Richard Avedon: la revolución elegante

En las historia de la fotografía aparecen, de vez en cuando, grandes revolucionarios: Pueden ser silenciosos como Walker Evans, revoltosos como Robert Frank, involuntarios como Eugène Atget, o elegantes como Richard Avedon.

 por Óscar Colorado Nates*

Avedon’s Fifth Avenue

Los Avedon, familia judeo-rusa residente en la Ciudad de Nueva York, parecían bastante convencionales. Sin embargo moldearon la vida de su hijo Richard y, sin pensarlo, criaron (y crearon) a uno de los grandes fotógrafos del siglo XX.

Su madre Anne era aficionada a la fotografía, tanto para hacerla como para coleccionarla. Su padre Jacob Israel era dueño de la tienda de ropa  Avedon’s Fifth Avenue [1], un nombre rimbombante para un almacén más bien modesto. Ahí entró en contacto con «El mundo femenino, sus hábitos, preocupaciones, gestos y deseos. (…) Siendo niño también aprendió a observar, a registrar el estilo y la moda.»[2a]

Su hermana, madre y una prima fueron sus primeras modelos fotográficas. Además en el hogar de los Avedon abundaban las revistas Vogue, Vanity Fair y Harper’s Bazaar. El joven Richard no solamente guardaba un archivo con sus imágenes favoritas: su cuarto estaba revestido de piso a techo con fotografías de moda hechas por Martín Munkacsi. [2b]

Retrato de familia

Una característica muy peculiar de los Avedon era que sus fotografías familiares no eran las clásicas instantáneas vernáculas. Ellos construían las fotografías: Primero encontraban una casa que les gustara y luego procuraban incluir un automóvil lujoso (ajeno, por supuesto). Como un perro era esencial en este tipo de estampas, siempre conseguían uno prestado. Al final estas inusuales fotos de la familia Avedon no mostraban cómo eran, sino cómo aspiraban ser.

Cien mil fotos

A los doce años  (1935) Richard Avedon se unió al YMHA Camera Club con su  Kodak Box Brownie. [3] Ya adolescente estudió en la De Witt Clinton High School donde ganó un primer lugar en un certamen de poesía; fue también editor de la revista escolar Magpie.  Posteriormente cursó un par de años de Filosofía en la Columbia University (1941-42). Al abandonar los estudios universitarios decidió enrolarse en la marina mercante, armado con una cámara Rolleiflex que le regaló su padre. Fue admitido y se le comisionó para hacer las fotografías de identificación de todo el personal en su carácter de Photographer’s Mate Second Class. Durante su estancia en la marina mercante realizó más de cien mil retratos [4a].  También publicó fotografías en la revista The Helm del brazo civil de la marina. Aunque estos inicios parecían menores, eran todo lo contrario: lo moldeaban para lograr un dominio técnico sin igual.

Un jovencito en Harper’s Bazaar

Alex Brodovitch y Richard Avedon. 1958

Terminada la guerra hizo fotografía de moda para el almacén neoyorkino Bonwit Teller. Al cabo de un año contaba con suficiente material para armar un portafolios. Se unió al Laboratorio de Diseño en  la  New School for Social Research (Eve Arnold y Diane Arbus fueron  otras egresadas notables de esta institución). Ahí Richard estudió con Alex Brodovitch, quien apadrinó al muchacho inmediatamente.  Brodovitch era el director de arte en Harper’s Bazaar e invitó al joven fotógrafo a la revista. A sus 21 años Avedon ya publicaba en dicho medio.

La relación entre Avedon y Harper’s Bazaar duraría veinte años; en 1945 Avedon se convertiría en el jefe de fotografía.

Lee Miller. Medium price fashion. Londres, 1940. Así era la fotografía de moda antes de Richard Avedon.

El año de 1946 fue crucial para Richard Avedon. Primero porque estableció su  estudio fotográfico personal, pero aún más importante, porque viajó por primera vez a París.

Avedon llegó a una Ciudad Luz bastante desmejorada aunque sobreviviente tras la II Guerra Mundial. La industria de la alta costura estaba en penosa reconstrucción. Los fotógrafos de moda apenas comenzaban a retormar su antiguo ritmo y reincidían en aquel estilo Art Decó monótono e inmóvil habitual de la preguerra. En un clima así, Richard Avedon sacudió para siempre las estructuras de la fotografía de moda.

El fotógrafo de moda, a la moda

Avedon hizo fotografías de moda con un estilo inédito: Trabaja con modelos gráciles y elegantes con la agilidad de bailarinas de ballet y capacidad para reír y expresarse con facilidad.

Richard Avedon. Renée, el nuevo rostro de Dior. Plaza de la Concordia. Agosto de 1947

Por primera vez en una revista de moda la aproximación fotográfica era fresca, incluso divertida. Las imágenes de Avedon eran una combinación extraña pues se sabía que eran fotos construidas, pero al mismo tiempo tenían un aire de espontaneidad nunca antes visto en el género; no parecen fotos totalmente posadas, pero queda claro que eran pensadas y planeadas meticulosamente.

Es importante mencionar que el primer fotógrafo de modas en plasmar a las modelos en acción y en una locación externa mientras nadaban, corriendo o jugando golf había sido ya Martin Munkácsi desde 1934.[4b] Este fotógrafo húngaro no solamente había sido el ídolo juvenil de Avedon, sino quien inspiró al mismísimo Cartier-Brasson a dejar la pintura para dedicarse a la fotografía.

Richard Avedon. Suzy Parker y Robin Tattersall. Vestido por Dior. Plaza de la Concordia. París. 1956

Los lectores de las revistas se asombraron cuando vieron una modelo en patines por la Plaza de la Concordia,  pero la revolución total había sido consumada cuando Avedon captó a una elegantísima Dorothy Horan (alias Dovima) con vestido de Dior acompañada de elefantes. La disonancia entre la piel de los rugosos paquidermos con la exquisita gracia de la modelo fue una auténtica bomba: Una imagen tan refinada como indómita. La fotografía de moda jamás volvería a ser igual.

Richard Avedon. Dovima con elefantes. Vestido por Dior. Circo D’Hiver. Paris. 1955

Pero Avedon no solamente había incorporado el movimiento, las sensaciones y emociones al género, también dotó a las modelos con una identidad. En aquellos tiempos las protagonistas de las pasarelas eran punto menos que ganchos ambulantes para ropa, maniquíes animados. Avedon las transformó de rostros anónimos, auténticos objetos de consumo, en personas con nombre y apellido: Suzy Parker, Dorian Leigh, Sunny Harnet, Lesley Lawson -Twiggy,  Jean Shrimpton, Penelope Tree… Sin Avedon el concepto de super top model como hoy lo conocemos quizá no existiría.

Richard Avedon. Elise Daniel con actores callejeros. Vestido por Balenciaga. Le Marais, París. 1948
.
Richard Avedon. Jean Shrimpton. Vestido de noche por Cardin. París. 1970

Además, su empatía con las modelos resultaba asombrosa. Avedon describe a estas chicas como “un grupo de mujeres inseguras, asustadas e inmaduras; muchas se han sentido feas desde niñas -demasiado altas o delgadas- y traumadas por su aspecto. Tú tienes que hacer que se sientan hermosas.” [5] El fotógrafo mimaba a sus modelos: les ponía en un tocadiscos la música que les gustaba, preguntaba qué comida preferían… La zalamería era mutua: “Todas ellas querían complacerlo” dice la editora de Vogue, Polly Mellen. [6]

Avedon transforma un género estático y monótono en algo vivo. Aprende que en la moda todo (peinado, maquillaje, ropa, cuerpo) se convierte en una performance. Esto no es de extrañar, pues Avedon amaba el teatro casi tanto como la fotografía (como  Josef Koudelka). Incluso Richard realizó varias de las portadas de la revista Theater Arts en la década de 1940 e incorpora la teatralidad al mundo de la moda. Eso que hoy damos por hecho, a mediados del siglo XX era absolutamente innovador.

La revolución Avedon fue más que bienvenida por todos en el mundo de la Haute Couture, pues lograba vender más revistas, más vestidos y más cosméticos que nunca.

Para 1957 se estrenaba Funny Face (Stanley Donen, Paramount Pictures), largometraje estelarizado por Fred Astaire y Audrey Hepburn con un guión  basado en la vida de Avedon.  Un año después Richard fue incluido por la Popular Photography Magazine entre los diez mejores fotógrafos del mundo.

Modus operandi

Richard Avedon. Autorretrato. 1963

Richard Avedon afinó hasta el último detalle en su estilo fotográfico. Aunque a veces usaba su réflex binocular Rolleiflex (suele identificarse fácilmente por una proporción 1:1 en el encuadre)  usaba de manera predominante cámaras Deardorff de gran formato 8×10”, aunque también empleó a principios de la década de 1960 las suizas Sinar Norma. Sin embargo Richard renegaba: “Odio las cámaras. Interfieren y siempre se entrometen. Me gustaría poder trabajar con mis ojos solamente.»[7]

Aunque no temía a las locaciones, prefería el estudio que le permitía controlar la luz y es ahí donde incorpora una de sus firmas más emuladas: el uso de un fondo neutro. En términos formales, podía congelar el movimiento u optar por expresivos barridos, lo cual evitaba que sus fotografías se encasillaran en una misma fórmula.

El famoso «fondo neutro»

Hoy en día el uso de un fondo blanco o gris parece un lugar común en fotografía. Aunque la técnica ya existía mucho antes de Avedon, es éste quien la emplea con una maestría inigualable.  El fondo en tonalidades totalmente neutras (ya sean negras, grises o blancas) descontextualiza a la persona en primer plano y enfoca toda la atención hacia su persona.

El fotógrafo neoyorquino explica: “El fondo blanco aísla al sujeto de sí mismo y te permite explorar la geografía de su cara; el continente inexplorado en el rostro humano.” [8]

Esta particularidad formal brinda un sello característico a las fotografías de Avedon. “Él intensificaba la presencia eliminando lo que le rodea. Los retratos son contra un fondo blanco de modo que la persona -la personalidad- abarcara todo. ¿Significa que el sujeto está solo en el mundo? Sí y no. Solitario en su mundo, pero totalmente presente en el nuestro.” [9]

Richard Avedon. Verushka con vestido Kimberly. Enero 1967

Gade Rune tiene razón: “El espacio blanco y neutro es particularmente trascendente, precisamente porque elimina las trivialidades del día a día y subraya lo eterno más que lo temporal. Es una manera de transformar la realidad.”[10]

Más de un fotógrafo ha caído en la trampa de creer que es muy sencillo el uso de un fondo neutro, con resultados decepcionantes. Esto se debe en parte a que el fondo blanco era solo un ingrediente en la mezcla Avedon.

«Generaciones enteras de modelos han saltado en medio de cicloramas invisibles, o se han sentado pensativas en un café, o pretendido que están enamoradas o muy solas -todo debido a Avedon.» [11]  Pero de todos los ingredientes utilizados por Avedon el más importante es el que menos imaginan muchos de sus imitadores: la provocación.

El gran provocador

Tal vez Avedon habría trascendido en la fotografía exclusivamente por sus aportaciones al mundo de la moda. Pero el retrato como género  lo llevó a la cúspide. Según Arthur Ollman, director del  Museum of Photographic Arts en  San Diego, Avedon pone en el retrato un punto de interrogación [12].

Seguramente sus años en la marina mercante fueron una primera introducción a la persona humana con su identidad y fisonomía. Por supuesto la moda fue un segundo gran paso. Sin embargo Avedon trascendió como uno de los más grandes retratistas en la historia de la fotografía por su manera de relacionarse, para bien y para mal, con cada sujeto que fotografiaba.

Richard Avedon. Arnold Schwarzennegger, candidato a gobernador de California. Nueva York. Junio 23, 2003.

En el mundo de la moda era impresionante su empatía con las modelos y provocaba en ellas un sentimiento de seguridad que se reflejaba en las fotografías. Sin embargo las provocaciones de Avedon podían ser mucho menos agradables.

Frente a su cámara de gran formato desfilaron todas las celebridades de su tiempo. “A veces siento que la gente viene a mí a ser fotografiada como si visitara al doctor o a la pitonisa, para saber cómo son…” [13] Por $1,500 dólares el sujeto podía llevarse una sola fotografía. Cuando salió de Harper’s para incorporarse al staff de Vogue firmó un histórico contrato por un millón de dólares. Avedon se convirtió en un fotógrafo excepcionalmente rico.

Richard Avedon. Samuel Beckett, escritor. París. Abril 13, 1979

Richard pudo darse el lujo convertirse en un divo. De hecho ser fotografiado por Avedon era una especie de «certificado de celebridad.»[14]

Lo mismo fotografió intelectuales, artistas que políticos. Y con los ricos y poderosos resultó mucho menos empático que con las larguiruchas y acomplejadas modelos.

Avedon acechaba a sus sujetos literalmente. Podía pasar una hora merodeando a su sujeto hasta que llegaba el momento exacto de oprimir el obturador. Si bien el estilo empático producía fotografías lindas, la emboscada resultaba aún más efectiva. Era la clave para producir imágenes poderosas. Ahora parece poner en acción aquello que le exigía Alex Brodovitch: “Tus fotos deben tener un discurso, pero grita, no susurres”. [14 bis]

No sonría

Las celebridades son un arma de doble filo en términos de imagen. Como tienen una efigie «pre-empaquetada» y perfecta, se les puede hacer fácilmente una fotografía, pero cuando se busca llegar más hondo es muy común encontrarse con una barrera. Pero Avedon supo cómo franquearla y llegar  hasta el tuétano de la personalidad.

Richard Avedon. Ingrid Bergman, actriz. Nueva York. Febrero 4, 1961

Ingrid Bergman aparece inédita, en los retratos de Avedon: preocupada,  un tanto desencantada y con una mano desproporcionadamente grande. No está presente el cine-fotógrafo para disimular los defectos de la estrella.

El caso más patente (y patético) es el retrato que hizo en 1957 de Norma Jean Baker. Aunque el título dice «Marilyn Monroe. Actriz» a quien realmente está retratando es a una mujer muy cansada que, por un segundo, se ha despojado de Hollywood; en el cuadro aparece una chica extraviada, sola y con un pasado que clama, infructuosamente, por el olvido.

Marilyn Monroe. Actriz. Ciudad de Nueva York. Mayo 5, 1957

Las provocaciones de Avedon llegaron a su extremo con los duques de Windsor: Llegaron al Waldorf Astoria investidos con su majestuosa imagen pública. Tras una sesión fotográfica de una hora Avedon no lograba despojarlos de sus impasibilidad nobiliaria. El fotógrafo llegó al extremo: tuvo que mentirles aduciendo que un taxi había arrollado a su perro para lograr una reacción.  [15] El acoso  logró un resultado que seguramente no agradó a la realeza, pero el artista se salió con la suya.

Richard Avedon. El duque y la duquesa de Windsor. Waldorf Astoria, suite 28A, Nueva York. Abril 16, 1957.

Estas provocaciones recuerdan la clásica anécdota del fotógrafo Yousuf Karsh, quien arrancó el puro de los labios de Churchill y lo fotografió inmediatamente después. El procedimiento le granjeó la animadversión del Primer Ministro, pero a cambio hizo una de las imágenes más famosas y poderosas de la historia. Ni qué decir del impacto que tuvo esta fotografía en la propia imagen pública de Sir Winston Churchill que lo confirmó como férreo líder moral en los momentos más difíciles de la guerra.

Parece ser que Avedon también aplicó, exitosamente, la Tercera Ley de Newton:  “A toda acción corresponde una reacción… ”  En la fotografía equivale a  “Cuide de alguien: le mimará. Maltrátele: le agredirá ”. Y el corolario: pero obtendrá una gran foto.

Nada personal

Avedon hizo un trabajo peculiar, divorciado de su trabajo previo en el campo de la modo. El resultado se publicó en el libro  Nothing Personal (Dell Publishing). El título, quizá en tono de disculpa, anticipa que el contenido no incluye a hermosas modelos en movimiento, sino una primera aproximación hacia los contrastes de la sociedad americana.

En formato de díptico, se muestran retratos que subrayan la disparidad: poder/humildad, juventud/vejez, profundidad/frivolidad.

Es una primera muestra del trabajo que habría de realizar Avedon fuera de la esfera del hechizante mundo de la moda y que preludia una mirada inusualmente afilada para un nativo estadounidense respecto de su propia colectividad.

Richard Avedon. Las generalas de «The Daughters of the American Revolution», Dar Convention, Hotel Mayflower, Washington DC, octubre 15, 1963. Publicada en el libro «Nothing Personal» (Dell Publishing, 1965)
Nothing Personal muestra el desencanto de Avedon con la sociedad estadounidense y más que un lamento es una increpación sobre sus disparidades. En el prólogo James Baldwin anota:  “El mito nos dice que América está llena de gente sonriente… la realidad es que el país está afincado por una horda deseperada, rapaz y dividida determinada a olvidar su pasado y hacer dinero. No hemos cambiado en este respecto, y se nota en nuestros rostros, nuestors hijos, por nuestra inefable soledad y por la espectacular fealdad y hostilidad de nuestras ciudades.”[16]
.

Todo queda en familia

Avedon lleva su crítica hasta un punto insospechado con  The Family. Se trata de un trabajo paradigmático: Avedon hizo fotografías de 69 personas poderosas, de los ámbitos intelectuales, económicos y, fundamentalmente, políticos.

Con este trabajo Avedon reafirma su estilo pendenciero; decía no sentir nada por este grupo humano [17] y ese cierto aire de desprecio se filtra en el proyecto publicado por la Rolling Stone Magazine.

Los sujetos lucen incómodos, algunos parecen recluirse en sí mismos pero otros desafían, resueltos, la descomunal cámara de Avedon.

Richard Avedon. Ronald Reagan, ex-gobernador de California. Orlando, Florida. De la serie The Family, marzo 4, 1976

El fotógrafo no habla con los sujetos, simplemente los atisba. “Aprieta el bulbo que hay en el extremo del cable disparador para exponer un encuadre. Hace avanzar la película hasta el encuadre siguiente. Espera a que suceda algo más, un movimiento facial, un gesto minúsculo. Comienza a remitir la tensión nerviosa que ha experimentado al no hablar con ella durante lo que le ha parecido un largo lapso de tiempo. Es casi como estar en trance. Saca otra fotografía. Avanza la película de nuevo. Raliza otra toma. Ha caído en el círculo de su propia mirada. Se halla en fase de fascinación.” [18] El resultado es una serie de retratos donde la propia presencia del sujeto (y no era cualquier clase de sujeto) es engullida por la intensa mirada del fotógrafo. Avedon siempre, siempre,  mantiene el control.

Richard Avedon. «The Family». Rolling Stone Magazine. 1976

Para Avedon el retrato era su trabajo “profundo”. Le gustaba e importaba la fotografía de moda, pero en cierto sentido lo veía como algo menor. El retrato era para él una labor de la máxima seriedad. No importa a quién retratase, quien aparecía indefectiblamente era el propio Richard, como apunta Michael Kimmelman «Los retratos siempre revelan más acerca del fotógrafo que del sujeto fotografiado.»  [19]

Richard Avedon. George Bush, director de la CIA. Langley (Virginia). 2 de marzo, 1976

Cuando Avedon fotografió a Henry Kissinger, el inmisericorde artífice de la guerra de Vietnam y Camboya pidió al retratista:  «Sea amable conmigo.» [20]  Todo parece indicar que la sesión fue particularmente estéril y desagradable.

Richard Avedon. Henry Kissinger. Secretario de Estado. Washington D.C., Junio 2, 1976

Avedon explica: «Un fotógrafo retratista depende de otra persona para completar su fotografía. El sujeto imaginado que en cierto sentido soy yo mismo, debe ser descubierto en otra persona dispuesta a participar en una ficción de la que no sabe nada. (…). Su necesidad de defender su causa es probablemente tan profunda como la mía de defender la mía, pero el que tiene el control soy yo. Un retrato no es una semejanza. En el mismo instante en que una emoción o un hecho se convierte en una fotografía deja de ser un hecho para pasar a ser una opinión. En una fotografía no existe la imprecisión. Todas las fotografías son precisas. Ninguna de ellas es la verdad». [21]

En el oeste americano

La obra cumbre de Richard Avedon fue una serie de retratos que hizo a 752 personas entre entre 1979 y 1984. Se trata de la famosa serie In the American West. Si Avedon había fotografiado a las modelos de moda, a los artistas más influyentes y a los políticos más poderosos, decide cambiar sus sujetos para enfocarse en el ciudadano de a pie. Para el proyecto recorrería diferentes estados de la parte occidental de Estados Unidos para encontrarse con mineros, vagabundos, amas de casa, presos, predicadores itinerantes.

Sin embargo Avedon mantiene la esencia de su estilo de trabajo: lleva a la locación un fondo blanco, cámara de gran formato y, más importante aún, su feroz mirada. Richard no se compadece de sus sencillos sujetos, los encara y provoca con la misma furia que aplicó a George Bush padre o Henry Kissinger.

Richard Avedon. Billy Mudd, camionero. Alto (Texas). Mayo 7, 1981

Aunque algunos sujetos aparecen intimidados, otros responden al desafío y parece como si quisieran aferrarse a una identidad que está a punto de ser usurpada por el fotógrafo.
Avedon no pretendió que sus fotografías fueran un católogo social (aunque exista una cierta afinidad con el trabajo del alemán August Sander) ni tenían un propósito documental; tampoco eran desapasionadas ni objetivas. Mucho menos buscó que sus imágenes fueran cordiales o compasivas. Avedon decía que todos los retratos, y los suyos en particular, eran opiniones.

Cuando se revisan los retratos de In the American West sorprende descubrir que la elegancia de las fotografías de Avedon no dependen de elegantísimas modelos, ni de diseñadores de moda en su época de oro. La elegancia está en los ojos del fotógrafo. De los muchos retratos sorprende especialmente la figura de Clarence Lippard. A primera vista no es muy distinto de un elegantísimo Beckett, o un profundo Capote. La chaqueta oscura y camisa blanca dan una suave distinción que realzan aquellos ojos de color claro y enfatizan las extrañas pecas en el rostro. Avedon ha transfigurado totalmente a Clarence Lippard, el vagabundo de la carretera interestatal ochenta.

Richard Avedon. Clarence Lippard, vagabundo. Carretera Interestatal 80, Sparks (Nevada). Agosto 29, 1983

Quizá una de las imágenes más impactantes es la de Boyd Fortin, adolescente de Texas que sintetiza los pasadizos humanos: su rostro andrógino deambula entre feminidad y masculinidad, no es niño pero tampoco adulto. Su pelo rubio es suave pero bronco. Despierta de la ensoñación la sangre que cubre el pecho del sujeto, y de sus manos una descabezada serpiente de cascabel recién destripada. Lo angelical y lo diabólico se contraponen con una fuerza inigualable. [22]

Richard Avedon. Boyd Fortin, 13 años, deshollador de serpientes de cascabel. Sweetwater (Texas). Marzo 10, 1979

La agresiva declaración autoral de Avedon fue puesta a consideración del público en la correspondiente exposición en Fort Worth (Texas) en el Amon Carter Museum. La muestra causó furor y se considera hasta el momento el trabajo más importante de Avedon.

Richard Avedon. Debbie McClendon; trabajadora en carnaval, Thermopolis (Wyoming). Julio 29, 1981

Cuando Richard Avedon quiso fotografiar vagabundos, meseras, landronzuelos o trabajadores petroleros estaba frente a sujetos totalmente distintos de lo que había hecho en los últimos cuarenta años. El fotógrafo “extendió el elegante caché y heroísmos reservado a políticos, celebridades, modelos y millonarios para aplicarlo a los ignorados.” [23]

Robert Frank había puesto al descubierto el supuesto American Way of Life con su célebre trabajo Les Amèricains. El fotógrafo suizo mostró una américa desencantada. Pero el neoyorkino Richard Avedon arrancó la máscara de Estados Unidos mostrando una extraña ambivalencia: las personalidades de ricos y poderosos frente al rostro anónimo del populacho. In the American WestThe Family conforman un gran díptico de la sociedad estadounidense a finales de la década de 1970. Ya no es el trabajo de un extranjero que fisgonea en el American Dream. Es la obra de un insider cuyo ojo no ha sido velado por el glamour de la moda, por el contrario: su mirada se ha vuelto más puntiaguda que nunca.

avedon_american

Si en algún momento Avedon pudo parecer un talentoso, aunque superficial, fotógrafo de moda, el corpus de la involuntaria trilogía Nothing Personal – The Family – In the American West devela el ojo de un perspicaz crítico social: el paso por la New School of Social Research había dado fruto al cabo de 30 años.

“Durante una gran parte de su vida, Richard Avedon marcó el ritmo de los más diversos géneros de la fotografía estadounidense al tiempo que la sondeaba y buscaba sus límites. Como retratista y fotógrafo de moda y publicidad, Avedon fue casi el inventor de una serie de estilos fotográficos.” [24]

Avedon en la Puerta de Brandenburgo

Avedon será recordado por su revolución en la fotografía de moda y sus portentosos retratos. Sin embargo también exploró el género documental desde muy joven. En 1989 se encontraba en la noche de año nuevo en el corazón de la libertad: la puerta de Brandenburgo.

Richard Avedon. Puerta de Brandenburgo, Berlín (Alemania). Año Nuevo de 1989 (Número 8)

El muro de Berlín aún seguía en su proceso de derribamiento y Avedon se encontraba el 31 de diciembre en el centro del remolino que comenzaba a devorar al regimen comunista.

Richard Avedon. Puerta de Brandenburgo, Berlín (Alemania). Año Nuevo de 1989 (Número 1)

En esa noche de año nuevo, el neoyorkino de origen ruso-judío hizo lo que había aprendido durante toda una vida: fotografió incansablemente y captó a los alemanes que celebraban la caída de un muro, de un año, de una era.

En la Puerta de Brandenburgo solamente estaba Richard Avedon sin estudio, ni séquito de ayudantes. Tampoco cargaba con una cámara de gran formato; el fondo blanco se había quedado en el oeste estadounidense. Ahí estaba en el ojo del huracán histórico el chico que empapelaba sus aposentos con fotografías de moda, el que le hacía fotografías de identidad a los marinos, el que acosaba a políticos, millonarios, el que daba una nueva dignidad a las obreras del mundo de la moda, el crítico social, el retratista. El revolucionario elegante.

 


ocn2* Dr. Óscar Colorado Nates,
(Ciudad de México, 1969)

Académico, crítico, analista y promotor de la fotografía.

Doctor «cum laude» en Ciencias de la Documentación por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Narrativa y Producción Digital por la Universidad Panamericana (Cd. de México) donde es Investigador de Tiempo Completo y Profesor Titular de la Cátedra de Fotografía Avanzada así como Docente de Posgrado en Narrativa y Nuevas Tecnologías

Autor de libros como Fotografía 3.0; El Mejor Fotógrafo del Mundo; Instagram, el ojo del mundo; Fotografía de Documentalismo Social; Fotografía Artística Contemporánea; El Mejor Fotógrafo del Mundo Pensamientos Decisivos: 650 reflexiones fotográficas.

Miembro del Seminario de Imagen y Cultura, la Asociación Mexicana de Estudios de Estética, el Seminario Permanente de Análisis y Crítica Cinematográfica (SEPANCINE) y de The Photographic Historical Society (Rochester, NY), entre otras agrupaciones académicas.


Las opiniones vertidas en los artículos y producciones audio-visuales son personales.
© 2011-2019 by Óscar Colorado Nates. Todos los Derechos Reservados. Esta publicación se realiza sin fines de lucro y con fines de investigación, enseñanza y/o crítica académica, artística y/o científica. 


150px-Fair_use_logo.svgThe presentation in this blog of photographs, movies, recordings or written material is used for purposes of criticism, comment, news reporting, teaching and/or research, and as such, it qualifies as fair use  as forseen at 17 U.S. Code § 107 and it is not an infringement of copyright.

For more information, please check the following link with our Legal Notice regarding copyright.


El pase de diapositivas requiere JavaScript.

§

A   P   É   N   D   I   C   E   S 

Las afinidades e influencias de Richard Avedon

Nota: Al ir trabajando este apéndice, he encontrado suficiente información para crear una entrada de blog completa. Por el momento este apéndice es como una especie de sumario de los sub-temas que he encontrado en relación con las afinidades e influencias de Avedon. Si la cantidad de información logra ser suficiente, publicaré este apéndice como un post independiente en el blog.
Avedon y el Siglo XIX

Nadar, Julia Margaret Cameron o la misteriosa Castiglione son algunos de los fotógrafos del siglo XIX que guardan afinidad con Richard.

La inluencia de Munkácsi

Avedon, sin embargo su mayor influencia e inspiración provino del húngaro Martin Munkácsi.

Avedon y el catálogo tipológico-social de August Sander

El aire de catálogo tipológico-social en trabajos como Nothing Personal, The Family o In the American West no es tan casual como parece pues proviene en buena medida del trabajo de August Sander, como lo sugieren los propios títulos de Avedon: Nombre, oficio, lugar, fecha, por ejemplo «Clarence Lippard, vagabundo. Carretera Interestatal 80, Sparks (Nevada). Agosto 29, 1983» que es el mismo utilzado para la denominación de cada foto por Sander, verbi gratia «Raoul Hausmann. Berlín, 1929. Autores como Fernando Portillo Guzmán, Warren Johnson y Pier Luigi Tazzi e incluso el mismísimo Roland Barthes también han encontrado paralelismos entre Avedon y Sander. [a] [b]

Avedon y Lartigue

Respecto de otros fotógrafos, Avedon se impresionó profundamente cuando conoció a Jacques-Henri Lartigue.  gracias a John Szarkowski Avedon buscó a Lartigue y le hizo algunos retratos que son históricos tanto por la captura de Avedon como por el sujeto.

Avedon y Arbus

Otra fotógrafa que le causó gran impacto fue Diane Arbuss. En cierta forma si en un procesador de alimentos metiéramos a Diane Arbus, August Sander y el propio Avedon obtendríamos In the American West. 

Los sucesores

En términos de afinidad se puede citar al igualmente fundamental Irving Penn o la estrella de la Rolling Stone Magazine Annie Leibovitz. Su influencia es clara en autores como Helmut Newton, Peter Huja, Herb Ritts o Steven Meisel.

Y aunque renieguen…

La influencia de Richard aún puede encontrarse en una miríada de trabajos fotográficos, algunos de ellos tenidos como disruptivos y revolucionarios como las campañas de United Colors of Bennetton que le deben mucho más a Avedon de lo que preferirían admitir.

[a] Proquest. Discovery Guides.  Photographic Portraiture and the Work of Richard Avedon.  http://www.csa.com/discoveryguides/port/abstracts-f.php  Consultada el 27 de julio de 2012
[b] Portillo Guzmán, Fernando. El hombre que no cesa: August Sander y Richard Avedon, artistas con cámaras fotográficas publicado en Terceras Jornadas Imagen, Cultura y Tecnología (3, 2004, Getafe, Madrid). Pilar Amador Carretero, Jesús Robledano Arillo y María Rosario Ruiz Franco (eds.). Madrid: Universidad Carlos III, Editorial Archiviana, 2005, p. 183-193 http://e-archivo.uc3m.es/bitstream/10016/9010/1/hombre_portillo_IC_2005.pdf Consultada el 27 de julio de 2012

Los 7 Dones de Richard Avedon

(Haga click en la imagen para agrandar.)

Cronograma/síntesis biográfica

(Haga click en la imagen para agrandar.)

 

Notas

[1] Hopkinson Amanda, Richard Avedon, Master photographer who captured the conflicting identities of America. The Guardian. 2 de octubre, 2004 http://www.guardian.co.uk/news/2004/oct/02/guardianobituaries.artsobituaries1 Consultada el 25 de julio de 2012 y para estos datos también se consultó Obituaries. Richard Avedon. The Independent.  4 de octubre de 2004. http://www.independent.co.uk/news/obituaries/richard-avedon-6160520.html Consultada el 25 de julio de 2012
[2a] Obituaries. Richard Avedon. The Independent. Op. Cit.
[2b] Bosworth Patricia, Diane Arbus: a Biography, (Kindle Ed.) Edit. Open Road, New York, 2012, Loc. 1330

[3] Ibídem
[4a] The Economist. Richard Avedon, portrait photographer, died on October 1st, aged 81.  7 de octubre de 2007.     http://www.economist.com/node/3262302  Consultada el 25 de julio de 2012.

[4b] Bosworth Patricia, Diane Arbus: a Biography, (Kindle Ed.) Edit. Open Road, New York, 2012, Loc. 1327

[5] (Nota traducida) Life Editores, The Studio, Edit. Time Inc., Estados Unidos, 1971 Pág. 14
[6] (Nota traducida) Polly Mellen fue editora tanto de Harper’s Bazaar como de Vogue, actualmente retirada. Horyn, Cathy, How Avedon Blurred His Own Image. The New York Times, 13 de mayo, 2009. http://www.nytimes.com/2009/05/14/fashion/14AVEDON.html?ref=richardavedon  Consultada el 24 de julio de 2012
[7] (Nota traducida) Gefter Philip, Portraits by Others, a Look That Caught Avedon’s Eye. The New York Times.  27  de agosto de 2006. http://www.nytimes.com/2006/08/27/arts/design/27geft.html?pagewanted=2&_r=1&ref=richardavedon Consultada el 24 de julio de 2012
[8] (Nota traducida) Crenzien, Helle. Richard Avedon, true artist en Juul Holm, Michael (Ed.) Richard Avedon – Photographs 1946-2004. Edit. Louisiana Musem of Modern Art, Louisiana, 2007, Pág. 27
[9] (Nota traducida) Juul Holm, Michael (Ed.). Op. Cit. Pág. 7
[10] (Nota traducida) Gade, Rune. The Silent Theatre Richard Avedon’s In the American West en Juul Holm, Michael (Ed.) Op. Cit.  Pág. 138
[11] Horyn, Cathy, Op. Cit.
[12] Rourke, Mary (Los Angeles Times) citada en Obituary: Richard Avedon / Photographer whose portraits captured models’ inner world. Pittsburgh Post Gazette. 2 de octubre, 2004. http://www.post-gazette.com/stories/local/obituaries/obituary-richard-avedon-photographer-whose-portraits-captured-models-inner-world-552579/?print=1 Consultada el 25 de julio de 2012
[13] Life Editores, Op Cit. Pág. 15
[14] Rourke, Mary. Op. Cit.
[14 bis] Disponible en http://www.tumblr.com/tagged/alexey-brodovitch?before=1303252109 Consultada el 22 de agosto de 2012
[15] Horyn, Cathy, Op. Cit.
[16] Horyn, Cathy, Op. Cit.
[17] Hopkinson, Amanda. Op. Cit
[18] Angier, Roswell. Saber ver: el retrato fotográfico. Edit. Omega, Barcelona, 2008. Pág. 5
[19] Kimmelman, Michael. ART REVIEW; Images That Burn Into the Mind. The New York Times. 27 de septimbre, 2002.  http://www.nytimes.com/2002/09/27/arts/art-review-images-that-burn-into-the-mind.html Consultada el 24 de julio de 2012
[20] The Economist, Op. Cit.
[21] Portillo Guzmán, Fernando. El hombre que no cesa: August Sander y Richard Avedon, artistas con cámaras fotográficas publicado en Terceras Jornadas Imagen, Cultura y Tecnología (3, 2004, Getafe, Madrid). Pilar Amador Carretero, Jesús Robledano Arillo y María Rosario Ruiz Franco (eds.). Madrid: Universidad Carlos III, Editorial Archiviana, 2005, p. 183-193 http://e-archivo.uc3m.es/bitstream/10016/9010/1/hombre_portillo_IC_2005.pdf Consultada el 27 de julio de 2012
[22] Párrafo inspirado en Crenzien, Helle. Richard Avedon, true artist en Juul Holm, Michael (Ed.) Op. Cit. Pág. 27
[23] (Nota traducida) Gade, Rune. Op. Cit.  Pág. 138
[24] Livingston, Jan citada en Koetzle, Hans. Fotógrafos de la A a la Z. Edit. Taschen, Colonia, 2011, Pág. 18

Bibliografía

  • Angier, Roswell. Saber ver: el retrato fotográfico. Edit. Omega, Barcelona, 2008, 216 pp.
  • Badger, Gerry, La genialidad de la fotografía: Cómo la fotografía ha cambiado nuestras vidas. Edit. Blume, Barcelona, 2009, 256 pp.
  • Barthes Roland, Camera Lucida: Reflections on Photograph, Edit. Hill & Wang, New York, 1981, 119 pp.
  • Bosworth Patricia, Diane Arbus: a Biography, (Kindle Ed.) Edit. Open Road, New York, 2012
  • Castellanos, Paloma, Diccionario histórico de la fotografía. Edit. Istmo, Madrid, 1999, 236 pp.Dickie, Chris, Photography: The Most Influential Photographers of all Time. Edit. Barron’s, London, 2010, 128 pp.
  • Gunthert, André, Poivert, Michel, El arte de la fotografía: De los orígenes a la actualidad, Edit. Lunwerg, Barcelona, 2007, 619 pp.
  • Hoy, Anne H., The Book of Photography. Edit. The National Geographic Society, Washington, 2005, 447 pp.
  • Jeffrey, Ian, Cómo leer la fotografía. Edit. Electa, Barcelona, 2009, 383 pp.
  • Juul Holm, Michael (Ed.) Richard Avedon – Photographs 1946-2004. Edit. Louisiana Musem of Modern Art, Louisiana, 2007, 189 pp.
  • Koetzle, Hans-Michael. Fotógrafos de la A a la Z. Edit. Taschen, Colonia, 2011, 444 pp.
  • Kotite, Erica, The Daily Book of Photography. Edit. Walter Foster Publishing, Irvine California, 2010, 376 pp.
  • Lange Suzanne, August Sander. Edit. Lunwerg, Barcelona, 2008, 144 pp.
  • Life Editores, The Studio, Edit. Time Inc., Estados Unidos, 1971, 236 pp.
  • Sougez, Marie-Loup y Pérez Gallardo, Helena, Diccionario de historia de la fotografía. Edit. Cátedra, España, 2003, 529 pp.
  • Sougez, Marie-Loup (coord.), Historia general de la fotografía. Edit. Cátedra, España, 2007, 825 pp.
  • Stepan, Peter, 50 photographers you should know. Edit. Prestel Verlag, London, 2008, 128 pp.

Fuentes de Internet

Fuentes audiovisuales


Información legal: Todas las fotografías se presentan sin fines de lucro y con propósitos de enseñanza e investigación científica bajo lo previsto en la legislación vigente por conducto de los tratados internacionales en materia de derechos de autor. Consulte en este enlace el aviso legal respecto del uso de imágenes fijas, video y audio en este sitio. Los íconos utilizados en este sitio son cortesía de www.flaticon.com

Fair Use Notice:  150px-Fair_use_logo.svgThe presentation in this blog of photographs, movies, recordings or written material is used for purposes of criticism, comment, news reporting, teaching and/or research, and as such, it qualifies as fair use  as forseen at 17 U.S. Code § 107 and it is not an infringement of copyright. For more information, please check the following link with our Legal Notice regarding copyright.

52 comentarios sobre “Richard Avedon: la revolución elegante”

  1. Muy bueno tu post, felictaciones, Richard Avedon era un poeta de la fotografía! Me encantó cada parte que comentas, y que significado nos deja para el estudio e historia de la fotografía,

    1. Mil gracias por visitar este espacio. Avedon es un fotógrafo que ha marcado de manera profunda la fotografía. Qué bueno que te ha gustado este artículo. Ojalá que lo puedas compartir con otros interesados. Muchos saludos, Óscar Colorado

  2. Genial, que bueno sería recibir una clase tuya oscar. La redacción en cada texto invita a leer más. Tenes trabajos fotográficos propios??

  3. Oscar felicitaciones por tu post quede impresionado con toda la información que acá encontré, Richard Avedon es uno de los más grandes, le admiró y lo tengo como referente.
    Agradecido y saludos desde Medellín – Colombia

  4. Pingback: sofia stefany
  5. Hola Oscar. Una vez más deleitándome con tus trabajos sobre fotógrafos. Resumen bibliográfico excelente y hasta con «notas» aclaratorias como «los sietes dones…» muy acertado. Tengo la inquietud, sin criticar en lo absoluto el virtuosismo de Avedon. Qué hace al fotógrafo exitoso? el medio o el trabajo fotográfico? Si Avedon no se hubiera dedicado a la moda y fotógrafo de portadas originales…sería igual de famoso y rico? Sólo como retratista hubiera conseguido tal amplitud? o sería «sólo» un extraordinario retratista? con todas sus interpretaciones y «dones» como escribió Barthes.
    Gracias nuevamente.

    1. Hola Henrique. Lo que planteas es muy interesante. Indudablemente que Avedon trabajó en una industria donde el dinero, la fama, el glamour y la notoriedad están a la orden del día. Sin embargo, no todos los fotógrafos que hacen «fashion» son notorios. Tengo amigos que hacen fotografía de moda y que, a pesar de estar en la industria del glamour, no tienen mayor notoriedad. Desde luego que un Avedon, un Penn, un Horst o más recientemente los Testinos o Demarcheliers acaparan los reflectores, pero son -en realidad- apenas un puñado de un ejército de fotógrafos que alimenta una inmensa industria.
      De modo que el simple hecho de estar en una industria no es garantía de nada ni salvoconducto a la fama. Lo que planteas sobre si es el medio o el trabajo fotográfico lo que hace al fotógrafo exitoso, habría que preguntarse ¿Qué pensaron los editores cuando vieron sus fotos? Te aseguro que no les interesaba -nada en lo absoluto- el medio. La moda es una industria de resultados (dale un vistazo a lo que escribí sobre esto en mi especial de William Klein https://oscarenfotos.com/2015/01/17/william-klein-el-transgresor/ )
      ¿Sólo como retratista hubiera conseguido tal amplitud? Es muy difícil saberlo, porque Avedon encontró el retrato luego de ser una de las figuras más notorias de la industria. De modo que prácticamente nadie se negaba a un retrato de «Dickie» y, además, él podía elegir a quien quisiera. Entonces viene el dilema: ¿Una fotografía es buena porque el sujeto es interesante? Creo que esto lo desafió claramente, y con un éxito apabullante, cuando hizo su serie «In the American West» sobre la cual puedes leer aquí: https://oscarenfotos.com/2016/12/11/in-the-american-west-de-richard-avedon-la-serie-completa-comentada/
      Avedon fue muy criticado por estos retratos de gente desconocida. En realidad puso mucho en juego al hacer esta serie. Pudo quedarse en su trono del «Rey de la Moda» pero creo -y esta es una consideración personal y subjetiva- que Avedon hurgó más hondo, buscó su raíz y llevó el retrato hasta alturas inéditas. En lugar de políticos, intelectuales, artistas o millonarios hizo el retrato de un vagabundo, de un destripador de serpientes, de un camionero… De gente común y corriente, y muchas veces ni siquiera guapa. Pero logró un cuerpo de obra monumental, apabullante.
      Al final del día también es cierto que figuras como las de Avedon implican una mitología que genera una cierta bruma. Afortunadamente la parte biográfica de Avedon es un elemento contextual, pero al final día lo que habla de un fotógrafo es su trabajo, su obra, lo que dejó también en términos de tradición, de influencia. Yo no sé si la palabra exitoso me acabe de gustar mucho. ¿Qué hace que un fotógrafo sea exitoso? Depende, habrá para quien un atardecer lindo colgado en su pared sea un éxito. Otros podrán tener decenas de grandes fotografías y sentirse fracasados. En realidad yo no estoy muy seguro de que eso importe. Creo que hay algo más profundo e interesante, al menos para mí, y es la sinceridad, la honestidad. Cuando se honesto, franco, sincero, se nota. Y se nota cuando escribes, cuando hablas pero también cuando haces fotografía. Sinceridad con uno mismo, de sus alcances y limitaciones, sinceridad con su historia, con sus intereses, con sus habilidades. Y entonces, no hay más remedio que usar la cámara como medio para materializar esa sinceridad. Y entonces pueden ocurrir grandes cosas. En fin, que es un gran tema y no me quiero extender más. Muchas gracias por lo que has planteado, que me ha hecho darle vueltas al tema. Te mando un abrazo fuerte.

  6. Óscar! Impecables, extensas y completas reflexiones (como siempre). Eres de una gran ayuda para docentes y estudiantes de Latinoamérica. Gracias nuevamente!

  7. Hola Óscar, primero que nada felicitarte por esta página… está increíble.
    Quisiera pedirte si puedes hacer un artículo como este pero de Irving Penn (solo veo galería).Estaría genial!!! Un saludo 🙂

  8. En verdad: ¡Muchas felicidades! desde el tiempo que estudié fotografía en Mijlelet Hadassah, no me había encontrado textos e investigación tan interesante sobre la fotografía.

  9. Oscar, me gusta lo que escribes porque lo haces entendible.Es verdad la esència de todo siempre està en nuestra sinceridad.
    Magnífica documentación!!!
    Para ti que libro de Richard Avedon eligerias como el mejor?
    Me pudes ayudar como hacerme con una ampiadora 8×10” B/N. Desde España.
    Gracias,

  10. Quiero agradecerle mucho a Manuel López por hacerme notar una errata en el artículo donde yo ponía que el director de la película Funny Face era Stanley Donen cuando realmente fue Stanley Donovan. Le agradezco mucho a Manuel por la corrección.

Deja un comentario