

[17] Badger Gerry, La genialidad de la fotografía: Cómo la fotografía ha cambiado nuestras vidas, Blume, Barcelona 2009, pág. 68

[18] Sander, August en Fernández Nacho (Coord.), August Sander. Retratos. La mujer en el proyecto Hombres del Siglo XX. Edit. La Fábrica Editorial, Madrid, 2002, pág. 19

[19] Sontag Susan, Sobre la fotografía, Edit. Alfaguara (Editorial Santillana), México, 2008, p. 90

[20] Angier Roswell, Saber ver. El retrato fotográfico. Edit. Ediciones Omega, Barcelona, 2008, pág. 105

[21] Lange Susanne (Introd.) op. cit., pág. 10

[22] The Metropolitan Museum of Art, August Sander. People of the Twentieth Centruy. A Photographic Portrait of Germany. Disponible en http://www.metmuseum.org/about-the-museum/press-room/exhibitions/2004/august-sander-people-of-the-twentieth-century–a-photographic-portrait-of-germany Consultada el 28 de marzo de 2013

[23] Guadignini Walter (Ed.), op. cit., pág. 151

[24] Benjamin Walter, Breve historia de la fotografía, op. cit., pág. 38

[25] Lange Susanne en Fernández Nacho (Coord.), op. cit, pág. 12

[26] Guadignini Walter (Ed.), op. cit., pág. 151

[27] Ewing William A. El rostro humano. El nuevo retrato fotográfico. Edit. Blume, Barcelona, 2008, pág. 24

[28] Guadignini Walter (Ed.), op. cit. pág. 151

[29] Aunque sí los hay.

[30] Jeffrey Ian, op. cit. Pág. 78

[31] Lange Susanne (Introd.) op. cit., pág. 12

[32] Lange Susanne en Fernández Nacho (Coord.),op. cit. 11

[33] Angier Roswell, Saber ver. El retrato fotográfico. Edit. Ediciones Omega, Barcelona, 2008, pág. 103

[34] Gunthert André, Poivert Michel, El arte de la fotografía. Edit. Lunwerg Editores, S.A., Barcelona, 2009, pág. 379

[35] Angier Roswell, op. cit., pág. 103

[36] Sander August cit. en Sontag Susan, op. cit., p. 92

[37] Sontag Susan, op. cit., p. 91

[38] Lange Susanne en Fernández Nacho (Coord.), Op. cit. pág. 11

[39] Becher Bernd & Hilla, Tipologías. Edit. Patronato de la Fundación Telefónica, Madrid, 2005, pág. 17

[40] Stepan, Peter, 50 photographers you should know. Edit. Prestel Verlag, London, 2008, pág. 53

[41] Lange Susanne en Fernández Nacho (Coord.), op. cit, pág. 11

[42] Gunthert André, Poivert Michel, op. cit. pág. 379

[43] Jeffrey Ian, op. cit., Pág. 77

[44] En busca de lo típico alemán. Disponible en http://www.dw.de/en-busca-de-lo-t%C3%ADpico-alem%C3%A1n/a-1861738 Consultada el 29 de marzo de 2013

[45] Badger Gerry, La genialidad de la fotografía: Cómo la fotografía ha cambiado nuestras vidas, Blume, Barcelona 2009, pág. 68

[46] Angier Roswell, Saber ver. El retrato fotográfico. Edit. Ediciones Omega, Barcelona, 2008, pág. 105

[47] Gunthert André, Poivert Michel, op. cit.,, pág. 379

[48] Jeffrey Ian, op. cit., Pág. 77

[49] Jeffrey Ian, op. cit., Pág. 76

[50] Jeffrey Ian, op. cit., Pág. 77

[51] Guadignini Walter (Ed.), op. cit.,, pág. 152

[52] Sougez, Marie-Loup (coord op. cit.,, pág. 322

[53] Photokina sigue siendo hasta el día de hoy la exposición fotográfica bi-anual más importante del mundo.

[54] Lange Susanne (Introd.) op. cit., pág. 15

[55] Jeffrey Ian, op. cit., Pág. 80

[56] Desde 2007 se ha puesto de moda el concepto de Zeitgeist gracias al trabajo de Peter Joseph, documental visto por más de 50 millones de usuarios mediante Google Video.

 


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22 comentarios sobre “August Sander y el Espíritu del Tiempo”

  1. Hola Oscar, excelente la entrada! Sigues investigando sobre este fotógrafo? Estoy fotografiando un proyecto como el de Sander en mi ciudad y me interesa conocer más su metodología de trabajo. Gracias por la ayuda :). Alice

    1. Hola Alix, por el momento no he investigado más sobre Sander aunque una parte fundamental de su método está en el uso de cámara de formato grandes y con trípode para obtener el máximo detalle. El tipo de enfoque también se altera por la naturaleza de los objetivos que usaba. Suerte con tu proyecto y gracias por visitar el blog. Espero que lo puedas recomendar a otros. Saludos, Óscar Colorado

  2. Felicidades Oscar por esta entrada!
    Solo te quería comentar un detalle, la quinta foto del apartado 5: «el alma del retrato», el retrato de Anton Räderscheidt, está manipulado. Tiene un efecto espejo en su eje vertical. No se quién habrá realizado la manipulación pero es curiosa teniendo en cuenta la afección que sufrió el pintor Räderscheidt y que le impedía completar la mitad del cuadro que correspondía al campo visual que tenía afectado. Ha sido extraño a la par que interesante dar con esta imagen del pintor.
    Por aquí dejo un artículo sobre la afección de Räderscheidt: http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S0365-66912005000100012&script=sci_arttext

    Un saludo

    1. Estimado Groen, gracias por la aportación del link sobre Räderscheidt. En el artículo agregué las dos imágenes: la original de Sander y la manipulación simétrica que pudiera aludir a la enfermedad del pintor. Gracias por el comentario, muchos saludos, Óscar Colorado

  3. Excelente artículo. Estoy haciendo un análisis de «La cámara lúcida» de Roland Barthes donde explica cómo la fotografía se construye a partir de máscaras sociales y ahora con este texto resulta más evidente encontrarlo en la obra de Sander

    Saludos.
    Muchas gracias

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