CHINA. Pekín. De diciembre de 1948. Un comerciante y un cliente se saludan. No hay ansiedad, es un cordial encuentro aunque la ciudad está sitiada por las tropas del Ejército Popular de Liberación. El plan del Kuomintang era huir en un plazo de ocho días. Pero incluso en la víspera de un evento tan dramática, los ciudadanos mantienen la calma.